El PSOE confirmó el pasado 30 de abril la candidatura de la aún portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, al Parlamento Europeo. La también secretaria general del PSPV de Valencia ciudad, cargo que mantendrá durante su periplo europeo, partirá en el puesto número 14 de la lista que encabeza la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Gómez cuenta con muchas opciones de obtener escaño dado que las encuestas otorgan a los socialistas entre 20 y 22 eurodiputados.
La que fuera también vicealcaldesa durante el pasado mandato da el salto a Bruselas después de que Inmaculada Rodríguez Piñero anunciara que no se presentaría a la relección tras dos legislaturas. Estas son sus impresiones sobre el trabajo realizado en el Ayuntamiento en los últimos años y los retos que se presentan a partir de ahora a nivel europeo.
¿Antes de centrarnos en las elecciones europeas, qué balance hace de su paso por el Ayuntamiento?
Estoy bastante orgullosa del trabajo hecho, seguramente también con errores y algunos problemas, pero creo sinceramente que la ciudad que dejamos es una ciudad mucho mejor de la que nos encontramos. Creo que ahí el trabajo que hemos hecho como Partido Socialista ha marcado muchas diferencias. Por ejemplo, en cuanto a la puesta en valor de una transformación urbana, con peatonalizaciones en todos los barrios y con la recuperación de espacio público o con la generación de parques y nuevas plazas. También hemos puesto en valor que esta València tenía que avanzar, tenía que tener un proyecto económico local, atrayendo inversiones, generando una economía más innovadora, siendo Capital de Turismo Sostenible, poniendo el acento en que nadie se quedara atrás gracias a las políticas de empleo de València Activa. Hemos fomentado la protección de las mujeres víctimas de violencia machista con la creación del grupo GAMA de Policía Local y hemos conseguido hitos como la Capital Verde Europea o los Gay Games. Sinceramente creo que el legado es importantísimo.
¿Por qué cree entonces que no fueron capaces de retener el Gobierno municipal?
Creo que fueron unas elecciones muy complicadas, ahora que se está hablando tanto de la guerra sucia, los pseudomedios y los bulos. Creo que si hay una campaña que representa todo eso fue la de las elecciones de mayo de 2023, en la que se habló de todo menos de la ciudad. En la que tuve que dedicar más tiempo a estar hablando de si me iba a votar un tal Txapote o a desmentir a Esteban González Pons que decía que teníamos a un delincuente en la lista, generando bulos y mentiras con las ocupaciones ilegales, que ahora parece que ya no hay ocupaciones ilegales. El PP con una gran capacidad que hoy está a debate generó un marco para que se hablara de todo menos de la ciudad de València y así se votó en toda España. Aún con esa campaña brutal de acoso y derribo al Partido Socialista, ganamos votos. Otros, en este caso Compromís que tenía la alcaldía con todo lo que supone, tendrá que analizar por qué perdió un concejal.
¿Por hacer algo de autocrítica, pudieron hacer más en cuanto a los límites a los apartamentos turísticos y al fomento de la vivienda pública?
Yo creo que, sinceramente, siempre se puede hacer más, por supuesto. En el tema de la moratoria de permisos para nuevos apartamentos turísticos estuvimos trabajando más de un año sobre el estudio que nos iba a posibilitar aprobarla, tal y como marca la ley. El PP lo ha dejado en un cajón porque la señora alcaldesa, María José Catalá, prefiere estar del lado de los especuladores y de los que no creen en la vivienda como un derecho, sino como un activo con el que especular a costa del sufrimiento de las familias. Además, el problema de los apartamentos turísticos se ha disparado en el último año, en el que se han sumado 4.000 nuevos según los datos oficiales del Ayuntamiento, la mayoría ilegales porque la señora Catalá ha promovido esa sensación de impunidad. En cuanto a la vivienda pública solo en los últimos cuatro años impulsamos un plan para la construcción de 400 viviendas, más de lo que el PP puede presentar para esta legislatura.
El PP siempre repite que solo fueron capaces de construir 14 viviendas. ¿Qqué datos manejan ustedes?
El otro día en el pleno ya pregunté de dónde salía esa cifra absurda. Fíjate si son generadores de bulos que hablaban exclusivamente de las viviendas del servicio de vivienda social, cuando el informe de gestión de la empresa municipal Aumsa de 2023 aprobado con los votos del PP refleja las 400 viviendas que están con la licencia otorgada, en construcción o con las llaves a punto de entregarse. Como si Aumsa no formara parte del Ayuntamiento. Es una mentira como la estafa fiscal. Han aprobado una rebaja del impuesto de bienes inmuebles (IBI) que en realidad ha supuesto una rebaja media de 70 euros, que en zonas como Benimàmet se reduce a 30 euros, pero que según las bases de datos del Ayuntamiento, para los grandes tenedores genera ahorros de hasta 20.000 euros al año. Hay un fondo de inversión que tiene apartamentos turísticos que gracias a la señora Catalá se va a ahorrar 20.000 euros, mientras se han subido los alquileres de Aumsa.
