Apenas horas después de que un texto anónimo circulara por la sede de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) pidiendo apoyo para el nuevo proyecto de Nou y a tan sólo 48 horas de que la nueva directora general de Canal 9, Rosa Vidal, pidiera el apoyo de su plantilla, parte de los trabajadores de la televisión pública valenciana ha alzado la voz.
Lo ha hecho para reivindicar su validez y profesionalidad. Y, en cierta manera, para respaldar el supuesto nuevo rumbo de la cadena, que de ser un ejemplo de manipulación informativa constante estaría camino de convertirse, siempre según esta versión, en un medio de comunicación objetivo, veraz y plural.
Ese mismo mensaje trasladó Vidal a sus trabajadores el jueves. La directora general, afectada por las críticas personales recibidas durante el juicio contra el ERE y “abandonada” por la Generalitat, pidió expresamente a los profesionales de Canal 9 que defendieran el proyecto, ahora atacado por varios frentes.
El primero, el de la oposición, que ha cargado contra el ERE siempre con palabras gruesas: ha sido tachado de “sectario”, “político” o hasta de “limpieza étnica”. El segundo, el de los propios trabajadores despedidos, que han defendido hasta el límite la ilegalidad de un proceso que ha discriminado entre trabajadores. Así, por cierto, lo cree el fiscal, que ha pedido la nulidad de los despidos.
El reino de los peores
En esa difícil coyuntura, algunos trabajadores han alzado la voz, al parecer, de manera espontánea. El detonante ha sido la carta abierta del periodista Pau Ivars contra un artículo de El País que acusaba a Canal 9 de despedir a “sus trabajadores más cualificados” y, por tanto, quedarse con los peores.
Ivars asegura, tras manifestar su respeto y comprensión a los trabajadores despedidos, que Canal 9 ya no es lo que era: un aparato de agitación y propaganda, ruinoso, por cierto, al servicio del PP. Y así lo probarían las palabras de la nueva directora general a los trabajadores, asegurándoles que se había acabado la manipulación y poniendo a su disposición su correo electrónico para recibir quejas en ese sentido.
El texto de Ivars recibió numerosos apoyos de trabajadores de la casa en Twitter: Maribel Vilaplana, Amalia Sebastián, Frederic Ferri, Vicent Juan o Iñaki Espeso, por citar sólo a alguno de los presentadores que suscribieron el texto.
“No sólo quedan enchufados en Canal 9, que alguno hay. Hay grandes profesionales que trabajan ahora entre los insultos y el desprecio de mucha gente. Por el simple hecho de no haber sido despedido pareces un adicto al régimen, un trepa o lo que casi es peor, un mediocre”, dice un trabajador de RTVV que pide permanecer en el anonimato.
“De la misma manera que entre los compañeros despedidos hay grandes profesionales marcados por su identificación con la etapa del PSOE en la televisión, hay otros puestos a dedo por altos cargos del PP y otros que no han dado un palo en el agua en muchos años”, dice esta fuente.
“Ya vale de maniqueísmo, de historias simples de buenos y malos”, añade. “Ni se han ido los héroes ni se han quedado los parias, aunque en un proceso tan chapucero como el del ERE seguro que se han cometido injusticias”.
Aunque el caos en Canal 9 parece haber remitido, sólo el tiempo dirá si hay voluntad de cambio real en RTVV, que, de momento, arrastra vicios informativos del pasado y afronta un futuro más que incierto.