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La fiscal mantiene sus acusaciones contra el anciano que mató a un ladrón en su casa: “No defendió su vida, fue a por él”

Pau Rigo, a la derecha de la foto, detrás de sus abogados. En el banquillo, los asaltantes de su casa (a la izquierda, el hermano del fallecido)

Europa Press

15 de noviembre de 2024 17:53 h

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La fiscal ha mantenido su acusación contra Pau Rigo, el anciano que mató a uno de los ladrones que asaltó su casa en Mallorca en febrero de 2018, al considerar que en el juicio ha quedado probado que, al disparar con su escopeta, no estaba defendiendo su vida sino que decidió “salir a por ellos” para evitar que robaran cerca de 15.000 euros.

Lo ha expresado este viernes ante el tribunal del jurado popular en la Audiencia Provincial de Palma, en un informe final en el que ha tratado de desmontar algunos de los detalles ofrecidos por el anciano “para quedar menos mal”, como que disparó su escopeta contra el asaltante porque éste intentó golpearle en la cabeza con una pata de cabra.

“Voy a hacer matemáticas básicas”, ha dicho la fiscal antes de recordar que, según los especialistas de balística de la Guardia Civil, el disparo se produjo a una distancia de entre 1,5 y dos metros, a la que habría que sumarle los 1,13 metros que mide el cañón del arma. “Salvo que el ladrón tuviera un brazo de cuatro metros, eso es imposible que ocurriera. A mí no me dan las cuentas”, ha ironizado.

La representante del Ministerio Público tampoco ha considerado que haya quedado acreditado que, durante el robo, Rigo y su exmujer -con quien entonces convivía- fueran víctimas de una violencia física “extrema” antes del disparo. Así lo dijo la propia mujer, ha recordado, quien compareció en la vista oral como testigo y, por lo tanto, bajo promesa o juramento de decir verdad.

Durante su declaración, la anciana también aseguró que, en un momento de descuido de los ladrones, ambos decidieron que Rigo cogiera una de las escopetas que tenían, cargadas, tras la puerta de su dormitorio. La tenían, según la mujer, “como un seguro” tras haber sufrido un robo violento meses antes.

Así, ha proseguido la fiscal, Rigo se plantó frente a la puerta de la habitación y esperó a que los ladrones aparecieran. “Y al primero que llegó, pum, tiro, pum, desplomado, sin ningún ataque previo”, ha escenificado. “Pau, con gafas, experto cazador, dice que dispara a bulto, pero le dispara en el abdomen, que no es un pie”, ha proseguido.

La fiscal: “Eso no es defender tu vida, eso es salir a por ellos”

“Yo creo que eso no es defender tu vida, eso es salir a por ellos”, ha sentenciado la fiscal, quien inicialmente pedía una pena de cuatro años de prisión para el anciano y que, tras incluir la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas en sus conclusiones definitivas, podría verse ligeramente rebajada.

También le ha reprochado que Rigo, como declaró el guardia civil que transcribió las llamadas, no alertara al 112 -con el que esa mañana habló tres veces- de que había disparado a una persona, sino que montó una “película” para hacerles creer que los asaltantes seguían en su casa.

La fiscal, además, ha contestado a la pregunta que el anciano, en su declaración, lanzó al tribunal acerca de qué se suponía que debía haber hecho. “Si tenían una habitación con tres escopetas, munición, el botón de la alarma y les habían han dejado solos... se podrían haber encerrado allí. Esa misma historia que vendió cuando llamó al 112”, ha zanjado.

Por último, se ha referido a los acusados de planificar el robo, dos vecinos de Campos que ya cumplen condena por el primer asalto a la casa de Rigo. “La que liasteis. Cogisteis a dos pringados, les vendisteis que iba a ser facilísimo, que solo iba a ser entrar, robar y salir”, ha dicho. Tras su confesión en el juicio, ambos podrían ver reducida su condena por estos hechos a tres años de prisión.

