“La política de boicot a Israel tiene como objetivo la deslegitimación de mi país. No critica a sus políticas actuales, ni la protesta contra la 'ocupación', sino la total negación de los derechos de Israel a existir. En otras palabras, persigue su 'criminalización”. El embajador de Israel en España se dirigió en una carta firmada el pasado 11 de julio en estos términos al alcalde Valencia, Joan Ribó, en respuesta a una moción aprobada por el pleno del Ayuntamiento el 31 de mayo en repudio por la represión a finales de marzo de una protesta palestina que se saldó con decenas de muertos y miles de heridos por la actuación del ejército de Israel. Una resolución que, “previo el informe favorable de los servicios jurídicos municipales para cada una de las acciones que de él se desprendan”, aprobaba que el Ayuntamiento apoyara “la campaña Espacio Libre de Apartheid Israelí”.
“Quisiera pensar que los que han aprobado este documento no son conscientes de ello, pero esta resolución puede ser considerada un acto de antisemitismo”, proseguía Daniel Kutner en su misiva. Y daba como argumentos que Valencia “aplica un doble rasero atacando pura y exclusivamente al Estado de Israel” y que “niega al pueblo judío su derecho a autodeterminación, al alegar que el Estado de Israel es un ente racista ('apartheid')”. Según el embajador, “no se conoce ninguna resolución del ayuntamiento que haga demandas parecidas a ningún estado democrático o siquiera a los peores violadores de los derechos humanos en el mundo”.
Joan Ribó, de Compromís, que preside un gobierno municipal del que forman parte el PSPV-PSOE y València en Comú, una plataforma próxima a Podemos, ha respondido en una carta fechada el 12 de julio en la que asegura: “Queremos afirmarle con rotundidad que en ningún momento la moción aprobada por el Ayuntamiento de Valencia adolece de antisemitismo. Y aprovechamos para mostrarle de nuevo nuestro mayor respeto por el pueblo judío y toda su historia, cultura y religión. De hecho, este mismo equipo de gobierno municipal se ha mostrado solidario en las conmemoraciones de repudio al holocausto sufrido por el pueblo judío. Pero dicho respeto no puede contraponerse a nuestro profundo rechazo a las políticas contrarias a los derechos humanos del pueblo palestino, y a las múltiples resoluciones de las Naciones Unidas en este mismo sentido, así como a los pronunciamientos de la Corte Internacional de Justicia. Intentar esconder como una causa antisemita la crítica a las políticas del gobierno israelí no es desde luego el camino del entendimiento”.
Tras reiterar su repulsa “por la represión con balas de fuego real y con munición especial con resultado de al menos sesenta muertos a las recientes manifestaciones en la frontera de Gaza del pasado mes de mayo, precedentes a la moción aprobada por el Ayuntamiento”, Ribó le recrimina a Kutner: “Observo con estupor cómo en el país del cual usted es embajador se está discutiendo la posibilidad de ciudades o comunidades 'con miembros de una sola religión”.
“Por su evidencia, no hace falta que compare estas propuestas”, prosigue Ribó, con las políticas de apartheid que se han desarrollado a lo largo de la historia reciente en otros lugares del planeta. Valencia, precisamente con esta moción a la que usted se refiere, 'se declara espacio libre de crímenes de guerra, incluido el crimen de apartheid', algo que debería sin duda ser compartido por cualquier sociedad democrática“.
El alcalde de Valencia termina su respuesta al embajador de Israel con una alusión histórica: “Los españoles que recordamos con cariño los valores culturales de los sefardíes que fueron expulsados injustamente de nuestro territorio no podemos dejar de sentir una profunda desazón cuando vemos la expulsión, maltrato o asesinato de ciudadanos y ciudadanas por sus creencias o por su etnia. Y ante ello el Ayuntamiento de Valencia no puede permanecer callado. Nadie debería permanecer callado”.