El Valencia vuelve a México para jugar un amistoso contra su selección el sábado, y retoma así la relación con un país con el que cuenta con un enorme vínculo histórico por sus visitas en 1963 y 1966 que propiciaron, en pleno franquismo y cuando las relaciones entre España y el país norteamericano estaban rotas, que se retomaran contactos diplomáticos, aunque fuera en el ámbito social y deportivo.
El país americano había considerado al Gobierno de la República como único interlocutor válido en sus relaciones con España tras el golpe de estado de 1936, lo que le llevó, ya acabada la Guerra Civil, en 1939, a renunciar a mantener relaciones diplomáticas oficiales con las autoridades franquistas.
La situación permitía a los exiliados vivir con tranquilidad en este país, aunque hacía complicada las relaciones entre ambos países, algo que se suavizó gracias al Valencia CF. Este hecho se recoge en el artículo científico 'El Valencia CF y la recuperación de relaciones deportivas entre España y México (1954-1966)', escrito por los historiadores José Ricardo March y Josep Bosch.
Esas dos primeras visitas de los años 60 (hubo una tercera en 2003), se produjeron como consecuencia indirecta de los más de tres mil valencianos que vivían en ese país tras haberse exiliado por la Guerra Civil, un importante movimiento demográfico que llevó, incluso, a que crearan la Casa Regional Valenciana de México DF en 1942.
Entre los exiliados destacaron José Puche, rector de la Universidad de Valencia entre 1936 y 1939; artistas como Josep Renau, director general de Bellas Artes durante la guerra, Juan Renau o José Luis Benlliure; y escritores como Max Aub, Juan Gil Albert o José Bolea, pero también la figura de Julio Gascó, uno de los fundadores del Valencia en 1919.
Gascó, miembro de la Casa Regional Valenciana en DF, impulsó una pequeña colaboración con el Valencia en 1954, al pedir fotografías y pósters del equipo a raíz de la consecución de la Copa de ese mismo año, festejada en el centro social.
Pese a la inexistencia de relaciones al más alto nivel y a los problemas de comunicación que eso producía, el voluntarioso Vicente Peris, secretario general del club y clave en la construcción del Valencia de los años cincuenta, sesenta y principios de los setenta, envió esos pósters con los que Gascó pudo engalanar la sede social de la Casa Regional.
Esta comunicación, seguida por otras varias durante el siguiente lustro, la entrada a la presidencia de Julio de Miguel y el apoyo del directivo Manuel Belloch y, sobre todo, el éxito de una pequeña gira en 1959 por Sudamérica para jugar la conocida como Pequeña Copa del Mundo, propiciaron que a partir de ese año se empezara a planear una visita a México, aunque no exenta de dificultades. No obstante, una gira en 1953 del Sporting de Gijón, había abierto la puerta, aunque sin el impacto que tuvo las del Valencia.
Trámites en la Embajada de Lisboa por unas relaciones rotas
El texto de March y Bosch recalca que Peris y Belloch diseñaron la primera visita junto al productor cinematográfico Blas López Fandos, presidente del Valencia CF de México, una club de fútbol independiente creado allí por exiliados, y al presidente de la Casa Regional Valenciana, Julio Saborit, en coordinación con la Federación Mexicana de Fútbol. Todo ello con la inestimable ayuda de De Miguel, bien relacionado con el régimen franquista.
Así, el Valencia obtuvo la autorización para realizar la gira para 1963, siempre y cuando se asegurara que los miembros de la expedición valenciana no participaran en actos considerados subversivos. Pero ese visto bueno no acabó con las complicaciones y, como explica Josep Bosch a EFE, el propio Vicente Peris tuvo que viajar hasta la embajada de México en Lisboa para poder obtener los pasaportes.
“En ese momento político, fue un hecho histórico, porque las relaciones eran inexistentes. Había una cierta relación de artistas y económica, pero a nivel formal, dependientes de gobiernos, eran inexistentes, por lo que toda la tramitación de documentación se hizo en Lisboa porque no había embajada en España”, recalca Bosch.
El Valencia, que llegaba como vigente campeón de la Copa de Ferias, aterrizó en la capital del país el 8 de agosto de 1963 con una expedición encabezada por Peris y dieciséis jugadores, además del técnico Bernardo Pasiego 'Pasieguito'.
Todos ellos fueron recibidos por el presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Guillermo Canedo, quien siguió el periplo en su país del Valencia, que ganó 0-2 al América, empató al 1-1 a la Universidad, perdió 4-1 ante el Oro y venció 3-8 al Veracruz en su visita.
March explica a EFE que este fue “un hito fundamental en la historia de las relaciones entre España y México” puesto que “si bien no se reanudaron relaciones completas hasta la muerte de Franco, se estableció una normalidad que permitió que a ambos lados del Atlántico españoles y mexicanos pudieran visitar sin trabas los dos países, además de proseguir sus actividades profesionales”.
Inauguración del Azteca, Cantinflas y un primer paso a los JJOO 68' y el Mundial 70'
Tras el éxito de la primera visita, el Valencia viajó a México en una segunda ocasión, en este caso en junio 1966, cuando participó en un torneo cuadrangular para inaugurar el estadio Azteca, que contaba con más de 60.000 espectadores y en el que el Valencia fue el primer club en ganar un partido, al derrotar 0-3 al Atlante. Muchos de aquellos exiliados asistieron al encuentro para animar al equipo de su vida.
Pero la agenda del Valencia, como había ocurrido en la primera ocasión, no se centró sólo en los partidos de fútbol, sino que la expedición tuvo tiempo para ser recibida en el rancho del conocido actor Mario Moreno 'Cantinflas', y de mantener una nueva cita con los exiliados valencianos en la Casa Regional, celebrada el 2 de junio, con una multitudinaria paella como colofón.
Estas visitas fueron el inicio de la normalización de las relaciones deportivas de España y México, pues el Barça, el Atlético de Madrid o el Espanyol siguieron los pasos del equipo valenciano. Fruto de ello se instauró el 'Trofeo Manuel Belloch', en honor al directivo valenciano que falleció una semana antes de la primera visita del Valencia.
“Este trofeo reconocía a personas o entidades por su especial vinculación con ambos países y que hubieran trabajado por la reanudación de relaciones”, comenta March.
Para el historiador, esta visita de 2024 debería incluir un homenaje a la Casa Regional Valenciana y, sobre todo, a Julio Gascó, que, destaca, “fue uno de los fundadores, secretario de actas del club, primer capitán antes de Cubells y Montes, primer alineador y responsable de que la Casa Valenciana de México impulsara la visita del club”.
En la primera visita a México, la expedición ya depositó una corona de flores en la tumba de Gascó, fallecido en 1956 y que con su petición de unos pósters para del equipo inició una historia que ahora se retoma con el viaje este jueves de una nueva expedición valencianista.