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Vicent Flor: “Hay un club de fútbol que reivindica la representación de la identidad valenciana y es el València CF”

Decenas de politólogos, sociólogos y filósofos de la historia han reconocido que “todo es política”. Todo. Por ello, el deporte de masas más seguido en Europa no podía quedarse fuera de esta idea. Ni como análisis ni como reflexión. El fútbol es política, en el fútbol hay política y el fútbol se utiliza con intencionalidad política. Esa es una de las conclusiones a las que uno llega tras leer el último ensayo publicado por el sociólogo valenciano y valencianista Vicent Flor bajo el título Nosaltres som el València. Futbol, poder i identitats (Editorial Afers, 2020).

Flor repasa en su nueva obra la importancia del deporte en la configuración de la identidad y cómo ha sido utilizado para contraponer, enfrentar o aglutinar realidades y pensamientos sociales. El sociólogo se centra en el València CF, equipo de cuayos colores es seguidor, y da pinceladas de cómo se ha organizado la identidad valenciana por adhesión y por confrontación con otros modelos identitarios y nacionales, como los que se articulan alrededor del Real Madrid o del FC Barcelona.

“Hay un club de fútbol que reivindica la representación de la identidad valenciana y ese es el València CF”, reflexiona Flor en su obra. De hecho, el resto de grandes equipos valencianos que han militado en la Primera División han tenido una visión más localista que no superaba el ámbito geográfico de una ciudad o como mucho una provincia y sin la intención de ir más allá. Pese a esos intentos del València CF de ser el equipo del país o la autonomía, la propia idiosincracia valenciana han evitado que pudiera completar esa simbiosis como si que pasa en Catalunya con el FC Barcelona.

“El valencianismo no se circunscribe a la provincia, pero tampoco se indentifica con todo el territorio”, explica a eldiario.es Vicent Flor. El sociólogo plantea que las causas de no ser como el Barça en Catalunya pueden ser el gran peso demográfico de Alicante -no lo tienen Girona, Lleida y Tarragona- y su rivalidad con València y que la Comunitat Valenciana haya tenido muchos clubes en Primera, lo que ha generado otras rivalidades regionales como el CD Castellón o el Villarreal CF. Además, apunta, “en España el apoyo a todos los clubes valencianos no supera el 5%”. La mayoría de españoles son del FC Barcelona y del Real madrid. “Eso cuadra también con las formas en que los valencianos votamos”, afirma.

Aún así, Flor concluye que de los clubes valencianos, el único que “reivindica la representación de la identidad valenciana” es el València CF. Y el único que por masa social y arraigo podría intertarlo. El Elche CF o el Hércules se centraron en sus respectivas ciudades y el Levante UD nació como un equipo de barrio. Eso sí, en los últimos años, el club granota sí que ha intentado plantear un modelo alternativo al València CF, pero con un éxito social limitado y con mucha dificultad para romper la barrera de la ciudad de València y algunos municipios del área metropolitana.

“El rival del València CF es el Real Madrid. Es un sentimiento histórico. Era y es el equipo más silbado y odiado por la afición porque era el equipo del régimen de Franco. Con el Barça hay una rivalidad deportiva, aunque el odio llega tras la batalla de València. Con los años esa intensidad se ha ido diluyendo”, apunta Flor. El sociólogo recuerda que desde el madridismo el València CF tampoco ha sido un club simpático. “La prensa de Madrid ya criticó mucho en los años 70 que el València CF jugara con la señera en el Bernabeu”, rememora.

Sobre el fútbol y la política, Flor reflexiona que “están interrelacionados”. “El estado nación utiliza el fútbol para legitimarse. Sólo hay que ver cómo se ha popularizado la bandera monárquica después de los triunfos de la Selección de 2010”, explica. De hecho, Flor considera que una mayoría entiende que “el futbol debe estar a favor del statu quo, solo a favor de una determinada política”. “Si Roberto Soldado habla de la Guardia Civil está bien, pero si Guardiola habla de independentismo no”, sentencia.

Para Flor hay un intento desde la élite de utilizar el fútbol, pero también se produce una respuesta contrahegemónica que suele venir de movimientos de base. “El Barça supo utilizar muy bien su oposición al franquismo para crecer en aficionados por toda España”, explica. “El fútbol es un elemento muy eficaz de nacionalización, por encima de las diferencias de clase, de género o de religión. Por eso se le da tanta importancia. Yo creo que este deporte no debería estar tan controlado y debería ser un espacio democrático y de respeto por la pluralidad”, lamenta.

¿Y por qué es tan importante este deporte? “¿Sabes lo que tenemos en común las cuatro generaciones de mi familia? El futbol. Este deporte une generaciones y genera un diálogo entre hijos y padres”, concluye.