El tema del nuevo estadio del Valencia CF ha sido uno de sus caballos de batalla. ¿Cómo ve el escenario después de la reunión y por qué no acudió como portavoz socialista?
La reunión fue una decepción, empezando por la ausencia de la alcaldesa. Se constató que María José Catalá está dispuesta a no hacer nada para impedir que el 3 de agosto Peter Lim recupere todos los derechos urbanísticos sin necesidad de tener que cumplir con ningún compromiso ni, por supuesto, aportar ningún tipo de garantía. En mi caso, este tema ya lo está llevando de primera mano mi portavoz adjunto, Borja Sanjuán ya que en julio yo ya no estaré en el Ayuntamiento y lo normal es que lo asuma la persona que me sustituirá como portavoz. Entiendo que la alcaldesa seguirá siendo alcaldesa y por lo tanto, en un tema de ciudad tan importante como este, lo mínimo si de verdad quería el apoyo del partido socialista es que hubiera acudido.
Deja a Borja Sanjuán como portavoz, pero todo el mundo habla de Pilar Bernabé como posible candidata a la alcaldía. ¿Qué le parece?
No ha llegado aún ningún debate sobre nuevos liderazgos. Yo soy la secretaria general de la ciudad de València y creo que le va a sentar muy bien a esta ciudad que abra espacios y que sus referentes trasciendan un poco el ámbito local. Voy a seguir defendiendo a mi ciudad y el proyecto de mi partido en otros espacios que nos pueden ayudar a ganar peso político. Es cierto que luego vendrá un inicio en donde los compañeros y compañeras decidirán quién quieren que sea su nueva dirección política. Yo misma fui a unas primarias y los compañeros y compañeras decidieron darme su confianza y eso cuando sea el momento pasará en la ciudad de València.
¿Cómo llega su partido de cara a esas elecciones europeas tras la reflexión de Pedro Sáchez?
Lo más importante es que ha puesto encima de la mesa y encima de la agenda política algo que yo llevo denunciando más de un año y es la generación de bulos de la derecha. Lo que nos ha hecho a todos es también reflexionar sobre si vale todo en política, sobre si valen los ataques personales, familiares injuriosos continuos. Yo creo que no. Lo que cabe es una crítica, ojalá constructiva, pero una crítica, que podrá ser en algunas ocasiones más agudizada, pero una confrontación de ideas y de modelos, de proyectos. Pero que cuando tu proyecto no es el mayoritario, como le pasó al PP en las elecciones de julio, optes por una campaña de acoso y derribo personal y familiar no me parece bien. Yo creo que ha hecho bien en poner sobre la mesa la deriva que estábamos viviendo en este país.
Parece que Von der Leyen no descarta pactos con la extrema derecha. ¿Les preocupa?
Por eso estas elecciones europeas son tan importantes, porque tenemos que reducir a la mínima expresión la representación de la extrema derecha y en España tenemos que hacer una aportación importante para que no tenga fuerza. Claro que meter a la extrema derecha en los gobiernos tiene consecuencias. Ya no se trata solo de los discursos que incitan al odio, sino que se pasa a los hechos. Tenemos en el Ayuntamiento de València a una concejala de Vox que le dice a un español que como es de raza negra tiene que volverse a su país, lanzando mensajes absolutamente racistas. Cuando gobiernan borran todas las políticas de empleo dedicadas a las mujeres. Este año que somos Capital Verde Europea tenemos al responsable del área de Devesa Albufera que dice que el cambio climático no existe. Cuando gobierna la extrema derecha en la Generalitat Valenciana tenemos a una asociación que se dedica a asesorar a hombres acusados de violencia de género y recibe subvención pública, es gravísimo. O leyes como la de la falsa concordia que reciben reproches de la ONU. Claro que la extrema derecha cuando entra a los gobiernos afecta a la vida de la gente y por eso en Europa, que es objetivamente donde se decide todo, no puede entrar la extrema derecha. El problema que tiene el PP es el acomplejamiento continuo, el otro día escuchaba a Feijóo hablando de inmigración como sinónimo de delincuencia y no salía de mi asombro.
