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A quien lea

Ventura, prior poliédrico

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A Vicent Ventura quan era a l’exili

“Amic del cor, de l’ànima, del fetge,

jo no sé fer rellotges, jo voldria

anar plorant pel boulevard, la boira,

i preguntar-li a Brassens si has dinat,

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Que estic trist, que et recorde, que no puc,

un ofegat en el bocoi de vi,

músiques de Vivaldi per l’estora“.

Vicent Andrés Estellés, Burjassot. ‘L’amic’. 1965

En la historia del País Valenciano hay capítulos por escribir. Otros son incompletos. Se cumple un siglo del nacimiento de Vicent Ventura i Beltrán (Castelló, 1924-València, 1998). María Consuelo Reyna, que siempre se consideró de derechas, decía que Vicent Ventura tenía la culpa de todo (lo que a ella no le gustaba) a pesar de ir de la mano, en sus inicios, del eterno candidato a presidente de la Generalitat, Manuel Broseta Pont. Ventura cubre una etapa decisiva en la conciencia cívica del País Valenciano. Ciudadano multidisciplinar de un país con expectativas en ciernes que Ventura intentó desde diferentes troneras y almenas. Encasillar a Ventura entre periodista y político es incompleto. Fue mucho más: un activista indefinible.

Amigo de todos

Lo recuerdo a los pies de mi cama, pierna en alto, en el Hospital Clínico, en el quinto piso del servicio de Traumatología del catedrático Francisco Gomar Guarner, conocido de Ventura, por su parentesco con Sanchis Guarner y paciente suyo. Vino a verme con Josep Mª Soriano Bessó, fundador de Caixa Popular y Ferrán Vidal (primer conseller de Interior con Joan Lerma), dos periodistas con los que formábamos el equipo de corresponsales– València eXprés– del diario vespertino “Tele-eXprés” de Barcelona, que dirigía Manuel Ibáñez Escofet, al le unía una excelente amistad. Meses antes me recomendó en un aprieto al entonces comandante jurídico en el cuartel de Ingenieros, donde hacía el servicio militar, Salvador Escandell Cortés. Después presidente de la Diputación de València, gobernador civil en Gran Canaria y defensor del general Milans del Bosch, cabecilla del golpe de Estado del 23-f. En febrero de 1994 la Real Sociedad de Amigos del País de València le hizo un homenaje compartido con Joaquín Maldonado Almenar y destacado por el Col·lectiu L’Arnadí (T. Escuder, J. Esquembre, V. Martínez Riera, J. Martorell y X. Ribera) en su columna habitual en el diario “Levante”, titulada; ‘Dos personatges valents’. Unas pocas líneas, muchos amigos y una faceta central: la dimensión económico-empresarial que rigió el comportamiento de Vicent Ventura.

Economía primero

La obsesión de Vicent Ventura fue el control de la gestión, recursos e inversiones, mediante proyectos, iniciativas, conocimiento e información. Para conseguir la autonomía política es preciso conocer la realidad y las posibilidades económicas del territorio. Contar con eficientes cuadros técnicos profesionales concienciados en el desarrollo integral del país. En la última fase, disponer de cuadros políticos comprometidos y formados para desarrollar la productividad empresarial con el objetivo de ser competitivos en el contexto español e internacional para generar riqueza y crear empleo. Estuvo detrás de la primera “Estructura Econòmica del País Valencià” amparada por Joaquín Reig Rodríguez, presidente del Banco de València (alter ego de Ignasi Villalonga Villalba y fundador en 1932 de “Unió Valencianista” y del “Centre d’Actuació Valencianista”) con el asesoramiento de Ernest Lluch y Emèrit Bono. Compartí con él la campaña de opinión que coordinó para que varios empresarios valencianos optasen a la concesión de la Autopista del Mediterráneo frente a la poderosa alianza Banco Central- Dragados y Construcciones, que finalmente se llevó el gato al agua con Aumar. La apuesta valenciana contaba con empresarios y empresas domésticas de primer nivel: Vicente Iborra ( Banco de València), Silvino Navarro (aún lejos de AVE), Joaquín Muñoz Peirats, Construcciones Rodrigo, José Joaquín Viñals (Caja de Ahorros). Siempre insistió en la necesidad de que entidades, instituciones, y empresas tuvieran gabinetes de estudio y prospección económica. Se consiguió en la Cámara de Comercio de València (Antoni Rico, Joaquím Mafé) pero no en el Banco de València, ni en el de la Exportación, ni en Promobanc, ni en la Caja de Ahorros. Así nació el gabinete de estudios Sigma en el que participaron además de Ventura, Joaquín Maldonado Chiarri, Ricard Pérez Casado, José María del Rivero, Juan J. Pérez Benlloch. De allí salió la publicación anual ‘Noticia del País Valenciano’ y una serie de iniciativas para cubrir el vacío de publicaciones, documentación, información y asesoramiento.

Al calor de ‘Valencia Fruits’

Está dicho por Ventura que en el único medio de comunicación valenciano en el que no tuvo nunca ninguna censura ni restricción fue en el periódico económico “València fruits”. Creado en 1962 bajo la dirección de Martín Domínguez Barberá, después de haber sido represaliado en la dirección del diario ‘Las Provincias’, el periódico semanal ‘València fruits’ surge de una carambola a tres bandas. La creación del Banco de la Exportación, la constitución de la sociedad Cocisa - de los comerciantes citrícolas– y la participación del europeísta Simón Cano Denia (director del Instituto Valenciano de Economía e impulsor de la Facultad de Ciencias Económicas en València, de la que fue profesor). La necesidad existía. La agencia internacional Reuters(2.500 empleados), con sede en Londres, especializada en proporcionar información a los medios de comunicación (10% de su actividad) y a los mercados financieros (90% de su facturación) inició a través de Comtelsa y su periodista insignia en España ,José García Alegre, la publicación de un boletín ciclostilado, Oranges, que se distribuía por suscripción con las noticias que interesaban tanto a los productores, como a los exportadores e importadores en mercados de destino, acerca de la economía citrícola en su conjunto. Simón Cano desde COCISA detectó la conveniencia, se la trasladó a Vicent Ventura y pusieron en marcha un circuito informativo que fue evolucionando hasta dar a luz el primer ejemplar de ‘Valencia Fruits’ en 1962, dirigido por Martín Domínguez y editado por José Ferrer Camarena.

