Los proyectos urbanísticos y la corrupción política han sido durante años un tándem demasiado popular en la costa mediterránea. No en vano han inspirado novelas, series y filmes y han agotado la tinta de los juzgados de instrucción. Entrar en la política urbanística valenciana implica hacerlo en un terreno pantanoso del que resulta complicado salir. Y, como sucede cuando se saltan charcos, alguno puede salpicar.
Una operación contra la corrupción urbanística del PP en València se ha llevado por delante a Rafael Rubio (València, 1960), un histórico de los socialistas valencianos y, hasta este jueves, subdelegado del Gobierno en Valencia. Rubio, que entró en 1996 como concejal en el Ayuntamiento de València, se ha deslizado de la política municipal a la autonómica y más tarde a la nacional, siempre con una cierta discreción y denunciando la corrupción del PP desde su escaño.
Rubio tiene desde este jueves dos causas abiertas por corrupción, ambas ligadas al Partido Popular valenciano. Imputado en el caso Taula por los asesores 'zombis' de la Diputación de Valencia, Rubio se desayunaba el jueves con una detención e investigación en el caso Azud, que investiga el cobro de 'mordidas' a cambio de adjudicaciones de contratos públicos en el Ayuntamiento de València que dirigía Rita Barberà. La Guardia Civil acusa al entonces portavoz del PSPV en el consistorio de cobrar cerca de medio millón de euros en metálico como parte de la trama para adjudicar parcelas públicas a un constructor, el empresario Jaime María Febrer -también detenido-, titular de la ya extinguida Construcciones Valencia Constitución SL. El constructor y el exvicealcalde Alfonso Grau también han sido detenidos y se suman a José María Corbín, cuñado de Rita Barberá, su abogado, Diego Elum, la hermana de la exalcaldesa, Asunción Barberá y las tres hijas del matrimonio Barberá-Corbín como imputados.
Licenciado en Geografía e Historia, Rubio, funcionario de carrera, es uno de los rostros que componen el mapa municipal de los socialistas. Originario del barrio de Sant Isidre (València), comenzó su andadura en la agrupación de Patraix, a la que siempre ha estado muy ligado. Se incorporó como concejal en el Ayuntamiento de Valencia en 1996, fue candidato a la alcaldía en las municipales de 2003, líder de la oposición a Rita Barberá y secretario general del PSPV en València entre el 2000 y 2007, cuando dimitió por los malos resultados de la candidatura que lideraba Carmen Alborch. Del Ayuntamiento pasó a la Diputación de Valencia, donde fue portavoz del grupo, también en la oposición, hasta 2011, que saltó a las Corts Valencianes. En la legislatura previa a la mayoría progresista presentó 1.600 iniciativas y preguntas parlamentarias, con especial actividad en la denuncia del caso Emarsa.
Orgánicamente, Rubio se ha alineado con diversas familias socialistas, incluida la de Jorge Alarte, de quien recibió el encargo de limar asperezas en el partido de cara al congreso de 2008 mientras estaba en la Diputación de Valencia. En el cónclave de 2011, donde se repitieron las candidaturas -Alarte, Puig, y Francesc Romeu- apoyó al entonces todavía secretario general, que perdería el congreso frente a Ximo Puig. En los últimos años se acercó al sector de José Luis Ábalos. En las elecciones autonómicas de 2015 no logró revalidar su escaño por un puesto y fue rescatado por el concejal de Urbanismo Vicent Sarrià como asesor en el Ayuntamiento de València. Rubio fue nombrado subdelegado del Gobierno en Valencia en junio de 2020, un rescate del ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, a quien había sucedido años antes en la secretaría general del PSPV en la ciudad de Valencia.
Su nombramiento como subdelegado del Gobierno se realizó pese a que estaba imputado -ahora procesado, pero pendiente de recurso- por la pieza del caso Taula que investiga los asesores 'zombis' en la Diputación de València. Otro caso de corrupción del PP en el que el socialista se vio salpicado. Alfonso Rus, expresidente de la Diputación de Valencia con el PP, definió a Rubio como “uno de los políticos más serios que conozco” en su declaración judicial en el marco de la trama. En las filas del PSPV-PSOE y entre sus colaboradores no dan crédito al hecho de que Rubio pueda estar implicado en un caso de corrupción como el que le afecta. Pero, lo crean o no, la realidad es que este socialista todoterreno está bajo sospecha.