Ribó enseñará valenciano a Livermore más allá del “caloret”

Europa Press

Valencia —

El alcalde de Valencia, Joan Ribó, y el intendente del Palau de Les Arts, Davide Livermore, se convertirán en “pareja lingüística” para que este último aprenda valenciano más allá del “caloret”, que según ha confesado el italiano fue la primera palabra que aprendió en valenciano, aunque después le dijeron que “no es correcta”.

Esta pareja surge en el marco del programa de Voluntariat Llingüístic de Escola Valenciana, que este año cumple su décima edición y que ha contado durante esta década con más de 20.000 participantes entre voluntarios y aprendices. Además de Ribó y Livermore, en esta ocasión también son pareja el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la secretaria autonómica de Cultura, Carmen Amoraga.

Ribó se ha mostrado muy contento con su pareja y le ha propuesto, en un tono distendido, un trato: “Davide, nos tomamos unas birras y a partir de ahí hablamos en valenciano de música”. Además, el alcalde ha apostado por extender las parejas lingüísticas entre los empleados municipales porque algunos de ellos atienden directamente a los vecinos y “es muy importante que lo primero que se diga a los vecinos sea 'bon dia' y no 'buenos días', es un paso muy pequeño pero fácil de conseguir y que ayuda a la normalización”.

“Herramienta fundamental de comunicación”

Así, ha recalcado la necesidad de que el valenciano “sea la herramienta fundamental de comunicación” en el consistorio y que no se hable solo del valenciano por parte de la corporación “cuando se habla del caloret”. Por su parte, Livermore ha incidido en que el objetivo fundamental de cualquier idioma es la comunicación y ha puesto en valor que desde que está en Valencia nunca nadie le ha dejado fuera de ninguna conversación por no hablar valenciano.

Así, ha asegurado que le “encanta” que una lengua se erija como “raíz” de un pueblo pero no sea utilizada como herramienta de exclusión. De hecho, ha explicado que él mismo -natural de Turín, en la región italiana de Piamonte- piensa en piamontés, no en italiano, pero no desde una visión política, sino como su “raíz”, y ha pronunciado unas palabras en esta lengua, fácilmente entendibles para el auditorio, al que ha dicho que nadie le comprende en Italia y sí en Valencia.

Así, ha dicho que para él escuchar valenciano es como oír “un idioma del norte de Italia hablado por un italiano del sur” y su sonoridad le es “muy fácil”.

Puig, voluntario valencianoparlante de la otra pareja lingüística, ha destacado por su parte que la lengua “es un vehículo de comunicación, pero es mucho más” porque comunicarse en valenciano es expresar “una parte de nuestro sentimiento”.

Tras recordar que el valenciano no ha sido oficial durante siglos, ha destacado su fortaleza para continuar siendo hablada por los ciudadanos, y ha advertido de que “ahora es mucho más difícil para una lengua aguantar que en otros momentos de la historia por la globalización o la potencia de los medios de comunicación”.

Quien no aprende, “porque no quiere”

Respecto a la posibilidad de extender las parejas lingüísticas al Palau, ha apuntado que le parece una idea “brillante” y ha insistido en que “la lengua ayuda a empatizar, a entendernos y a hacer cosas juntos”. Por último, ha hecho hincapié en la utilidad del valenciano, del derecho a utilizarlo en todos los ámbitos y, además, ha indicado que se trata de una lengua que no es especialmente complicada y quien no la aprende es “porque no quiere”. Carmen Amoraga, por su parte, ha manifestado que su intención es adquirir mayor fluidez a la hora de hablar valenciano.

El presidente de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), Ramon Ferrer, ha señalado que “hace unos meses algunas personas comenzaron a pensar y después de pensar mucho sacaron una cosa que se llamaban señas de identidad, en plural” y “se podrían haber ahorrado pensar tanto porque lo tenían muy fácil: los valencianos tenemos una seña de identidad muy grande que es el valenciano, esa es nuestra seña de identidad”.

Así, ha indicado que, “contrariamente a estos grandes pensadores”, Escola Valenciana “lo ha visto desde siempre y se ha dedicado a potenciar ese gran tesoro” con iniciativas como este voluntariado, que ha permitido expandir “de manera exponencial” la lengua vernácula.

El presidente de Escola Valenciana, Vicent Moreno, ha agradecido precisamente a la AVL que durante los últimos cinco años haya acogido este acto, que en esta edición se celebra por primera vez en un edificio oficial, “como tocaba”, con un Consell que “estima y tiene la sensibilidad suficiente para poner el valenciano en el lugar que toca”.