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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El Gobierno ya ha regenerado el 45% de las playas del Parque Natural de la Albufera dañadas por el Puerto de València

El Ministerio de Transición Ecológica ha puesto a disposición de la ciudadanía los primeros 3 kilómetros regenerados de las playas del Parque Natural de la Albufera dañadas, entre otras causas, por el efecto sombra de las diferentes ampliaciones del Puerto de València, Esto implica el 45% de los 7,1 kilómetros lineales de costa sobre los que se va a actuar, en concreto desde Pinedo hasta la Gola del Pujol.

La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha destacado “el trabajo realizado con diligencia” por parte de Costas “para avanzar en tiempo en la recuperación de las playas, con mínimas molestias para los usuarios”.

Bernabé ha recordado que las obras de regeneración de las playas del sur de València cuentan con un presupuesto de 28 millones de euros, “la mayor inversión prevista en las costas españolas para este año”. A través de estas actuaciones, se verterán 3.000.000 de metros cúbicos de arena a lo largo de 7 kilómetros de costa comprendida entre Pinedo y la Gola de Pujol. Las obras están financiadas con fondos europeos Next Generation.

La finalización de la regeneración está prevista para el próximo 24 de octubre, momento en el que la draga se trasladará a Dénia, donde se llevarán a cabo otras obras de regeneración que cuentan con un presupuesto de 19 millones de euros.

Recuperar la línea de mar del año 1965

La citada actuación supone la regeneración del frente costero, que comprende las playas de L'Arbre de Gos (2.600 m), del Saler (2.700 m) y Garrofera (1.800 m), desde el espigón sur de la playa de Pinedo hasta la Gola de Pujol, en el término municipal de Valencia, con una longitud de 7.100 metros.

Se pretende la restitución de la línea de orilla actual a su posición en el año 1965 y la prolongación de la Gola de Pujol, para permitir el apoyo del material vertido.

La regeneración consiste en recargar de arena artificialmente la playa hasta conseguir un ancho entre 40 y 70 metros según las zonas, aumentado la protección frente a temporales. Para ello, se utilizarán cerca de 3 millones de metros cúbicos de material procedente de un yacimiento submarino ubicado frente a la costa Valenciana (Sueca/Cullera) a una profundidad de entre 60 y 80 metros, alejado de la fachada litoral.

Se trata por tanto de una actuación necesaria y de gran importancia que supone la adaptación de la costa a los efectos del cambio climático y un freno a la erosión que sufre dicho litoral.

Está prevista, igualmente, la regeneración dunar de la zona, incluyendo la instalación de captadores de arena y la plantación de vegetación.

La afección del Puerto de València

Como informó elDiario.es, el estudio de impacto ambiental realizado en el año 2018 necesario para dar el visto bueno al proyecto apunta al Puerto València como uno de los causantes del proceso de regresión que sufren las playas del sur, lo que a su vez pone en riesgo el Parque Natural de la Albufera.

En concreto, afirma que “la supresión de las fuentes de alimentación al frente litoral de estudio, como consecuencia del déficit de aportes del Turia y el efecto barrera del Puerto de Valencia, unida a la ocupación de sus dunas en algunas partes del tramo por obras de infraestructuras y edificaciones, ha tenido como consecuencia la regresión de la franja costera norte y la degradación de un espacio litoral considerado Espacio Natural Protegido”.

Además, añade que el fenómeno erosivo se ha ido propagando hacia el sur con el paso del tiempo, afectando a una mayor longitud de costa: “En la actualidad el proceso regresivo amenaza, de forma especial, a los ecosistemas de la Dehesa, por estrechamiento de la restinga que cierra la Albufera, por lo que se hace necesaria la intervención para evitar que continúe su desgaste, lo cual supone un riesgo inminente para la conservación de los hábitats que constituyen el ecosistema del Parque Natural de la Albufera. Hasta el momento las actuaciones acometidas en el tramo de costa han consistido en sucesivos aportes de material que han tenido carácter puntual y únicamente han supuesto soluciones a corto plazo, sin llegar a abordar globalmente el problema”.