La portavoz del grupo municipal de València en Comú, María Oliver, se prapara para afrontar como candidata a la alcaldía de València las primeras elecciones municipales bajo la marca Podemos, tras ser la más votada en el proceso de primarias.
Oliver concurrió a los pasados comicios como número dos de València en Comú, plataforma intrumental que se presentó como marca blanca de los morados con el independiente Jordi Peris como candidato.
Sin embargo, Peris abandonó la formación a mitad de mandato por motivos personales, pero también cansado de las luchas internas por controlar el partido, momento en el que emergió la figura de Oliver, militante de Podemos y con un perfil mucho más combativo. No en vano, en los últimos meses se ha mostrado muy crítica con sus socios, especialmente con el PSPV-PSOE, en proyectos como el PAI de El Grau, el de Benimaclet o la ampliación de la V-21.
¿De qué iniciativas o proyectos están más orgullosos en estos tres años y medio de mandato?
Uno de los logros que nos parecían más importantes como Valencia en Comú es creación de una red de escuelas infantiles de gestión directa. Después de tantos años de Gobierno del PP se había normalizado la gestión indirecta que llevaba ciertos problemas en cuanto a la calidad del servicio. Los precios de las escuelas infantiles que estaban en algunos barrios eran las más caras, compitiendo con las escuelas privadas, lo cual nos parecía un problema. Estamos hablando de que un servicio que estaba en torno a los 350 euros ahora está en torno a los 35 euros con un porcentaje de ocupación del 50% y ahora está acercándose al 100%. Este concepto de servicio público que nos gustaría, consistente en tener una escoleta en cada barrio, es de lo que estoy más orgullosa. Lo mismo que con los teatros municipales, empezamos con la gestión de El Musical, ahora tenemos la Mutant; nos gustaría generar una estructura de teatros de gestión directa porque eso permite apostar por el teatro como algo más que una programación.
¿Y qué cosas se han quedado como asignaturas pendientes?
Pendientes, pero que creo que algo que vamos a poder conseguir antes de terminar la legislatura es el tema de la participación, que era un poco el otro gran pilar que llevaba València en Comú en su programa, los servicios públicos y la participación. En este sentido se ha hecho un trabajo muy intenso de redinamización y reconfiguración de las juntas municipales de distrito y nos queda pendiente lo que es el marco juríco que acompaña, el reglamento de participación que estamos ahora cerrando. Se introduce una participación más activa y, de alguna manera, más real puesto que cualquier ciudadano o entidad puede generar sus mociones y generar esa relación directa para abrir la participación a otros interlocutores que no sean solamente los históricos.
Hablando de participación, ¿esperaban más implicación de la ciudadanía y más rapidez en la ejecución de los presupuestos participativos Decidim València?
La lentitud de los proyectos está dentro de lo que sería deseable aglizar en general en materia de inversiones. La participación en general en una ciudad que llevaba 24 años sin participar en absoluto sabemos que era un tema difícil, pero que además tenía el peligro de acabar desactivando la propia participación, si no se materializaba en cosas concretas. Generar esa rueda para que la gente vea que cuando implicas a un barrio el Ayuntamiento tiene la canalización preparada, aunque tarde, un poco más de lo esperado, al final se hace, y eso da credibilidad en los barrios. Hará que el proceso participativo sea cada vez mejor entendido y que la gente participe más.
En cuanto a la situación de El Cabanyal, ¿pensaban que iban a poder avanzar más rápidamente en la regeneración del barrio?
Ahí hay una decisión del equipo de Gobierno inicial que tiene como objetivo canalizar el mayor número de ayudas posibles a nivel de Generalitat y ministerio, incluso de ayudas europeas. Esto sabíamos que iba a hacer más complejos los trámites administrativos y por tanto iba a ralentizar la acción más que si se hubiera habilitado una partida presupuestaria anual e ir ejecutando, lo que hubiera sido más rápido, pero la inversión hubiera sido menor. Estamos hablando de que todos los proyectos que estamos acometiendo se justifiquen con el Edusi (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado) y eso lleva unos ritmos que nos está perjudicando de cara a poder ejecutar. La decisión en un principio me parece acertada porque la inversión que había que hacer en el barrio es muy importante.
¿Qué proyectos tienen en tramitación y en qué fase están?
Los proyectos están ahora mismo en fase de proyecto básico, de ejecución y licitación de obras, con lo cual ya podemos prever que el año que viene y el siguiente se van a empezar a ver las obras de edificación, que yo creo que es un poco lo que la gente está esperando. Las obras de urbanización sí que es verdad que nos las encontramos por ejecutar con el proyecto hecho y eso sí que hizo que se pudieran hacer de forma inmediata, pero todo lo que de alguna manera ha parido este equipo de Gobierno está en vías de hacerse realidad en breve.
