El periodista valenciano Rodrigo Terrasa (València, 1978) presenta este lunes 11 el libro 'La ciudad de la euforia', con una llamativa portada en la que se ilusra una paella llena de confeti: “El mérito es de Artur Galocha porque, aunque le dije que no quería recurrir a tópicos, tanto la paella como el confeti representan bastante bien lo que somos”.
La obra retrata el contraste que se vivió en la Comunitat Valenciana entre la euforia que se respiraba en los años de la corrupción del PP en los que “había dinero para todo” y el drama social que sufrieron aquellos que trataron de denunciarla, de los que cuatro testigos protegidos cuentan en primera persona cómo fueron coaccionados y amenazados.
“Su testimonio es el gran valor que creo que aporta el libro porque los casos de corrupción que hubo ya están contados y muy trillados, pero el relato de cuatro de los denunciantes es brutal, cuentan por ejemplo que tuvieron que asistir a terapias, que sufrieron acoso laboral, amenazas de muerte, cartas con balas, ese contraste entre la euforia que vivían unos con el drama de otros creo que funciona bastante bien”, explica.
El periodo temporal que abarca se remonta “a la llegada de Francisco Camps a la presidencia de la Generalitat Valenciana en el año 2003, aunque evidentemente no se pude entender lo que sucedió si no se cuenta la historia de Eduardo Zaplana y de Rafael Blasco; todo comienza cuando el presidente socialista Joan Lerma destituye a Blasco como conseller por un caso de corrupción y Zaplana lo ficha”.
Sin embargo, el libro, según explica Terrasa, no es propiamente una crónica judicial de los casos de corrupción que han aflorado en la Comunitat Valenciana: “El libro trata de explicar qué estaba pasando, es una radiografía social de una fiesta que duró 20 años en la que se describen los perfiles de esos personajes secundarios, políticos y empresarios de segunda fila que tejieron una telaraña de corrupción en las instituciones”.
Para el periodista valenciano, en la actualidad reportero de la revista Papel del periódico El Mundo, “de alguna manera todos participamos un poco de aquello, los periodistas llegamos tarde y la oposición no estuvo a la altura; quizás es muy difícil discutir determinadas cosas con la boca llena de canapés, a nadie le gusta ser el que apaga la música en la fiesta, pero espero que hayamos aprendido la lección”.
Entre esos personajes que retrata, el que más llama la atención de Terrasa es Ángel Fenoll, “uno de los cabecillas de la trama Brugal que empezó como chatarrero, luego se hizo propietario de varios vertederos en Orihuela y acabó siendo millonario y montándose un zoo de animales exóticos en uno de sus vertederos”.
Además, resalta que un personaje como Fenoll “manejó la política de media provincia de Alicante y grababa todas las reuniones que mantenía con los políticos a los que sobornaba”.
Terrasa destaca también el papel de Juan Cotino, exconseller y exdirector de la Policía con Aznar quien falleció el pasado año, “un personaje siniestro que aparece en todos los casos de corrupción y que podría ser el protagonista de una serie de HBO”.