Ximo Puig, un histórico del socialismo valenciano, se lo juega todo –con su partido- en las próximas elecciones autonómicas: podría ser el nuevo presidente de la Generalitat o ahondar en el hundimiento del PSPV. Aunque las encuestas señalan que su partido sigue perdiendo apoyos, aún sería la fuerza de centro-izquierda más votada.
Puig, para recabar apoyos, acaba de publicar un libro -“El problema valenciano tiene solución. Exhaustos de ofrendar nuevas glorias a España” –donde ofrece sus recetas para una comunidad con casi “un 30% de paro, de pobreza y de deuda” respecto al PIB, como gusta decir.
En el libro se apoya en una frase del exministro valenciano Jordi Sevilla, para quíen los políticos, “o son parte del problema o son parte de la solución”. Estas son algunas de las soluciones que propone Puig para el problema valenciano.
Los pactos de la Generalitat
El hundimiento moral y económico de la Comunitat Valenciana tras 20 años de gobierno del PP es innegable. Para superarlo, es “necesaria la implicación directa de toda la sociedad en consensos” para:
-Un nuevo modelo de crecimiento basado en la mejora de la competitividad
-Nuevas políticas activas de empleo con objetivos claros.
-Modificacion inmediata del ruinoso sistema de financiación autonómica
-La regeneración de las instituciones valencianas [corrompidas por el PP]
-Crear las bases de un estado del bienestar valenciano fuerte.
Superar el problema valenciano. El fin de la invisibilidad
Puig detalla con números como la Comunitat Valenciana está maltratada por el estado. La financiación autonómica, la deuda histórica y la falta de inversiones del gobierno central serían ejemplos. En la raíz del problema, estaría en una “falta de influencia y liderazgo” en Madrid, que “con el actual gobierno se habría reducido a cero”. Para recuperar “la capacidad efectiva de autogobierno”, el nuevo Consell deberá hacer patente en Madrid el problema valenciano. Y conseguir del estado 4.000 millones de euros más de los recibidos en 2014. Un reto mayúsculo.
Un estado del bienestar valenciano fuerte
No hay un duro en la caja, pero Puig quiere un estado del bienestar valenciano fuerte para luchar contra la pobreza y la creciente desigualdad. Apuesta por una educación pública fuerte con cambios “en profundidad”:
-Una escuela menos “memorística” y más “creativa”, que prepare a los estudiantes para un entorno donde los trabajos mecánicos y manuales pueden desaparecer.
-Más autonomía, con exigencia de resultados, a los centros, especialmente los universitarios. El sistema es ahora extremadamente rígido.
-Hay que medir la calidad del sistema. “El sistema educativo no puede ser reacio a la evaluación”.
Puig también quiere cambios en una sanidad “pública, universal y gratuïta” en la que se acabará con el modelo Alzira pero donde también es necesaria una renovación “en profundidad”. Entre más de 20 medidas, de forma un tanto críptica, se habla de “adecuar los incentivos con los objetivos de calidad y eficiencia del sistema”. ¿Se pagará a los funcionarios en función de su rendimiento? “El sistema público potente y de calidad sólo podrá sobrevivir” con grandes cambios, dice Puig.
Una nueva RTVV...sin fecha concreta
El líder socialista considera imprescindible una Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) y se compromete a resucitar la televisión pública cerrada por el PP. Eso sí, a diferencia de en otras ocasiones, en el libro no pone fecha para la reapertura. Podría ser el 9 d´octubre de 2015 –como se ha prometio, siempre y cuando haya un gobierno de izquierdas- o no. De hecho, Puig plantea una televisión muy diferente a la anterior, un “nuevo modelo de RTVV”, con un “fuerte componente tecnológico y adaptada a la sociedad de redes e internet” y que necesitará de “reformar leyes”. El caos jurídico y económico de la liquidación de Canal 9 no hace fácil su vuelta.
Regenerar la democracia, reiniciar la Generalitat
“Devolver la dignidad a la Generalitat exige un cambio radical de comportamiento” tras 20 años de gobierno del PP. Puig, como toda la oposición, desagraviará a las víctimas del metro. Además, quiere imponer las primarias abiertas a todos los partidos, reformar la ley electoral para que los votantes puedan elegir a candidatos y no listas cerradas, instaurar un código ético para los ciudadanos o una ley de gobierno abierto que lleve la transparencia a las instituciones.
Cercenar las diputaciones
“Las diputaciones son una institución anclada en el siglo XIX”, dice Puig. Por ello, serán jibarizadas. Por su opacidad, por su extraño diseño institucional, que impide la petición de responsabilidades, y porque la Generalitat puede asumir gran parte de sus competencias, con el ahorro en cargos políticos, entre otros, que eso supone.
Una España federal
“Tras tres décadas de estado autonómico”, un sistema útil en su momento, el estado debe avanzar hacia el federalismo, que acabe con la “deslealtad política” de los gobiernos centrales. La Comunitat Valenciana ganaría en “capacidad tributaria” –gestionaría sus propios impuestos y rompería con una financiación autonómica insuficiente- y ofrecería “lealtad institucional” al resto del país, apunta Puig.