El conseller de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, ha reconocido este jueves que existen problemas con los pliegues en las zonas de unión del Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias pero ha asegurado que el trencadís de su cubierta no corre peligro de desprendimiento.
Buch se refería a la información que publica el diario Las Provincias, según la cual la fachada del edificio diseñado por Santiago Calatrava, el más moderno del complejo, presenta grietas y material cerámico despegado que amenaza con desprenderse.
El Ágora posee, según el conseller, “un sistema de construcción distinta de chapa única” al del vecino Palau de les Arts, obra también de Calatrava y cuya cubierta está pendiente de ser reemplazada tras los desprendimientos de diciembre pasado que obligaron a su retirada total y al cierre parcial del coliseo.
“Los técnicos dicen que el riesgo de caída es muy inferior al del Palau” de les Arts, ha añadido Buch, quien ha reconocido que “se está estudiando poner juntas de dilatación en pliegues donde hay uniones, para evitar que se produzca cualquier incidente”.
Además, ha señalado que “se está trabajando en estos problemas” y que es algo que “lleva tiempo” en su conocimiento y que “ya se podían percibir en la superficie” determinados desperfectos.
En cualquier caso, ha apuntado que se están haciendo averiguaciones y se prevé que se realice “un análisis técnico” externo para que se confirme “que no haya ningún problema”, aunque ha declarado que “no parece que la situación sea la que se tenía en el Palau de les Arts, donde había mucha superficie suelta”.
El Ágora comenzó a ser usado como centro de acontecimientos (de desfiles de moda a conciertos y campeonatos de tenis) en 2009 y fue el último edificio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que entró en funcionamiento.
En cuanto a la reunión prevista para hoy con los abogados de CACSA para analizar la propuesta de Calatrava sobre la situación del trencadís del Palau de les Arts, el conseller ha destacado que apuesta por “una solución amistosa porque es lo mejor para todos”, aunque ha precisado que se ha puesto en marcha “un proceso judicial paralelo al diálogo por si la cosa no se arregla”.
Asimismo, ha añadido que no sabe si la de hoy será la última reunión ya que las negociaciones “llevan su tiempo”, aunque espera que el plazo no se dilate más allá del mes de septiembre.