Al Día

En 1966, siempre bajo la batuta de Ventura, se convocó una reunión clave en la sede de Sucro S.A. de la calle Hernán Cortés, a la que asistieron: Vicente Iborra, Martín Domínguez Barberá, Pedro Monsonís, Francisco Trullenque, Paco Domingo, Ricardo Fuster, Joaquín Maldonado Almenar y Luís Suñer en la que se decidió la publicación de un periódico de información económica (la única posible durante la dictadura) siguiendo los pasos y los criterios del semanario que editaba Ferrer Camarena. El director fue Martín Domínguez, con Vicent Ventura como redactor jefe y redactor, J.J. Perez Benlloch, con la cabecera de “Al Día”, para diferenciarlo del semanario. Apareció de mayo a diciembre y se suspendió su publicación por inviabilidad económica. Los promotores de ‘Al Día’ renunciaron a las cantidades aportadas para sufragar la publicación en su arranque, aunque Ferrer Camarena ofreció devolverlas con cargo a los beneficios que reportaba Valencia fruits. Sorprende que en las biografías de Ventura, en las recopilaciones de artículos y en las referencias periodísticas, se omite la etapa crucial de “Valencia fruits’, donde estuvo colaborando a lo largo de su vida activa con una retribución fija como colaborador habitual, a pesar de que, como él afirmaba, ”fue el único periódico del País Valenciano en el que escribió siempre que quiso“.

Publipress

A causa de su persecución por participar en el IV Congreso del Movimiento Europeo, celebrado en Munich (1962), Ventura tuvo que exiliarse en París, bajo amenaza de prisión si regresaba a València. Buscó trabajo para sobrevivir y recibió ayuda desde España. Joaquín Maldonado Almenar sufragó el viaje a París de su esposa, Marina, para que se reuniera con él. A su vuelta fue detenido y confinado en Dénia, donde se hospedó en casa de su amigo el canónigo Josep Espasa. Una vez en València los periódicos y emisoras donde trabajaba le cerraron las puertas. Creó la empresa de publicidad Publipress, que a su vez actuaba como agencia de comunicación para empresas , entidades e instituciones. Contó con un equipo de irrepetibles profesionales en los distintos campos de actividad: el escultor Andreu Alfaro para el diseño, Francesc Jarque-fotógrafo consagrado, Alfredo Benavent, Josep La Roca, J.J. Pérez Benlloch–periodista– y Luís Torres, colega suyo en Radio Nacional en València. Llegó a ser de las primeras agencias publicitarias españolas entre 1964 y 1990. Desde València, donde el precio de la desventaja es considerable frente a Madrid o Barcelona. Desde Publipress se hizo publicidad comercial de la mejor, se lanzó “La Gran Enciclopedia de la Región Valenciana”-- la publicación de temática valenciana con mayor tirada vendida (30.000 ejemplares)– y organizó la elección de J.A. Perelló Morales a procurador en Cortes, como trampolín para ser presidente de la Diputación provincial de València (1970-1974). El más tolerante y aperturista de toda la dictadura franquista.

Política y Europa

La vertiente política de Ventura es la menos original y la más novelesca si se separa de la dedicación principal a los cimientos económicos. Ya decía que política y economía conforman un todo indisoluble. De Falange y del Movimiento Nacional franquista pasa en 1950 a la Acción Social Democrática de Dionisio Ridruejo. El periodista- político ya en la órbita de la urgencia aperturista del régimen, conectado con Joaquín Maldonado Almenar, se fue a Munich en 1962 al IV Congreso del Movimiento Europeo. Su participación se consideró un desafío al franquismo orquestado desde el exterior por José Vidal Beneyto. A Ventura se le consideró proscrito, aunque con reconocimiento y prestigio europeo, muy bien valorado entre las élites de resistencia a la dictadura. Desde las catacumbas comunistas (Marcelino Camacho y Antonio Palomares) hasta los círculos de proximidad al tentacular Opus Dei (Rafael Calvo Serer, Antonio Fontán, Vidal Beneyto, Perelló, Burguera). Fue Miquelet d’honor de la Societat Coral el Micalet, Premi Creu de Sant Jordi (1997), Medalla de Oro de la Universitat de València y primer Premio de Periodismo del Movimiento Europeo en la Comunidad Valenciana, ambos en 1994. Quizás esta última fue la distinción que más le satisfizo en su modestia, por la irreductible vocación europea que orientó toda su trayectoria cívica. Fuster decía de él que tenía el carisma de prior conventual por su inagotable dedicación personal al proselitismo. En 1963 creó el Partit Socialista Valencià (PSV) que derivó hacia un PSPV. No coincide en nada con el actual y menos desde que se vinculó al PSOE. Finalmente desembarcó en el Partit Nacionalista del País Valencià- Unitat del Poble Valencià. Convencido de que la compleja misión ideológica y territorial que se propuso, sólo podía ser ejecutada en equipo, mediante el fichaje de personas válidas, concienciadas y generosas, aunque en ocasiones le salieran ranas. Más que un político al uso, fue un activista con múltiples facetas por descifrar.