Las conversaciones telefónicas intervenidas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil al entorno del exministro y expresidente valenciano Eduardo Zaplana muestran cómo trabajaba la presunta banda en todo tipo de chanchullos millonarios. La investigación del caso Erial, que también incluyó seguimientos y grabaciones de encuentros entre Zaplana y el blanqueador confeso, Fernando Belhot, ha desvelado un entramado masivo liderado por el exministro del Gobierno de Aznar y dedicado en cuerpo y alma, pese a su delicado estado de salud, al delito de cuello blanco.
Los investigadores adjudicaron nombres en clave a los principales imputados. El expresidente de la Generalitat Valenciana es 'Zapador' y su blanqueador confeso Fernando Belhot es 'Sol'. Ambos se comunican por teléfono para concertar citas en un hotel madrileño que fueron controladas por los agentes de la UCO que les seguían la pista. Así, 'Zapador' y 'Sol' fueron grabados con una cámara tanto en el salón de la planta baja del Hotel Wellington del barrio de Salamanca de Madrid como accediendo a una habitación del séptimo piso de este cinco estrellas del barrio de Salamanca en el que el blanqueador uruguayo se alojaba en sus viajes a Madrid.
Zaplana y el blanqueador confeso de la banda solo hablan de banalidades por teléfono (el uruguayo ha visitado por primera vez Zaragoza y ha quedado “entusiasmado”) y quedan más tarde en verse en el hotel. “Justo estaba en reunión con el hombre del banco, el nuevo gerente”, le explica Belhot a “don Eduardo”.
En otra conversación telefónica intervenida por la UCO, el blanqueador confeso llama a Zaplana desde el aeropuerto de Barajas. “Hablé con la persona del medicamento y me dijo que mañana seguramente tenga una respuesta, a ver si lo puede encontrar”, dice crípticamente Belhot. “Estupendo”, responde Zaplana. El uruguayo detalló su papel en la trama al fiscal anticorrupción y a la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia que investiga el caso y devolvió 5,7 millones de euros del botín para cerrar su acuerdo de confesión.
Otros integrantes de la banda eran más explícitos en sus comunicaciones. Joaquín Barceló, el supuesto testaferro de Zaplana, mantiene una conversación con el asesor fiscal del exministro, Francisco Grau, sobre algún tipo de inversión inmobiliaria de la presunta banda. Grau, considerado por la juez del caso Erial como el artífice de la trama de cobro de mordidas y blanqueo de capitales, muestra sus reservas hacia el pacto alcanzado por el presunto testaferro de Zaplana con la otra parte. “Tenemos que pagar 900.000 euros”, dice Barceló, también conocido como Pachano.
En un momento de la conversación, el deslenguado asesor fiscal rememora los viejos tiempos del boom inmobiliario: “Ahora no podemos... Ahora, los temas inmobiliarios están muy perseguidos. Eso que hacíamos antes, yo compro sobre plano y te lo vendo a ti, sabes, y tú te comes... Eso no se puede hacer”. “Tú no puedes firmar esto”, recomienda a Barceló.
Esta es la transcripción íntegra de la conversación: