Hay producciones de no ficción en Netflix que se quedan cortas. Tres hermanos de Antonio Anglés, presunto asesino de las niñas de Alcàsser, se han sentado este martes en el banquillo de los acusados por el presunto intento de extorsión a un socio de la gasolinera que poseía uno de los hermanos en Yecla (Murcia). Los tres hermanos y un cuarto colaborador, acusados de extorsión, tenencia ilícita de armas y un delito contra la salud pública, han negado los hechos ante la sección cuarta de la Audiencia de València y han enmarcado la presunta agresión en el contexto de una fuerte discusión.
El 21 de diciembre del 2017, Carlos M., Joaquín M. y Roberto M. (los tres hermanos cambiaron su mediático primer apellido por el de la madre) citaron a David R. para recriminarle el supuesto robo de medio millón de euros. A punta de pistola y con una jeringuilla que “tenía el sida”, Roberto M. amenazó a su socio, según el Ministerio Fiscal. Los cuatro acusados, siempre según el relator de la Fiscalía, golpearon al socio y consiguieron que acudiera a un notario para ceder gratuitamente su participación en la empresa Carburantes del Siglo XXI SL a Carlos M. El socio, que este martes no se ha presentado al juicio al tener una orden de busca y captura por narcotráfico, según ha avanzado Las Provincias, denunció los hechos ante la Policía.
En el registro posterior del domicilio de Carlos M., la Policía intervino una pistola semiautomática marca Glock, munición, 75 gramos de hachís, 20 gramos de heroína y casi dos gramos de cocaína. El hermano de Antonio Anglés, según la Fiscalía, se dedicaba al tráfico de drogas. Los acusados, que sólo han respondido a las preguntas de su defensa, han defendido que mantenían una larga amistad con el hombre que los acusa y que la cesión gratuita de la participación en la gasolinera estaba pactada previamente. Carlos M. ha argumentado que adquirió el arma tras un supuesto robo que habría sufrido y que las drogas eran para el consumo de otro de sus hermanos que es politoxicómano.
El juicio, que ha quedado visto para sentencia, ha sacado a la luz el entramado de empresas que poseen varios hermanos de Antonio Anglés. La familia, que originariamente formaba parte del lumpen más excluido, ha prosperado en los últimos años, tras la fuga de Antonio Anglés. A los negocios inmobiliarios de Kelly M. (que no tiene nada que ver con la causa por la presunta extorsión) destapados por los periodistas Genar Martí y Jorge Saucedo en el libro El fugitiu (Vincle, 2018), se suman las numerosas empresas de Carlos M. y Joaquín M. en el sector de las estaciones de servicio e inmobiliario.
Carlos M. poseía, antes de vender las empresas, Carburantes del Siglo XXI SL (de la que llegó a ser accionista único tras el episodio de supuesta extorsión) y Valgrup 2013 Sociedad de Responsabilidad Limitada, una inmobiliaria de la que ahora es administradora única su hermana Kelly, según ha publicado el diario elEconomista. Carlos M. figura como administrador único de Restaurante Valencia Canovas SL y de Inversiones Bit Fit SL, según los datos que constan en el Registro Mercantil. Joaquín M. (conocido como El Mauri en la década de 1990) fue administrador único y apoderado de Gasolinera Low Cost Vinaroz SL y actualmente es dueño de Gasoil Gaso SL y de Top Clinic Capilar SL.
La Fiscalía solicita una pena de 12 años de cárcel para Carlos M., siete para Roberto M. y cinco para los otros dos acusados. La defensa de los acusados ha pedido la libre absolución de los cuatro acusados por los delitos de extorsión y contra la salud pública y acepta el de tenencia ilícita de armas para Carlos M. El juicio ha quedado visto para sentencia.