El alcalde de Burjassot, Rafa García, ha presentado esta tarde públicamente su candidatura a la secretaría general del PSPV-PSOE, cargo por el que competirá con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. La guerra entre familias del partido ya es una realidad.
García cuenta con el aval de Pedro Sánchez y su secretario de organización, José Luis Ábalos. A pesar de ello, ha desvinculado su iniciativa -“ha sido una decisión meditada y personal”- de cualquier maniobra de Ferraz. “No he hablado con Sánchez de esto. N entendería que Madrid se entrometiera” en la vida de la federación valenciana del PSOE.
Ha justificado su paso adelante como una forma de trasladar a la Comunidad Valenciana “el entusiasmo y la movilización” generados a nivel estatal con las primarias que han llevado a Sánchez a la cúpula del partido. Decenas de militantes han abarrotado el salón de actos de la sede del PSPV para escuchar a García.
“El militante ya no está para pegar carteles y pagar cuotas. Hay que empoderar a las bases e impulsar el partido. Necesitamos una organización viva, reforzar la vida orgánica para que también mejore la gestión en las instituciones”. En ese plan, la bicefalia -un secretario general ejerciendo de presidente del Consell- no encaja.
Por ello, García ha dejado claro que la única manera de pactar una lista de integración es que Puig renuncie a la secretaría general para ser presidente, un cargo con carga simbólica pero sin poder real. Y ajeno a la historia del partido. “Son nuevos tiempos”, ha dicho el alcalde de Burjassot.
García ha recriminado a Puig su gestión autocrática del partido. “Se han tomado decisiones como abandonar la ejecutiva federal [Puig lo hizo como paso previo a su participación en la operación de derribo contra Sánchez] sin consultar a la militancia. Apenas se ha convocado al comité nacional”, el foro de decisión donde la dirección rinde cuentas entre congresos.
García, sin embargo, ha defendido la labor del gobierno valenciano -una coalición entre PSPV-PSOE y Compromís con el apoyo parlamentario de Podemos- presidido por Puig. “Este es un proceso orgánico”, sin vinculación con la gestión de la Generalitat, ha repetido varias veces a preguntas de la prensa. “Los modelos antiguos no funcionan”, ha insistido para defender que las bases voten a su líder.
De su proyecto para el PSPV, más allá del empoderamiento de la militancia, poco se sabe. “En los próximos días presentaremos un documento hecho con las aportaciones de los afiliados”. Ha justificado la inconcreción de su discurso con otra puya a Puig, que ha convocado las primarias para elegir secretario general el 15 de julio. “Éste es un proceso exprés, convocado con precipitación y poco tiempo”.