Todas las encuestas apuntan que el PP no podrá gobernar la Generalitat ni el Ayuntamiento de Valencia sin el apoyo de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera, liderado por Carolina Punset en la Comunitat Valenciana, no suelta prenda sobre su política de pactos postelectorales. El miedo, casi pánico, se está instalando en la cúpula del PP. Parte de los colaboradores cercanos a Alberto Fabra creen que no tendrán el apoyo de la formación naranja. Y en ese caso, la izquierda estaría en condiciones de hacerse con el poder.
La hipótesis del PP se basa en la beligerencia entre los populares y Rivera en los últimos días, que va in crescendo. Y en la identificación entre corrupción y el PP valenciano, que aconsejería a que Ciudadanos, muy centrado en las elecciones generales, huyera de pactos con un partido unido al escándalo. El partido de Punset, más allá de aclarar que no estará en ningún gobierno si no es la lista más votada, no suelta prenda, pero el miedo en el PP es evidente. Rita Barberá ya ha dicho en voz alta lo que muchos piensan, también con el objetivo claro de evitar que algunos votantes conservadores apuesten por Ciudadanos.
“Albert Rivera no va a pactar conmigo en Valencia: no quiere mostrarse antes de las elecciones generales”, dijo el miércoles por la noche Barberá en Mediterráneo TV. La alcaldesa atacó a Ciudadanos –no “es bueno que se decida quien es alcalde de Valencia desde Barcelona. Yo no voy a pactar con un partido que desautoriza a los mayores”- y apeló al voto útil. “Nosotros no somos análogos a Ciudadanos, así que no hay voto más útil que el del PP”, dijo.
Fabra, por el contrario, corteja a Ciudadanos, sabedor que sólo su apoyo le permitiría seguir en la presidencia. Mientras, Punset, abre la puerta a acuerdos puntuales –contra la corrupción, por una mejor financiación autonómica- con todos los partidos. La política de pactos de C’s tras las elecciones continúa siendo una incógnita. Y eso ha llevado el pánico al PP.