Federico Sainz de Robles, CEO de Sepiia: “Nuestras prendas tienen muchas vidas futuras”
En la empresa textil Sepiia aplican ingeniería y ciencia a sus prendas de ropa. Esta startup entró hace cinco años con una camisa blanca en la aceleradora de Lanzadera y en la actualidad comercializan todo un armario que no necesita plancharse ni tampoco lavarse, al menos con la frecuencia habitual de cualquier otra prenda de ropa. Tal como explica el creador y CEO de la empresa, Federico Sainz de Robles, la finalidad es “hacer la vida más fácil” a sus clientes.
La industria téxtil es una de las más contaminantes del planeta, tanto por el consumo de agua, como por la producción de basura y de prendas que se deshechan a pesar de seguir teniendo vida útil. Una de las apuestas de la empresa Sepiia es situarse como una alternativa sostenible dentro del mercado de la moda frente a todo este derroche de recursos. Según apuntan, estas “prendas del futuro” ahorran un 87% de agua frente a otra prenda de algodón tradicional, consiguiendo ahorrar “11'6 millones de litros de agua desde 2019”. En esta línea, también aseguran que emiten “un 53% menos de CO2 durante todo su ciclo de vida”.
“También pensamos las prendas desde un punto de vista circular. Todos los materiales que seleccionamos sabemos que van a seguir teniendo muchas vidas futuras”, explica el emprendedor. Por ejemplo, cualquier cliente de Sepiia puede enviar cuando considere las prendas de ropa adquiridas y, después, la empresa la devuelve a su proveedor de hilo para iniciar un proceso de reciclaje y así conseguir que cualquier pantalón o camiseta tenga una segunda vida.
Desde que esta empresa entrara hace ahora cinco años en el programa de Garaje de Lanzadera, del empresario Juan Roig, han conseguido ofertar un armario mucho más amplio, que incluye bañadores y camisetas de mujer, entre otras prendas. También han alcanzado hitos como ser finalistas en los Premios Nacionales de la Industria de la Moda en la categoría de innovación, en 2018. Durante ese año, cerraron su primera ronda de inversión de 190.000 euros. Fue al año siguiente, cuando abrieron sus primeros espacios de venta en Madrid y Barcelona y, actualmente, esta empresa se encuentra en la fase Growth de Lanzadera, con un equipo de diez personas y con una segunda ronda de inversión de 500.000 euros.
Tecnología antibacteriana
“Nuestras prendas de ropa están pensadas para usarlas en el día a día: son prendas elásticas, no se arrugan y tampoco necesitan que las planches”, explica Federico Sainz de Robles. “Tampoco se manchan porque tienen una tecnología que hace que los líquidos resbalen por la prenda sin mancharla. No acumulan malos olores y puedes usar la misma camisa durante días gracias a la tecnología antibacteriana”.
Sobre el proceso de fabricación, explica que el secreto está en estudiar “todo lo que le pasa al usuario a lo largo del día, y también analizar qué le pasa a la prenda”. Así, en cada fase del proceso de desarrollo de la prenda introducn tecnología y diferentes materiales para conseguir que las manchas de café o de vino nunca más sean un problema.
En la empresa textil Sepiia aplican ingeniería y ciencia a sus prendas de ropa. Esta startup entró hace cinco años con una camisa blanca en la aceleradora de Lanzadera y en la actualidad comercializan todo un armario que no necesita plancharse ni tampoco lavarse, al menos con la frecuencia habitual de cualquier otra prenda de ropa. Tal como explica el creador y CEO de la empresa, Federico Sainz de Robles, la finalidad es “hacer la vida más fácil” a sus clientes.
La industria téxtil es una de las más contaminantes del planeta, tanto por el consumo de agua, como por la producción de basura y de prendas que se deshechan a pesar de seguir teniendo vida útil. Una de las apuestas de la empresa Sepiia es situarse como una alternativa sostenible dentro del mercado de la moda frente a todo este derroche de recursos. Según apuntan, estas “prendas del futuro” ahorran un 87% de agua frente a otra prenda de algodón tradicional, consiguiendo ahorrar “11'6 millones de litros de agua desde 2019”. En esta línea, también aseguran que emiten “un 53% menos de CO2 durante todo su ciclo de vida”.