El pasado jueves, agentes de la Guardia Civil localizaban el cuerpo sin vida de Wafaa Sebbah, desaparecida en noviembre de 2019 en la localidad valenciana de Carcaixent. Los restos de la joven de 19 años eran encontrados en un pozo ubicado en una finca propiedad de la familia de David S.O., quien había sido detenido apenas 24 horas antes como principal sospechoso por la desaparición de Wafaa en una operación desarrollada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Policía Judicial de València.
El arrestado tiene un historial de antecedentes graves por violencia machista, con presuntas agresiones a diferentes mujeres, y había sido señalado por la madre de la joven desde el principio porque había intentado mantener relaciones con Wafaa. Ella se había negado. Esta situación ha sido confirmada por la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero: “Parece que ella no quería y él sí”. Los hechos y la investigación están bajo secreto de sumario.
A pesar de que el asesinato tiene claras implicaciones machistas -constaban en el sistema Viogen diversas denuncias por agresiones graves-, la muerte violenta de Wafaa no pasará a engrosar las estadísticas oficiales de violencia de género del Ministerio de Igualdad, ya que la joven no tenía relación alguna con su presunto asesino.
En la ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, figura que la norma tiene por objeto “actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.
La vicepresidenta valenciana Mónica Oltra ha explicado también que la muerte de Wafaa “no engrosará las listas de mujeres asesinadas por violencia de género” al no tener relación con su asesino. Oltra ha recordado que el convenio de Estambul equipara la violencia de género con el resto de violencias machistas, como las agresiones sexuales, la mutilación genital o los matrimonios concertados.
No obstante, ha aclarado que aunque en España sólo se contabilicen las mujeres fallecidas por violencia género, esto no quiere decir “que el resto no estén contempladas en el código penal, ni que se dejen de perseguir”, al tiempo que ha explicado que casos como el de Wafaa “son muy minoritarios” ya que la mayoría de agresiones sexuales se dan “en el espacio de confianza de la víctima”, donde “las barreras defensivas están más bajas”. Existe una regulación diferente, “no es que el crimen quede impune”.
Asesinadas “por ser mujeres”
“A las mujeres nos están matando por el mero hecho de ser mujeres. Hay que decir basta ya y dejar de aguantar ese martirio que muchas mujeres están sufriendo antes de dar el paso de denunciar. Las instituciones tenemos que estar ahí y vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que se sientan seguras porque una sociedad digna no puede permitir que estén matando a las mujeres por el hecho de serlo”, ha declarado Calero.
En este sentido, ha informado de que “esta misma semana en la Delegación ha habido una reunión al más alto nivel para empezar a revisar las herramientas y protocolos que tenemos, que han salvado muchas vidas, pero en ese proceso de mejora las administraciones tenemos que revisar el porqué siguen matando a mujeres y el porqué las mujeres no se sienten seguras para dar el paso a denunciar”.
La operación de la Guardia Civil
Agentes de la Guardia Civil hallaban este jueves los restos de la joven de la Pobla Llarga en una finca situada a unos dos kilómetros de la parcela de Carcaixent en la que se inició la búsqueda con la participación del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas del Instituto Armado, perros de búsqueda y georradares.
Tras la desaparición de Wafaa, su caso se relacionó con el de Marta Calvo, ya que el autor confeso de aquella otra desaparición, Jorge Ignacio P.J, era sospechoso del asesinato de otras dos jóvenes y del ataque a otras siete, y fue arrestado en la misma zona que David S. Ovilde (Carcaixent), de 30 años, que fue detenido en la localidad valenciana de Manuel.