Esta tarde se ha reunido el consejo de administración de Aerocas, que ha aprobado la adjudicación del contrato de gestión y explotación del aeropuerto de Castellón a la canadiense SNC-Lavalin Aéroports por un periodo de 20 años. La propuesta de la empresa “cumple con todas las condiciones por el pliego y prevé, entre otros conceptos, que la Generalitat ingrese por esta infraestructura cuando el aeropuerto alcance un tráfico de 1,2 millones de pasajeros anuales.
SNC-Lavalin, una empresa que gestiona por ejemplo el aeródromo de Malta y que está vetada por el Banco Mundial durante un periodo de diez años por sobornar a funciorios de Bangladesh, fue la mejor valorada por delante de Gesnaer -un consorcio de empresas del que formaba parte Marina d'Or junto a la colombiana Airvata y la panameña Airquip Europa-.
Lavalin debe gestionar el aeropuerto castellonense -inaugurado en marzo 2011 por Francisco Camps y Carlos Fabra pero aún sin actividad y sin que su coste definitivo esté del todo claro, tal y como advertía la defensora del pueblo en su informe anual de 2013- por un periodo de 20 años, con una aportación máxima por parte de la administración de 25 millones de euros a abonar en un periodo de diez años con un tope máximo anual de 4,5 millones de euros.
Además, la única forma para que el Consell se libere de pagar esos 25 millones de euros es que el aeródromo reciba 360.000 pasajeros al año, lo que supone recibir por ejemplo 100.000 viajeros más que el aeropuerto de San Sebastián. Además, esta proyección supone una reducción con respecto a las primeras previsiones, que hablaban de 600.000 pasajeros en el primer año de funcionamiento de la infraestructura.
La adjudicataria deberá encargarse, además de la gestión de la instalación, de culminar la fase de certificación de la infraestructura de acuerdo a las exigencias de la Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa).