El Ayuntamiento de Zaragoza lleva a cabo el desalojo de un edificio municipal okupado y lo declara en ruina inminente

El Ayuntamiento de Zaragoza ha emprendido este viernes una operación coordinada para el desalojo voluntario del edificio municipal, situado en la calle de Ramón Pignatelli, número 76, y poder realizar una inspección urbanística del mismo. Todos los residentes de las 16 viviendas que estaban ocupadas ilegalmente han abandonado el inmueble de forma voluntaria, y los técnicos han podido hacer la inspección en profundidad que han determinado la declaración de ruina inminente.

En el dispositivo, preparado desde hace días, han trabajado técnicos municipales de los servicios de Inspección Urbanística, Servicios Sociales, Policía Local y Bomberos.

En total son tres familias con menores de edad a su cargo, que ya estaban detectadas por servicios sociales, y unas 20 personas sin control ni registro alguno. El Área de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza ha ofrecido alojamiento en el albergue municipal a los afectados que no contaban con alternativa habitacional. En concreto, dos unidades familiares han sido alojadas en módulos familiares del albergue: una pareja con dos menores y otra pareja con un menor. Una tercera familia con un menor se ha realojado por sus propios medios con familiares; una pareja, 5 varones y 2 mujeres han sido alojados también en habitaciones del albergue municipal.

El resto de personas afectadas han manifestado que cuentan con alternativa habitacional en viviendas de familiares. También había un menor no acompañado que ha sido puesto a disposición de Policía Nacional para su seguimiento por los servicios sociales de menores de la Comunidad Autónoma de Aragón. El Centro Municipal de Servicios Sociales de San Pablo citará a las personas afectadas para realizar el seguimiento y atender a sus necesidades.

Con el acceso a todas las partes y viviendas del edificio, la Gerencia de Urbanismo ha podido analizar y comprobar la situación en profundidad. Hay daños estructurales en la caja de escaleras, numerosas fugas de aguas de abastecimiento y fecales, así como problemas en los cimientos y en las estructuras portantes. Con todo ello, se declara la ruina inminente del edificio.

Se ha procedido, tras la retirada de enseres del interior por parte de los ocupantes, al apuntalamiento de diversas zonas; al tapiado de puertas, ventanas, cubierta y otros accesos; y en próximos días comenzará su demolición.

La finca se encuentra en proceso de ser cedido a Zaragoza Vivienda para incluirlo en el plan de regeneración y vivienda del entorno de Zamoray-Pignatelli.

Más de cien años

El gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Miguel Ángel Abadía, ha descrito que es una edificación de más de 100 años de antigüedad y que tiene una estructura a base de rollizos de madera y se ha detectado que la caja escalera se ha desplazado y ha provocado la rotura de todos los muros que sobre ella apoyan. También los forjados de madera han flechado, es decir, el agotamiento de la edificación se manifiesta en esa planeidad de los forjados. Esto hace que la estructura de la edificación horizontal y vertical pueda colapsar o tenga riesgo de colapso en cualquier momento, ha advertido.

“A mayor abundamiento -ha relatado- se ha detectado una estructura de cubierta deficiente, hay entrada de agua por muchos sitios, ya que las tejas están totalmente sueltas. También hay agua por la rotura de las tuberías de abastecimiento que van a través de los muros de carga exteriores de la edificación, con aportación de agua al subsuelo, lo cual también hace que se mueva la cimentación.

Uno de los elementos “más graves” y con mayor deterioro ha sido el cuadro de luces, que está totalmente lleno de agua. Un chorro de aguas fecales cae sobre él y existe un riesgo de incendio en cualquier momento, ha alertado Abadía.

Toda esta valoración del estado de la edificación y con este riesgo estructural hace llevar a los técnicos a la declaración en estado de ruina inminente.

Un censo de viviendas okupadas

La portavoz socialista, Lola Ranera, ha considerado este viernes “imprescindible” hacer un censo de viviendas okupadas en Zaragoza, con ejemplos tan llamativos como la zona Zamoray-Pignatelli, “donde hay edificios municipales okupados, lo que nadie entiende, sin que el Ayuntamiento, como propietario, ponga freno a la situación”.

En este sentido, los socialistas también reclaman poner en marcha planes especiales como el Zamoray-Pignatelli, que en 2020 se aprobó y que ha quedado en papel mojado. “Para que estos planes especiales se pongan en marcha es fundamental que vayamos de la mano y se lideren desde la Alcaldía de la ciudad”, ha apuntado.

Por ello, a un mes de la presentación del presupuesto, la portavoz socialista ha considerado “imprescindible” que sea la alcaldesa la que incorpore presupuesto para este Plan Especial. “Es necesario hacer una apuesta clara, no solo desde los censos de ocupación e inspección de edificios, sino ir todo acompasado de otras medidas para revitalizar y regenerar los barrios que estos momentos sufren problemas importantísimos en este sentido”, ha subrayado.

Los socialistas también apuestan por la rehabilitación de vivienda. Reclaman que, en los próximos cinco ejercicios, la cantidad de 15 millones de euros anuales en partidas municipales que garanticen esa rehabilitación integral de los edificios.