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El plan de la muralla musulmana de València amenaza el último taller obrador de Ciutat Vella

“Dentro de unos días se cumplirán 25 años de la amenaza que se cierne sobre  el único taller vivienda tradicional  (obrador) que ha permanecido durante tres siglos en el Barrio del Carmen de València, donde han vivido y trabajado varias generaciones de mi familia. La amenaza y peligro de desaparición está provocado por un proyecto urbanístico municipal en relación con los restos de la muralla de época islámica de Valencia, que deja dicho taller fuera de ordenación para su posterior derribo”.

Así se ha pronunciado este martes José Luis March, portavoz de la plataforma 'Salvem la casa taller March', quien está llevando a cabo una campaña informativa del problema por las calles del centro histórico, y una recogida de firmas que cuenta ya con 770 apoyos en la plataforma change.org y con otros 500 presenciales.

Tanto Pepe, como le llaman su amigos, como su hermano Jesús, son los descendientes de una familia que lleva varias generaciones en los locales de una fábrica de sedas de tradición familiar de la calle Mare Vella .

Este entorno tiene su origen en los primeros asentamientos artesanos de época musulmana motivado por el aprovechamiento hidráulico de las aguas de la acequia de Rovella que discurría junto a este taller, y desde entonces hasta hasta hoy día no ha dejado de tener el mismo uso preindustrial: “es un taller familiar en el que se ha trabajado la seda, mis abuelos hacían también esculturas de madera, orfebrería, cerámica y forja”.

Sin embargo, el Plan Especial de Protección (PEP) de Ciutat Vella que tramita el Ayuntamiento de València y que recoge el plan de recuperación de la muralla musulmana prevé la expropiación del edificio que alberga la casa taller para su demolición con el objetivo de sacar a la luz restos de la muralla y crear una plaza.

El PEP está en periodo de alegaciones y este sentido, Pepe March ha informado de la presentación de un escrito para que se mantenga el edificio y se dote de protección a la casa taller.

Según March, “mi taller ocupa 16 metros dentro de los 2.600 metros de perímetro de la muralla y es el único inmueble que se prevé derribar, pese a contar con una actividad artesanal desde inicios del siglo XIX”.

Actualmente en el taller se realizan exposiciones temporales de joyería, esmaltes o cerámica en colaborando con la Escuela Superior de Arte y Diseño de Valencia, Intramurs, y Ciutat Vella Oberta, así como con el Máster de Protección del Patrimonio Cultural de la Facultad de Geografía e Historia en el asesoramiento de trabajos de investigación sobre temas relacionados las artes aplicadas, los oficios artísticos y los gremios en València.

“Es absurdo cuestionar que una actividad milenaria como la artesanía con tanta tradición y prestigio y que durante siglos ha permanecido en el mismo lugar junto a la muralla musulmana tenga que destruirse, mientras se autorizan por la Dirección General de Patrimonio las más variadas y variopintas actividades a lo largo de esa misma muralla: varios bares de copas, pizzerías, cafeterías, restaurantes, hoteles, clínicas de tatuajes, peluquerías, papelerías, locales de eventos con discoteca incluida, centros culturales, mercados de artesanía, casales falleros, todo tipo de comercios, almacenes y un largo etcétera de las más variadas actividades, locales todos ellos con importantes restos en su interior”, ha lamentado March.

La casa taller se encuentra en la planta baja de un edificio de principio del siglo XX, sobre preexistencias de una fábrica de sedas del siglo XVIII y fue construido por el arquitecto municipal Salvador Pascual.

Se encuentra catalogado en el libro 'Eclecticismo tardio y art decó en la ciudad de Valencia' editado por el Ayuntamiento de València, aunque no goza de protección. En la actualidad este edificio se mantiene en perfecto estado de conservación pues se realizó una rehabilitación integral del edificio en el año 2011.