¿Dará tiempo a ejecutar toda la inversión del Edusi? Y si no es así, ¿se perdería lo que se dejara de invertir?
Lo que estamos intentando es que todas las inversiones se puedan justificar en la Edusi de forma que no se pierda ninguna línea presupuestaria ni un solo euro de lo que teníamos previsto. Yo creo que sí se llegará, pero sí que es verdad que los cambios de criterio del ministerio muchas veces están ralentizando administrativamente la gestión, lo cual no quiere decir que los proyectos no se vayan a hacer. Que la Lonja de Pescadores se haga con el Arru o la Edusi creo que a la ciudadanía es lo que menos le preocupa, es una cuestión nuestra. Lo importante es que se aprovechen las ayudas y que la obra se termine.
¿Cuáles son los proyectos más inmediatos que se van a poner en marcha y cuántas viviendas sociales están previstas en el Cabanyal?
De la Edusi el más avanzado es el centro cívico, que para nosotros simbólciamente es importante porque en la zona de prolongación de Blasco Ibáñez pasada la estación, cuando aún se llamaba Blasco Ibáñez ese tramo de calle, hay una serie de solares donde va el centro de mayores, la escoleta y el centro cívico. Para nosotros, que se inicie uno de los tres de manera inmediata era muy importante porque de alguna manera también bloquea la posible prolongación de la avenida, que para los vecinos era una cosa fundamental. Las viviendas están muchas licitándose las obras, con lo cual, el comienzo será inmediato, antes de las próximas elecciones. En licitación hay ahora 40 viviendas sociales de diferente tipología.
Ha habido diferencias de criterio importantes con sus socios de Compromís y PSPV en proyectos como la ampliación de la V-21 o el PAI de El Grau y el de Benimaclet. ¿No es incoherente manifestar esas discrepancias pero a la vez mantenerse en el Gobierno?
Nosotras seguimos defendiendo que no solo es coherente, sino que además es sano. En una ciudad con 24 años de Rita Barberá estos temas jamás habían tenido acceso la ciudadanía. Nunca nos hemos enterado de cómo se gestionó la Fórmula 1, nos estamos enterando ahora, y eso creo que es malo porque de alguna manera oculta casos de corrupción graves. En lo que se refiere a la gestión del patrimonio y a la gestión de los sectores que quedan por construir en la ciudad, creo que de alguna manera la discusión política es muy sana, sobre todo teniendo en cuenta de dónde venimos. Lo que hemos estado haciendo es sacar el debate a la calle, hacer pedagogía y cuando hemos podido convencer a nuestros socios les hemos convencido y cuando no, pues no. Cuando defendemos posturas como la oposición a la ampliación de la V-21 lo hacemos porque hay movimientos sociales históricos detrás que así lo entienden y tenemos la obigación de poner sus reflexiones sobre la mesa, que son reflexiones interesantes sobre el modelo de ciudad.
Por tanto, no van a desmarcarse de votaciones con sus socios en estos temas ni se plantean una ruptura de gobierno, ¿no?
Yo creo que son temas en los que la ciudad no tiene prisa, aunque puede que algún inversor sí tenga premura en desarrollar planes urbanísticos porque el mercado así lo demanda. Se están activando los PAI no cuando la ciudadanía lo demanda, sino cuando se activa el interés privado, lo cual es lícito y no nos parece mal. Pero el interés privado tiene que coincidir con un interés público, que es el que nosotros defendemos.
Si los números dieran, ¿serían partidarios de reeditar el tripartito?
Sí, estamos convencidas de que la ciudad ha cambiado para bien y de que tiene mucho más margen de cambio.
Hasta ahora parecía factible una reedición de un bloque de izquierdas en València, pero parece que tras las elecciones andaluzas han surgido dudas por la irrupción de Vox. ¿Cren realmente que podría peligrar la mayoría de izquierdas?
Yo creo que no. Las elecciones andaluzas vienen de un contexto muy concreto, de un partido progresista muy poco progresista, en este caso en el ámbito andaluz, que llevaba muchísimo tiempo y de alguna manera el resultado se debe a una desmotivación del electorado, que no vio un cambio en el PSOE como sí lo puede estar viendo a nivel estatal. Yo creo que extrapolar el resultado no se corresponde con la realidad porque, en contraposición con el PSOE andaluz, creo que en este momento la gente sí que ve que hay una evolución dentro del PSOE. Tendrán que valorar si merece la pena votarlo o no, pero que yo creo que a nivel estatal el hecho de que hayan accedido a algunas demandas que Podemos puso sobre la mesa, como la subida del salario mínimo, se ve como una vuelta del PSOE a lo que su militancia le está pidiendo. Susana Díaz no representaba eso, lo hizo que mucha gente se quedara en casa.
