Mazón criticó a la Universitat de València ante empresarios y sindicatos por suspender las clases por la DANA
La Universitat de València (UV) envió el lunes 28 de octubre por la tarde, un día antes del episodio de lluvias torrenciales que desbordaron el barranco del Poyo causando más de 200 muertes, un comunicado a todos sus estudiantes anunciando la suspensión de las clases por la previsión de fuertes lluvias. Durante la mañana del fatídico martes 29, tras el aviso rojo que anunció la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), a las 7.36 horas, se acordó suspender toda la actividad docente, administrativa, investigadora y cultural en todos los campus e instalaciones universitarias.
La medida, que a la vista de la gravedad de las inundaciones evitó poner en riesgo la integridad de 50.000 estudiantes, 3.000 trabajadores de personal técnico, administración y servicios de apoyo y más de 5.000 profesores, no gustó al presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón.
Como ha venido informado elDiario.es, tras el acto en el Palau de la Generalitat en el que el jefe del Consell, en torno a las 13.00 horas, afirmó que el temporal se desplazaba hacia la Serranía de Cuenca y que perdería fuerza a las 18.00 horas, se reunió con representantes de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), de UGT y de CCOO para hablar de los presupuestos autonómicos, encuentro previo a la comida con la periodista Maribel Vilaplana en la que le ofreció la dirección de À Punt.
Además de Mazón, por parte del Gobierno valenciano también estaban la vicepresidenta y consellera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, Susana Camarero, y la de Economía, Hacienda y Función Pública, Ruth Merino. Por parte de la CEV estaba su presidente, Salvador Navarro, y por parte de los sindicatos sus secretarios generales, Ismael Sáez (UGT-PV) y Ana García (CCOO-PV). El encuentro estaba previsto a las 13.30 horas, pero arrancó pasadas las 13.45 horas.
Testigos presenciales del encuentro con patronal y sindicatos han confirmado a este diario que Mazón estaba molesto con la suspensión de clases y de actividad decretada por la dirección de la Universitat, al considerarla exagerada. Así lo trasladó a los presentes en una charla informal antes de abordar los detalles de las cuentas autonómicas. Y eso a pesar de que en ese momento estaba plenamente vigente el aviso rojo de Aemet y ya se había lanzado la alerta hidrológica tras informar la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) del desbordamiento del barranco del Poyo, un aviso que produjo a las 12.20 horas. Mazón se ausentó de la reunión poco antes de las 14.30 horas y a los pocos minutos finalizó. De esa reunión se fue directo al restaurante el Ventorro, a cinco minutos andando del Palau de la Generalitat, a la comida “privada de trabajo” con la periodista.
Mientras que la UV tomó medidas preventivas desde un día antes de la tragedia, al igual que hicieron algunos alcaldes a título individual en sus respectivos municipios donde también suspendieron las clases, la Generalitat Valenciana tardó 12 horas y media desde el aviso de Aemet en lanzar la alerta a los móviles de la población, cuando miles de personas estaban ya atrapadas. Por ejemplo, en el colegio Internacional de Levante de Chiva los alumnos y profesores se vieron sorprendidos por la tormenta y pasaron la noche en el centro a causa de las inundaciones. La Diputación de Valencia mandó a sus trabajadores a casa a mediodía del 29 de octubre y a las 14 horas cerró sus centros de trabajo no vinculados a emergencias.
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