“Comprar material sanitario ahora en China es una selva porque todo el planeta está comprando allí a la vez”. Así de contundente se muestra la secretaria autonómica de Economía de la Generalitat Valenciana, Rebeca Torró, nexo de la ejecución de la 'Ruta de la Seda' con la que el Gobierno valenciano trae del gigante asiático numeroso material sanitario para abastecer la lucha contra el coronavirus.
La clave, en un momento en el que desaparecen aviones cargados o llega material inservible, es según señala Torró tener a “alguien de confianza que se mueva en China”. Y este alguien es Chen Wu Keping, empresario afincado en València desde hace 35 años y que se ha dedicado a la importación y exportación desde hace mucho tiempo, lo que le ha proporcionado unos valiosos contactos que han servido para tener éxito en esta operación.
Torró explica que cuando estalló la pandemia el presidente Ximo Puig trasladó a todo el gobierno la necesidad de buscar recursos para abastecer a un sistema sanitario que va a necesitarlos. En ese momento la responsable económica entró en contacto con Keping, a quien conoce de su etapa como teniente de alcalde de Ontinyent, ciudad donde el empresario chino tiene un centro comercial, le expuso la necesidad de importar el material y accedió inmediatamente.
El mecanismo necesita mucha coordinación: la empresa de Keping realiza las compras en China en nombre de la Generalitat Valenciana como cliente, pero la compra se hace con un hilo constante de comunicación con la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública que apunta los productos que necesita. Cuando están localizados la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios debe dar su visto bueno a la validez de los productos. Finalmente, la Agencia Tributaria también tiene que dar su luz verde a la importación. Todo ello en el menor tiempo posible para acelerar la llegada del cargamento, que en un primer vuelo llegó a Zaragoza, donde se hizo la transacción comercial.
Rebeca Torró destaca la dificultad no solo de encontrar el material sanitario en estas circunstancias, sino también el avión de carga. “Tampoco es fácil, y China ha llegado a cancelar el 60% de estos cargamentos que quiere vigilar, por lo que los viajes no se pueden anunciar con mucho tiempo de antelación”.
La secretaria autonómica resalta que “es una operación que se realiza con mucha presión, porque hay muchas vidas en juego, de ciudadanos y profesionales, y no hay margen de error para que lleguen pronto”. Torró recuerda que para esta semana está prevista la llegada del segundo avión cargado de material, y avanza que a lo largo de la próxima semana llegarán nuevos vuelos, pero no concreta la cantidad.