En medio de la polémica sobre la necesidad de una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para las obras de la ampliación norte del Puerto de València, tras las modificaciones introducidas sobre el proyecto orginal, la Autoridad Portuaria (APV) sigue adelante con su hoja de ruta para hacer realidad el proyecto siguiendo las directrices marcadas por el anteproyecto aprobado en 2018.
Así, el pasado mes de octubre sacó a la licitación por importe de 172.000 euros el estudio de soluciones y redacción del proyecto para adecuar el dique norte a los nuevos calados de la dársena de la ampliación norte.
Según la plataforma de contratación del Ministerio de Hacienda a la que enlaza la web de la APV, la licitación está en estos momentos en fase de evaluación de ofertas.
El proyecto está directamente relacionado con las modificaciones incluidas en la ampliación norte para acoger megabuques de 24.000 contenedores.
En la propuesta inicial de ampliación los nuevos muelles figuraban adosados al dique norte en el que se encuentra el antiguo faro, mientras que los diques de abrigo quedaban para la terminal de cruceros, en funcionamiento actualmente.
Con los cambios introducidos en el anteproyecto de 2018, las 137 hectáreas de nuevos muelles pasan a adosarse en los diques de abrigo, por lo que la terminal de cruceros se trasladará a los astilleros de la antigua Unión Naval (junto al barrio de Natzaret).
Esto implica realizar las obras objeto de la mencionada licitación que suponen la consolidación del dique norte que actualmente cuenta con una profundidad de entre 12 y 14 metros, con el objetivo de poder rebajarlo a los 20 metros de profundidad que tendrá toda la dársena interior de la ampliación norte para que de esta forma sea también atracable.
Esta licitación contradice la posibilidad de que la APV renuncie al dragado del canal de acceso a una profundidad de 22,5 metros, uno de los ascpectos que chocan frontalmente con la DIA concedida en 2007, que establece un calado de 18 metros.
Según la introducción del pliego de prescripciones técnicas del proyecto en licitación, “las obras para la creación de la citada terminal se situarían en la dársena de la ampliación norte del Puerto de València, incluyendo además de la ejecución de los muelles y rellenos necesarios, el dragado de la dársena y del canal de acceso hasta alcanzar la cota necesaria para garantizar la total operatividad de los buques de cálculo considerados, situando el dragado en el caso de la dársena a la cota -20m”.
Los diferentes mapas y planos incluidos en el mismo pliego reflejan la previsión del canal de acceso a una profundidad de 22,5 metros.
Tanto las alegaciones presentadas al proyecto de ampliación por parte de la Conselleria de Emergencia Climática, como las de la 'Comisió Ciutat-Port', plataforma integrada por entidades vecinales y ecologistas, inciden en que el dragado a 22,5 metros en el canal de acceso implica que el volumen de fondos marinos a extraer pase de 1,5 millones de metros cúbicos a 21,3 millones de metros cúbicos, 14 veces superior a lo autorizado en la DIA 2007.
Además, la superficie afectada por el dragado para habilitar el canal de acceso pasaría de las 80 hectáreas contempladas en la DIA de 2007 a 450 hectáreas, quedando el límite inferior del área a unos 1.500 metros del ámbito marítimo de L'Albufera.
Según un estudio presentado recientemente por el que fuera director del grupo de Puertos de València (1965-76) y director general de Puertos y Costas del Ministerio de Obras Públicas, Pascual Pery Paredes, el dragado de este canal de acceso a una profundidad de 22,5 metros podría agravar la erosión en las playas del sur, al provocar un oleaje de mayor fuerza y envergadura.
Por este motivo, Pery Paredes consideró necesario la elaboración de una nueva DIA que analizara estas cuestiones y en su caso estableciera medidas correctoras. Además, consideró incompatible la supuesta renuncia al dragado del canal de acceso a 22,5 metros de profundidad con la entrada de buques de 24.000 contenedores.