De proyectar la urbanización un Parque Natural como la Albufera o una autovía en el viejo cauce del Turia en los años 70 a promover políticas que han posibilitado que València haya sido elegida capital verde europea en el año 2024 frente a Cagliari, la otra finalista, algo que hasta ahora en España solo había logrado Vitoria en 2012.
Así lo puso en valor el alcalde, Joan Ribó, en su discurso de agradecimiento en el Palacio de los Deportes de Grenoble, instantes después de anunciarse el galardón: “Estamos hoy aquí gracias a los valencianos que lucharon y ganaron por tener un Saler para el pueblo, un río Turia que sea un gran parque y un jardín donde antes era el espacio de Jesuitas, gracias a ellos estamos aquí”, dijo en valenciano.
Este galardón de la Comisión Europea, más allá de los 600.000 euros que conlleva, supone un espaldarazo a las políticas en materia de sostenibilidad impulsadas especialmente en el año 2015 por el nuevo Gobierno municipal progresista liderado por Ribó, integrado entonces por Compromís, PSPV y València en Comú, y en este último mandato por valencianistas y socialistas.
Unas políticas avaladas de esta forma por las autoridades europeas, pero sin embargo han sido (y lo siguen siendo) duramente criticadas por la derecha, tanto por el PP como por Ciudadanos y Vox, pese a que los dos primeros partidos han apoyado la candidatura de València.
Las fortalezas de València que han dado forma a su candidatura se basan en cuatro pilares: Infraestructura verde y biodiversidad urbana, misión climática, movilidad sostenible y recuperación del espacio público, y huerta y alimentación sostenible.
Infraestructura verde
València cuenta con cuatro grandes activos naturales que, de forma simultánea, no se dan en ninguna otra ciudad europea: el Parque Natural de la Albufera (con 21.120 hectáreas de ecosistema natural de gran valor ecológico), el Parque Natural del Turia (con 4.684 hectáreas que albergan tres grandes masas boscosas), la huerta (una de las más relevantes de Europa) y el mar Mediterráneo.
En esta línea, el Ayuntamiento ha apuestado por una naturalización de la ciudad a escala de barrio, con el objetivo de diseñar una ciudad del siglo XXI hecha a la medida de las personas y no del automóvil, y que facilite estilos de vida activos y saludables en contacto con la naturaleza.
Entre los proyectos más destacados, la ciudad cuenta en estos momentos con el Parque de Desembocadura, el corredor verde que se articulará en el sur de la ciudad con el soterramiento del acceso ferroviario o la renaturalización del cauce nuevo del Turia.
Neutralidad Climática
El pasado mes de abril, la Comisión Europea anunció que València era designada como una de las 100 ciudades europeas que asumirán el reto de convertirse en climáticamente neutras e inteligentes en 2030.
Dentro de ese proyecto, la transición energética justa es un elemento fundamental, y para ello, se trabaja por impulsar un cambio del modelo energético de la ciudad, avanzando en el autoconsumo y aprovechando las oportunidades que representa la figura de las comunidades energéticas a nivel de barrio.
Como ejemplo de proyecto innovador destaca la instalación de 7.000 placas solares en las cubiertas de los nichos de los cementerios, una iniciativa que contribuirá a proporcionar energía a las personas en riesgo de exclusión.
Movilidad sostenible
La descarbonización de la movilidad es otro de los puntos fuertes de la candidatura, un objetivo en el que se lleva tiempo trabajando y que ha logrado que los desplazamientos no mecanizados (a pie o en bici) supongan casi el 50 % de los movimientos internos en la ciudad.
La ciudad ha conseguido también un descenso del tráfico motorizado del 4,27 % en sus accesos y del 6,48 % en las vías principales; y se trabaja en el proceso de electrificación de la flota de vehículos, públicos y privados, y en un modelo de ciudad de 15 minutos.
De 2015 a 2021 se han recuperado más de 150.000 metros cuadrados de espacio peatonal, incluyendo 2.182 metros cuadrados en los entornos de 13 centros escolares, junto con las plazas del Ayuntamiento, de la Reina o del Mercat y Bruges.
Huerta periurbana
Finalmente, València cuenta con una fortaleza y un elemento distintivo que le han hecho valedora de este reconocimiento: su huerta, un espacio de gran valor que desde el Ayuntamiento se esfuerzan en proteger.
La huerta de València es una de las huertas mediterránea más relevantes de Europa y ha sido declarada como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Además, la ciudad a través de la FAO (Oganización para la Alimentación y la Agricultura), fue designada como Capital Mundial de la Alimentación para el año 2017 y en 2019 se convirtió en el epicentro mundial de la lucha contra el hambre y el cambio climático con la apertura del Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS) que se encuentra en la la Marina de València.