“No merecía morir como una pieza de caza más”

En la misma línea, el letrado de la acusación particular, que representa a la familia del fallecido -hermano gemelo del acusado de perpetrar el robo- y que pide para Rigo una pena de diez años de prisión, ha criticado las “contradicciones e inexactitudes” del relato del anciano. “El señor Rigo no es un héroe, aunque lo vitoreen por la calle o en las redes sociales. Todo lo contrario, no ha salvado a nadie. Decidió dar su merecido a la siguiente persona que accediera a su vivienda, tenía las armas preparadas”, ha sostenido.

También ha rechazado la idea de que el anciano actuara en legítima defensa y ha remarcado que, pese a que ha quedado acreditado que el miedo que sentía le menoscabó sus facultades intelectivas y volitivas, era consciente de lo que estaba haciendo en todo momento. “Aunque fuera un delincuente, la víctima no merecía morir de esta manera, como una pieza de caza más. El disparo se pudo evitar, y el único que podía evitarlo era el señor Rigo”, ha sentenciado.

La misma idea ha esgrimido el letrado defensor del asaltante que conservó la vida, quien ha señalado que, lejos de disparar en el abdomen, el anciano podría haber disparado a una zona no vital. “Pero esa decisión no la toma, dispara con desprecio de su vida, porque era muy fácil evitar el fallecimiento”, ha considerado.

En cualquier caso, después del tiro, ha admitido que su defendido agredió a Rigo para tratar de arrebatarle la escopeta ante el temor de que también pudiera dispararle a él. Es por ello, “porque actuó con la intención de salvar su vida”, por lo que ha pedido al jurado que considere la atenuante de legítima defensa en el delito de lesiones que se le imputa.

Para finalizar su informe, el abogado ha instado a los miembros del jurado popular a actuar con imparcialidad y objetividad y no dejarse llevar por la empatía que, ha asegurado, es normal que sientan por Rigo y no por los otros tres acusados. “La sociedad les exige un esfuerzo, el de ser conscientes de que van a tener esta tendencia y que puede ser que hagan una lectura de la prueba practicada basada en esa empatía”, ha dicho.

Reproches de la defensa de Rigo a la Fiscalía

“Esto no es una historia de pistoleros o una película inventada, una ficción creada por el señor Rigo y su esposa”, ha dicho para arrancar su turno de palabra, el abogado que representa al anciano, quien ha lanzado numerosos reproches a la Fiscalía y a la acusación particular por sus “mendacidades y falsedades”.

Su letrado ha insistido, “no tenía intención de matar a nadie”. “Se puso frente al marco de la puerta de la habitación con la escopeta, les dijo '¡fuera!' y en lugar se irse se dirigieron hacia él. ¿A pedirle un café? No, a agredirle con la pata de cabra, porque solo tenían 15.000 euros y estaban buscando 200.000”, ha refutado a la fiscal.

Acerca de la posibilidad de que el anciano hubiera disparado a una zona no vital, el letrado ha dicho, con ironía, que podría haber apuntado “al meñique”. “Ni sabía dónde había ido el disparo”, ha asegurado antes de exponer que, de no haberlo hecho, los asaltantes le hubieran matado a él.

“Ya se que esto no es Chicago, que es Porreres”, ha dicho, también irónico, refiriéndose a la expresión que el abogado de la acusación particular ha empleado a lo largo del juicio. “Pero tenemos derecho a defendernos. Aquí, en Chicago y en Sebastopol”, ha exclamado.

Además, ha pedido al tribunal del jurado que, a la hora de dictaminar la culpabilidad de Rigo, tengan en cuenta que los asaltantes violaron su domicilio --“que es sagrado”, ha apostillado-- y su integridad física. “Le humillan, le pegan, le roban... Y le intentan quitar la vida a él y a su esposa”, ha relatado.

Los tres acusados del robo han empleado su derecho a la última palabra para pedir perdón a Rigo, a su exmujer y a su familia por algo, han coincidido, “que nunca debería haber pasado”. Rigo, visiblemente emocionado, ha asegurado que no estaba en condiciones de hablar.

Está previsto que el próximo miércoles la presidenta del tribunal haga entrega del objetivo del veredicto a los nueve miembros del jurado popular, quienes deberán determinar la culpabilidad o no de los cuatro acusados de los hechos que se les imputan.

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