La Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública pone en marcha la unidad para que los centros educativos realicen consultas sobre la salud mental del alumnado. El departamento que dirige Miguel Mínguez, en coordinación con la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte que dirige Raquel Tamarit, ha habilitado un teléfono de apoyo al personal docente ante el aumento del malestar emocional de los adolescentes y el incremento de conductas autolesivas.
La unidad está formada por dos psicólogas que atienden las consultas desde un centro de salud en Castellón y formará un proyecto piloto para dar soporte al sistema educativo en los casos excepcionales en los que precisen de orientaciones e indicaciones específicas por parte de profesionales de la Salud. La medida se anunció el pasado 2 de marzo, tras un encuentro con los responsables de Educación y Sanidad con Presidencia de la Generalitat, y lleva en marcha desde la primera semana de abril.
El teléfono, que se ha puesto a disposición de los centros educativos, está dirigido a las Unidades Especializadas de Orientación; en concreto a las unidades de alteraciones graves de la convivencia y la conducta, la inspección educativa, las coordinaciones territoriales de educación, las unidades educativas terapéuticas y los equipos directivos o los equipos/departamentos de orientación de los distintos centros de la Comunitat Valenciana.
Este servicio tiene como objetivo resolver las dudas del profesorado respecto al estado emocional de los alumnos y ejercer de intermediarios entre estos y los profesionales sanitarios. En los últimos años ha crecido la preocupación por la salud mental de los menores y, ante ello, los docentes reclaman recursos para atender estos casos y poder diferenciar el malestar emocional de trastornos psiquiátricos, atendiendo cada situación como se requiere. Los expertos en salud mental advierten que hay que diferenciar los problemas de ansiedad de la ideación suicida y tener en cuenta la complejidad de cada caso.
Los centros educativos se han convertido en uno de los espacios en los que saltan las alarmas, dada la formación del profesorado. El curso pasado se registraron 1.600 conductas relacionadas con el fuerte malestar emocional, entre conductas autolíticas, ideación y tentativas de suicidio. La detección de estos casos se ha multiplicado por cuatro desde que se detallaran en el registro de incidencias en 2018, una cuestión que tiene en alerta a la Conselleria de Educación, volcada en la detección temprana y en la prevención. Estas conductas afectan al 0,2% del alumnado y son multicausales: opera el ambiente escolar, el familiar, si se da acoso o situaciones de violencia, el propio historial emocional del alumno y las cuestiones psicológicas o las enfermedades mentales.