¿Qué cree que puede aportar al debate europeo?
Hay una parte importante y es que cuando tuve responsabilidades en el Gobierno municipal hice que esta ciudad mirara a Europa. Por ejemplo, el trabajo desde el área de Turismo para que València tuviera un proyecto sostenible e integrado en el territorio que Europa nos reconoció como capital del turismo sostenible. Trabajamos en la renaturalización y en la mejora de la calidad de vida en nuestro espacio público, invirtiendo buena parte de nuestro trabajo en ser Capital Verde Europea, recogiendo fondos como Next Generation o la EDUSI que han posibilitado la regeneración de El Cabanyal o la generación de nuevos espacios como la supermanzana de la Petxina. También quiero coger el testigo de Inmaculada Rodríguez Piñero, que más allá de ser eurodiputada socialista ha sido la eurodiputada valenciana de referencia, y los diferentes sectores económicos se han apoyado en ella. Quiero coger ese testigo y esos deberes porque hay muchos retos a los que nos tenemos que enfrentar en el siguiente mandato, como por ejemplo en el sector textil, que va a tener cinco normativas que van a afectarles por el tema del 'fast fashion' y hay que acompañarles para poder hacer una transición.
¿Qué temas serán los prioritarios para usted en relación con València y la Comunitat Valenciana?
Tenemos la cuestión del textil, de la cerámica, de la agricultura. Por cierto, me pareció ridículo cuando el presidente de la Generalitat, el señor Carlos Mazón, anunció que había llegado a un acuerdo con el comisario de agricultura sobre el tratamiento en frío de la mandarina para automáticamente salir el comisario a desmentirle, que no se había acordado. Imagina la frustración para todo el sector del campo. Ahí ha quedado muy mal parado. Por otro lado, tanto el señor Mazón como la señora Catalá tienen muy difícil en esta campaña explicar el tema del Corredor Mediterráneo. Por qué el Grupo Popular, y me gustaría escuchar al señor González Pons, votó en contra de la actualización del reglamento donde quedaba garantizada la financiación para conectar el aeropuerto de Alicante con el Corredor o el Puerto de Castellón con el Corredor.
¿Cuál es bajo su punto de vista el reto más importante que tiene Europa?
Es sobre todo frenar a la extrema derecha. Yo creo que la valoración que se puede hacer de esta legislatura que termina es positiva en cuanto que ha sido capaz de superar una crisis social, sanitaria y económica tan importante como fue la de la COVID-19 y ha posibilitado que economías como la nuestra no solo no hayan quedado sepultadas como sucedió entre 2007 y 2024, sino que estamos casi en nuestro mejor momento gracias a una apuesta distinta por favorecer la inversión pública y la protección social. yNos ha puesto en máximos de empleo. Creo que esa buena senda de una Europa unida no puede quedar truncada por la entrada de la extrema derecha.
¿En cuanto a los conflictos bélicos como los de Ucrania o Palestina, cree que se está dando la respuesta que cabría esperar?
Efectivamente, por eso estamos aquí en el campus de Filosofía de la Universitat de València dando apoyo a la acampada en favor de Palestina. Yo creo que lo que dijo Borrell el otro día representa a la mayoría de personas y es que no podemos consentir que en pleno siglo XXI haya una guerra y se esté matando indiscriminadamente a población civil palestina, eso hay que condenarlo enérgicamente. Y una de las cosas de las que más orgullosa estoy del Gobierno de España es que es de los únicos que se moja y defiende el Estado Palestino como única vía para intentar acordar la paz y el diálogo en el futuro. Por eso estamos aquí, porque fíjate a qué extremos ha llegado la derecha que me deja perpleja. El otro día decían Borja Sémper e Isabel Díaz Ayuso que las acampadas de la gente joven que está denunciando el sufrimiento de la población civil palestina son movimientos a favor de Hamás. Pero vamos a ver, reconocer que Hamás es una banda terrorista que ha matado a población civil israelí lo hemos dicho todos. ¿No es igual de compatible con decir que hay un ataque criminal contra la población civil de Palestina que está matando a decenas de miles de niños y niñas, mujeres y familias y personas en Gaza? ¿Por qué tiene que ser incompatible? ¿Tenemos que mirar hacia otro lado y obviar el sufrimiento de una población que está destrozada? Cuando escucho la falta de humanidad con la que hablan me cuesta reconocerlos como una familia democristiana conservadora y los veo más situados en la extrema derecha. Por supuesto que Europa tiene que tener más peso en asuntos exteriores y ha de conseguir una posición única para tener más peso.