¿Os preocupa que Vox pueda irrumpir en València?
Aquí este perfil ha existido siempre, lo hemos sufrido en los último 9 d'Octubre de manera muy intensa. Yo espero que haya un trasvase de votantes, no un crecimiento. Que Vox crezca porque vacíe a algunas opciones políticas en las que este perfil de votante estaba incluido sin tener tanto protagonismo. No creo que haya un crecimiento y eso sí que me daría miedo, no un crecimiento de Vox, sino la asunción de su mensaje por parte de la ciudadanía.
Como candidata a la alcaldía por Podemos, ¿qué aspectos destacaría del programa electoral que presentarán?
Lo que se ha planteado es un trabajo en una serie de ejes y de aquí a marzo hacer un llamamiento a lo que son los mivimientos sociales con los que hemos estado trabajando para generar un cierto debate sobre las líneas que debemos trabajar. Si la gente tiene opinión de hacia dónde tiene que ir esta ciudad nosotros vamos a poner las mesas de trabajo para que se pueda expresar y con eso construiremos el programa.
¿Qué tipo de ciudad propone Podemos urbanísticamente?
Después de estos 24 años, desde el momento en que se decide no crecer más sobre la huerta, no vemos la urgencia en el desarrollo de nuevos barrios, sobre todo porque la ciudad tiende a dejar huecos y creo que es más interesante consolidar lo que hay y repensar estos puntos estratégicos. Por ejemplo, el Grau va a ser un punto muy estratégico, sobre todo en el momento en el que hay una decisión a nivel estatal en cuanto a la condonación de la deuda de 377 millones de la Marina. Esto cambia totalmente la configuración política de ese espacio, es decir, ese espacio tiene un Plan Especial que se diseñó para generar unos usos privados cuya explotación tenía por objetivo pagar una deuda, y si esa deuda desaparece, todo ese Plan Especial para nosotras pierde sentido, lo que afecta directamente al PAI de El Grau. Por supuesto, el hotel previsto pierde sentido totalmente porque la Marina debe adquirir un carácter más público y menos empresarial.
¿Pero de qué manera afectaría según ustedes al PAI de El Grau?
Creo que merece la pena reconfigurar también el PAI de El Grau porque está sirviendo a un modelo de ciudad que no se corresponde con el nuestro, porque se generan unas edificabilidades muy grandes con una tipología de vivienda que a la ciudad no le sirve para solucionar sus problemas de acceso a la vivienda. Y luego estás generando un barrio que debería de configurarse con ese espacio que es la Marina pero que en este momento está diseñado de manera autónoma, no tiene relación ni con El Grau, ni con Moreres, ni con la Marina.
Hay quien piensa que el Parque Central con la estación subterránea y el túnel pasante es irrealizable por su alto coste y que se debería ir a una solución más práctica sacando la estación del centro. ¿Qué opinán al respecto?
Cuando alguien te dice que te van a hacer una cosa es difícil decir que no. Si el ministro estuvo el martes y públicamente se comprometió a hacer esta obra es difícil poner en cuestión esa realidad. Son inversiones que a nivel de ciudad parecen inabarcables, pero a nivel de Estado la cosa cambia. Si el Estado ve esta obra como prioritaria, como obra no tiene mayor dificultad. La opción de coser los barrios, que es lo que nos parece más interesante, pasa por soterrar las vías o por la retirada de la estación a las afueras. Podría parecer más sencilla la segunda, pero si se hace la primera tiene mucho que ver con tener una estación pasante o término. Si la tienes pasante, a nivel de conectividad y para el Corredor Mediterráneo, es más interesante.
La movilidad ha sido un tema polémico. ¿Por qué modelo va a apostar Podemos en su programa?
Nuestro modelo es apostar por la peatonalización, que es algo que cuesta poner en marcha pero una vez has ganado una calle peatonal está demostrado que no vuelve a tener tráfico nunca. València tiene una configuración muy buena para este tipo de acciones, no solo en el centro de la ciudad sino también en el centro de los barrios. Todos crecieron alrededor de Extramurs y han conservado su configuración original y tienen zonas susceptibles de peatonalizar, incluso de manera más natural. También es fundamental una red de carril bici completa y segura porque está demostrado que con buenas infraestructuras ciclistas la gente deja el coche en casa. Lo único que faltaría aquí es un transporte público mucho más potente. Se están haciendo esfuerzos para que la EMT y el metro den un mejor servicio, porque es realmente lo que falta, junto a esa visión metropoliana que nos falta por la carencia de inversiones del Estado. Se trata de dar alternativas reales a la gente para que no coja el coche.