“Señor conseller, díganos quién manda, ¿usted o el señor Alberto de Rosa?”. Esta fue la pregunta que lanzó el diputado de Compromís, Carlos Esteve, al conseller de Sanidad, Marcial Gómez, durante su comparecencia en Les Corts para explicar las principales líneas de trabajo de su departamento en la legislatura.
Alberto de Rosa es el director ejecutivo europeo de Ribera Salud, la empresa que gestiona el departamento sanitario de Dénia, y hermno del que fuera senador del PP Fernando de Rosa.
Esteve realizó esta pregunta mientras mostraba al hemiciclo una circular emitida por Ribera Salud en la cual anuncia el nombramiento de María Pilar Navarro como nueva gerente del departamento y la presentación a la Conselleria de Sanidad de un plan estratégico para los próximos cinco años, el plazo que prevé el contrato como posible prórroga de la concesión, con una inversión prevista de 60 millones, que en parte ya se debía de haber ejecutado en la construcción de un nuevo centro de salud y en la mejora de las instalaciones de atención primaria.
La publicación de este documento en el que Ribera Salud prácticamente da por hecho que seguirá gestionando el hospital de Dánia otros cinco años más se produce antes de que el conseller Gómez haya confirmado tanto este departamento como el de Manises, cuyo proceso de reversión inicio el Gobierno del Botánico al estar en su último año de concesión.
De hecho, Gómez, además de afirmar tajantemente que el que manda en la Conselleria es él, insistió en su intervención en que la futura gestión de los departamentos privatizados dependerá del resultado de una auditoría que ya se ha encargado, a pesar de que un informe de la propia conselleria desaconseja prorrogar la concesión.
Gómez anunció este jueves que ya ha dado la orden para iniciar los trabajos de redacción de los pliegos de mantenimiento de la concesión en los departamentos de Dénia y Manises -cuyo contratos expiran en 2024- “para tenerlo todo preparado” en caso de que la auditoría encargada concluya que el proceso de reversión iniciado por el Botànic debe paralizarse. No obstante, ha recalcado que “todas y cada una de las posibilidades están abiertas encima de la mesa”.
En ese sentido, reclacó: “Digo, dije y diré que están abiertas cada una de la posibilidades; digo, dije y diré que no me precipitaré en mi decisión, como sucedió en la reversión de Torrevieja que generó graves problemas atención sanitaria más allá de que estuviera bien o mal tomada; y digo, dije y diré que si se prorroga, será por un año revisable”.
La oposición, durante el debate, exigió al conseller que aclare cuál será el futuro de la gestión de estos departamentos y, al respecto, Gómez les afeó que solo se ocupen de estos departamentos cuando su preocupación son los cinco millones de valencianos.
“Los ciudadanos de Dénia y Manises tienen que estar tranquilos porque tendrán la mejor sanidad posible, porque el debate no es sanidad pública o privada, sino que el debate es sanidad bien gestionada o mal gestionada”, dijo. “Mi conselleria es como la Coca-cola, ideología cero-cero”, concluyó.