El urbanismo táctico ha cambiado los esquemas del corazón de la ciudad de València. A la espera de una reurbanización definitiva, la peatonalización blanda de la plaza del Ayuntamiento ya es una realidad y supone un vuelco a su configuración sobre todo en lo que a movilidad se refiere.
La actuación que arrancó hace una semana supone la ampliación en 12.000 metros cuadrados del espacio para viandantes, por lo que en total habrá 21.000 metros cuadrados peatonales, casi el doble. Las terrazas de los bares se bajarán a la calzada cuando las condiciones sanitarias permitan su instalación, quedando las aceras libres para el paso peatonal.
El proyecto ha requerido una inversión de 300.000 euros en reasfaltado y mobiliario urbano, entre los que destacan bancos y 200 maceteros para delimitar las nuevas zonas peatonales.
Tras la actuación, la plaza del Ayuntamiento queda con un solo vial que discurre por la zona recayente al Ateneo y a Correos, donde se habilita un carril en dirección a Marqués de Sotelo para dar continuidad a los buses lanzaderas de la nueva línea C1 de la EMT, los cuales son híbridos.
De esta forma, el tramo de la calle de San Vicente entre Reina y plaza del Ayuntamiento queda en exclusiva para la línea C1 y para taxis, eliminándose el giro hacia la avenida de Maria Cristina.
La peatonalización del considerado como punto neurálgico de la ciudad implica también la de la cercana plaza de la Reina, que se reurbanizará en los próximos meses, y la prioridad para buses en la calle de Colón, la más comercial de la ciudad, la cual queda con dos carriles para transporte público y uno para privado, puesto que gran parte de las líneas que pasaban por por las plazas de la Reina y del Ayuntamiento, concebidas hasta ahora como grandes rotondas plagadas de paradas de EMT, se redirigen por esta vía.
Así, todo el tráfico queda desviado desde la calle de la Paz hacia Poeta Querol, salvo taxis y la línea C1, que cuenta con una frecuencia de entre 4 y 5 minutos y conecta los intercambiadores de la plaza de la Porta de la Mar y de la calle de Xátiva, a la altura del Instituto Lluís Vives.
Paralelamente se redacta el proyecto definitivo de reurbanización que ha contado con las aportaciones de los colectivos sociales, tras un ambicioso proceso de participación ciudadana.