El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, quiere reforzar las relaciones con Catalunya. Al menos, con sus empresarios. El líder popular apela al “equilibrio, la lógica y la coherencia” a una “proximidad respetuosa” entre ambas comunidades, para “resolver reivindicaciones comunes que benefician a la Comunitat Valenciana y Catalunya”, como las grandes infraestructuras, pero continua marcando las distancias políticas.
Mazón asistió el miércoles a Barcelona, invitado a una conferencia en la sede de Foment del Treball, la confederación de los empresarios de Catalunya, cuyo título era 'Comunitat Valenciana, liderant el Mediterrani', toda una declaración bajo la que exponer el “nuevo modelo” político. El presidente valenciano incluyó a su homólogo catalán, Pere Aragonés, ni en la agenda de la visita ni en su ronda de encuentros con líderes autonómicos para tratar cuestiones comunes. Se reunirá, eso sí, con el presidente de Murcia la próxima semana para abordar el trasvase Tajo-Segura y otros asuntos del agua.
Entre las reivindicaciones comunes, el presidente valenciano apuntó al Corredor Mediterráneo, una ambición compartida con el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. Arrancó la conferencia con un apunte sobre el tiempo que se tarda en ir de València a Madrid frente a lo que cuesta ir a Barcelona, más del doble en caso de coger el tren: “Es el síntoma de una gran anomalía. Estamos de espaldas”, dijo Mazón, que pidió un acercamiento entre territorios “sin intermitencias ni paternalismos”. “Estando tan próximos no tiene sentido esa lejanía”, apuntó, para después reclamar que no “bajemos el diapasón” y que los agentes sean igual de reivindicativos con la parte de la infraestructura que se desarrolla en la Comunitat Valenciana que en Catalunya.
El dirigente valenciano defendió sus rebajas fiscales como un agente dinamizador de la economía, siguiendo el axioma liberal por el que menos impuestos suponen mayor recaudación. Habló de la bonificación del impuesto de sucesiones y donaciones, que según sus palabras, ha beneficiado a 1.500 valencianos que se han ahorrado 10 millones de euros en conjunto; de la derogación de la tasa turística, que nunca llegó a aplicarse, de la rebaja del impuesto de transmisiones patrimoniales o de las desgravaciones del IRPF en deporte y sanidad privada.
Junto a la reducción de la burocracia, afirmó que así fomenta el Consell “el dinamismo económico desde la libertad, la sensatez y el equilibrio”. En concreto, Mazón se refirió al 'Plan Simplifica', que permitirá “agilizar” los trámites burocráticos para las fotovoltaicas, que ahora “obtendrán su licencia en un año” o las constructoras, que tendrán las licencias de edificación rebajadas “de tres años a un mes.”
Eliminación de impuestos verdes
Siguiendo con las rebajas fiscales y administrativas, el presidente valenciano avanzó que no se desarrollarán los impuestos previstos en la Ley de Cambio Climático. Mazón aseguró que el impuesto a las grandes superficies comerciales, a la industria y a los vehículos que generasen emisiones contaminantes, aprobados por el anterior Ejecutivo, no entrarán en vigor. “No lo voy a poner en marcha porque no va a ayudar a nuestra competitividad. Y es, en mi opinión, un discurso 'fake' de sostenibilidad. Y lo único que va a provocar es el colapso”, defendió.