El escritor Rafael Chirbes ha fallecido este sábado, a los 66 años. El autor de la premiada novela 'En la orilla', que le hizo ganador del Premio Nacional de Narrativa 2014, ha fallecido debido a un cáncer de pulmón que le fue recientemente diagnosticado.
La literatura española contemporánea pierde a uno de los escritores que mejor ha retratado la crisis económica y los males y desvergüenzas que afectan a la sociedad española. ' En la orilla' es el retrato de una España en crisis, en opinión del jurado del Premio Nacional, “de extraordinaria construcción literaria, que tratando de la realidad actual, no se limita al realismo, mostrando una riqueza formal y recursos poéticos que lo trascienden”.
La novela también obtuvo el premio “Francisco Umbral” por su excelencia literaria y el Nacional de la Crítica. La historia de varios personajes en el pantano de Olba, una localidad cercana a la costa, permite retratar la podredumbre que ha habido detrás del desaforado de enriquecimiento inmobiliario, detrás de la especulación, que ha terminado por desfigurar el paisaje y la vida en él.
El escritor, nacido en Tavernes e Valldigna, Valencia, 1949, estudió Historia Moderna y Contemporánea en Madrid. Antes de convertirse en escritor, redactó críticas literarias y vivió en varios ciudades como París, Barcelona o La Coruña. Además, ejerció de profesor de español en Marruecos.
Con 'La larga marcha' (1996) empezó una trilogía sobre la sociedad española que llega hasta la Transición y siguió en 2007 hablando sobre la España de la crisis y la burbuja inmobiliaria. 'Crematorio', la siguiente obra, también le reportó el Premio Nacional de la Crítica y fue adaptada en televisión y protagonizada por el actor Pepe Sancho.
El reconocimiento de la crítica llegó desde su primera novela, 'Mimoun', con la que fue finalista del Premio Herralde en 1988. Le seguiría 'En la lucha final' en 1991. También fue galardonado en Alemania con el premio SWR-Bestenliste por la novela 'La larga marcha' en 1996.
Lejos de “la maraña”
“Yo hago la literatura de lo que veo, intento contar las cosas como yo las veo, y ese me parece que es el trabajo que hago y el que me gustaría hacer”, afirmó a principios del mes de julio a la agencia EFE. El escritor apuntó entonces que “no quería formar parte de esa maraña”, de los abusos y la falta de principios que retrataba en sus páginas.
“Cuando no se quiso contar la Guerra Civil y se ocultaba en los años ochenta (...) yo me dedicaba a intentar recuperar la memoria de esos años: 'La buena letra', 'Los dictados del cazador', 'La larga marcha'... Y cuando intentaron contarnos que el mejor de los mundos posibles era el de esta costa llena de apartamentos, escribí 'Crematorio'”.