“Hay días que el botellón que rodea la discoteca ocupa 10 manzanas, es un griterío continuo en las calles, a lo que se suma el ruido por la propia actividad de la discoteca, que está en el interior de un patio de manzana, algo expresamente prohibido por la actual ordenanza. En mi caso, vivo en un primer piso justo pared con pared con la discoteca y tengo 50 decibelios cuando está funcionando. Hay noches que me voy a dormir a una furgoneta que tengo en un parking y la mayoría de residentes se ven obligados a dormir con tapones o a medicarse”.
Lo explica Juan, uno de los portavoces de la plataforma de afectados por la discoteca y el botellón en el céntrico barrio de La Roqueta de València. En concreto, se trata de la histórica Indiana, anteriormente Metrópolis, una sala con más de 30 años que siempre ha estado en el foco de las quejas vecinales, pero que no ha dejado de funcionar salvo algún paréntesis generado por traspasos o más recientemente por la pandemia.
Precisamente, los afectados, principalmente los residentes de los números 93, 95 y 97 de la calle de Sant Vicent, han decidido organizarse y levantarse en pie de guerra para lograr el traslado de la actividad ante el incremento de los problemas que se generan en la calle, asociados a la discoteca, sobre todo desde que el local reabrió tras la pandemia. A estos inconvenientes se unen los ruidos y vibraciones que genera en los edificios colindantes, lo que impide el normal descanso de los vecinos y vecinas.
“Las calles se convierten en retretes, llenas de orines y vómitos, y hay gritos y peleas continuamente. El otro día apuñalaron a un chico por la disputa por subirse a un taxi. Es una pesadilla, así es imposible tener una vida normal”, explica el portavoz vecinal.
La última acción que han llevado a cabo para visibilizar el problema es la instalación de una enorme pancarta en la fechada del edificio sobre la discoteca a modo de protesta (foto). “Estamos recabando firmas que llevaremos al Ayuntamiento y el próximo jueves nos reuniremos con el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano. Estamos empezando a movermos y si no nos hacen caso estudiaremos acciones legales porque el descanso es un derecho fundamental que se nos está vulnerando”, advierte y lamenta que la Policía Local les está presionando para que quiten la pancarta porque el local se ha quejado y por supuestos problemas de seguridad.
El caso de Carmen, otra de las afectadas es más extremo. Es diabética y vive en un primer piso, justo encima de la discoteca, y tiene dos hijas de 16 y 10 años y un hijo de 13 años que también es diabético y tiene epilepsia: “Si a los controles que tengo que hacerme por las noches de la diabetes le unes que no puedo dormir cuando la discoteca está en marcha, imagina cómo estoy. Además mi hijo está medicado y si no descansa bien por las noches se le pueden agravar los síntomas”.
Según Carmen, en su día intentaron hablar con los responsables del local y les dijeron “que ellos no tenían la culpa de que vivieran encima de una discoteca”.
La discoteca afirma que toma medidas
Responsables de la discoteca explican que han tomado “multitud de medidas para tratar de reducir las molestias”, pero aseguran que gran parte de ellas vienen “de otros dos locales que están en las calles de detrás que no cumplen con ninguna normativa”. Añaden que al ser ellos los más visibles, se llevan todas las críticas.
Las mismas fuentes comentan que cuentan “con dos personas con petos que además de pedir a los clientes que están en la calle que no hagan ruido, limpian los restos de botellas y los orines o vómitos que encuentran”, además de que “cuando algún vecino o comercio ha acreditado algún desperfecto se le ha pagado la reparación”.
Además, aseguran que “en este tema hay varios actores implicados, nosotros no podemos hacer mucho más porque tenemos todo en regla y estamos abiertos a hablar con los vecinos y tratar cada caso para intentar solucionarlo, pero todo lo que sucede no es responsabilidad nuestra porque hay otros locales que sí que incumplen y así se lo hemos hecho saber a las autoridades”.
Sobre la pancarta, lamentan “que haya vecinos exijan legalidad y al mismo tiempo se la salten porque esa cartel no cumple la normativa y también lo hemos denunciado para que lo quiten”.
El local cuenta con licencia
Desde Policía Local afirman que han actuado ante la pancarta en cumplimiento de la ordenanza: “No se pueden colgar estas pancartas. También se ha actuado permanentemente en este emplazamiento por las molestias vecinales”.
Sobre la problemática, fuentes de la Concejalía de Espacio Público y Licencias han explicado que “la licencia de este local es de hace décadas y cuando se le otorgó no existían las limitaciones que hay ahora en la nueva ordenanza”.
En concreto, el artículo 46 de la normativa municipal de contaminación acústica prohíbe expresamente las discotecas en el interior de patios de manzana: “En este tipo de legislación no se puede aplicar la retroactividad, por lo que la licencia actual está en vigor y es válida. Si pidieran una licencia para hacer obras y modificar la estructura o la actividad del local, sí que se les aplicaría ya la nueva ordenanza”.
“Es totalmente inapropiado que se haga un uso indebido del espacio público, invadiendo carriles de circulación, que se haga botellón, que haya gritos, u otras prácticas incívicas alrededor del local. La Policía Local debe controlar estos fenómenos de manera seria, como se está haciendo últimamente, y también aplicar la mediación”, comenta la conceja de Espacio Público, Lucía Beamud.
Desde el servicio municipal de calidad acústica y del aire han explicado que su función es de laboratorio a nivel de ciudad y aportaciones legislativas a las ordenanzas a nivel genérico, pero que no tienen competencias para intervenir en casos concretos de infracciones de la ordenanza, dando a entender que en ese caso son los efecivos policiales los que deben intervenir y en su caso sancionar.