Las primarias del Partido Socialista del País Valenciano provocan un giro de 180 grados en las estructuras provinciales. Ninguno de los dirigentes que encabezaba el partido consigue revalidar su liderazgo y los candidatos alternativos tomarán las riendas de la formación en la puesta a punto para el año electoral. El secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, recupera el control en Castellón y entierra al sector crítico en Valencia, pero encuentra en Alicante, tierra complicada para la izquierda, una nueva oposición.
La participación, por encima del 80% en Castellón y Alicante y cercana al 70% en Valencia, da un vuelco al mapa de poder. El sector más próximo a Ximo Puig celebra una victoria aplastante en el antiguo feudo de José Luis Ábalos, cuyos seguidores, tan confiados en su poder municipal, plantaron cierta resistencia en el congreso autonómico de Benidorm. Al finalizar la votación este domingo, las papeletas arrojaron un resultado distinto: un 80% de los votos para Carlos Fernández Bielsa, alcalde de Mislata arropado desde el Palau de la Generalitat; un 20% para Mercedes Caballero, diputada autonómica y voz crítica en el partido.
El secretario general valenciano, reconciliado con Ferraz de las consecuencias de la crisis del Comité Federal de 2016, reclamó en el cónclave de Benidorm que revalidó su tercer mandato que el resto de procesos internos fueran igualmente tranquilos. La contrapartida del pacto, explicaron en su día los sectores más molestos con el dirigente, era que se respetaran las direcciones que quisieran continuar en las estructuras provinciales, un acuerdo que no se ha cumplido en las dos demarcaciones que ahora lideran los afines a Puig.
El barón socialista aumenta su influencia en el territorio, pero con las demarcaciones provinciales norte y sur divididas en dos mitades: apenas un centenar de votos han sido decisivos en Alicante y en Castellón para provocar el vuelco y será necesaria la integración para que el partido llegue cohesionado a las citas electorales de 2023. El diputado provincial de Castellón Ernest Blanch será sustituido por el alcalde de l'Alcora, Samuel Falomir y el portavoz de la Diputación de Alicante y alcalde de Alcoi, Toni Francés, que aspiraba a suceder a José Chulvi con el beneplácito de Puig, quedará relegado en favor del diputado en el Congreso y exalcalde de Elche Alejandro Soler.
Francés, apoyado por el exdirigente Ángel Franco, recaba sus mayores apoyos en la ciudad de Alicante, l'Alcoi y La Marina Alta, mientras que Soler ha cosechado sus votos en la Vega Baja, la Marina Baixa y el Vinalopó, zonas en las que los socialistas pretenden intensificar sus esfuerzos para sacarlas del mapa electoral del PP. En el Palau preocupa la supervivencia de Soler, el último sanchista, en un tiempo en el que las divisiones en el partido pretendían dejarse atrás.