Eduardo Zaplana (Cartagena, 1956), detenido este martes por la Guardia Civil en una operación contra la corrupción, llegó a la presidencia de la Generalitat Valenciana cargado de ambición en 1995. Y lo hizo decidido a actuar a lo grande. La idea de los grandes proyectos y los grandes eventos, que su sucesor Francisco Camps llevó al paroxismo, comenzó con él. La mayoría de aquellos grandes sueños se convirtieron, con el paso del tiempo, en auténticas pesadillas para las arcas públicas. Estos son los ejemplos más llamativos.
Terra Mítica
El parque temático, ubicado sobre 450 hectáreas de terreno que había sido pasto de incendios forestales junto a Benidorm, ciudad de la que había sido alcalde, fue inaugurado en 2000 por el entonces príncipe Felipe. No resultó el foco de atracción turística que Zaplana había prometido y supuso un fiasco económico gigantesco. Tras un periodo en el que buscó, mediante un acuerdo con la Paramount, su rentabilidad, y otro en que intentó nuevos atractivos, incluida la incorporación de personajes ajenos al relato mítico, como la abeja Maya o Heidi, acabó vendido en 2012 a la empresa Aqualandia por 67 millones de euros. La Generalitat Valenciana y las cajas de ahorros autóctonas perdieron 377 millones en la aventura.
La construcción de Terra Mítica, además, centró uno de los primeros casos de corrupción instruidos en los juzgados valencianos durante la etapa de gobierno del PP. Un proceso que culminaría 15 años después, en abril de 2016, con la condena del excuñado de Zaplana, Justo Valverde, que fue responsable de contratación, a cuatro años y 10 meses, el exdirector técnico Antonio Rincón y una veintena de empresarios contratistas, entre ellos Vicente Conesa, que fue sentenciado a 23 años, por estafa y fraude a la Hacienda pública.
Ciudad de la Luz
Bajo la inspiración del cineasta Luis García Berlanga, Zaplana puso en marcha el proyecto de construir unos estudios de cine en Alicante. Sobre unos terrenos de 320.000 metros cuadrados en Aguamarga, el complejo, en el que no se escatimaron gastos, registró importantes sobrecostes. Inaugurado ya por Camps en 2005, fue el recinto donde se rodaron numerosas películas, con la particularidad de que la Generalitat subvencionaba muchas de las producciones.
Tras una denuncia de los estudios Pinwood británicos ante el Tribunal de la Competencia de Bruselas, la Unión Europea obligó a desinvertir los 265 millones de euros de dinero público invertidos en la Ciudad de la Luz, que cerró en 2012. El nuevo Gobierno valenciano, en manos de la izquierda, la sacó a subasta, pero quedó desierta y ha negociado con Bruselas la posible reutilización del recinto para usos no comerciales.
Ciudad de las Artes Escénicas
En 2000, al mismo tiempo que lanzaba la Ciudad de la Luz en Alicante, Zaplana hizo público el proyecto de una Ciudad de las Artes Escénicas o Ciudad del Teatro en Sagunto. Se puso en marcha en 2001 en una nave de la antigua siderurgia rehabiliatda con una representación de 'Las Troyanas' dirigida por la actriz griega Irene Papas, que contó con presencia de la reina Sofía y costó 2,4 millones de euros.
Con Consuelo Ciscar, hoy imputada por corrupción en la gestión al frente del IVAM, como responsable de Promoción Cultural, el funcionamiento se caracterizó por un gran despilfarro. A finales de 2014, en la etapa de Alberto Fabra como presidente de la Generalitat, fue cerrada.
Ciudad de las Artes y las Ciencias
Los socialistas habían iniciado en Valencia, en la época de Joan Lerma como presidente, la construcción de una Ciudad de las Ciencias diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava que, con la llegada de Zaplana al poder, se reformuló como Ciudad de las Artes y las Ciencias. Del diseño inicial con tres edificios y un presupuesto de 150 millones de euros, se pasaría a un diseño de siete y un presupuesto de 308 millones. La construcción del complejo, incluido un palacio de la ópera de 479 millones, acabó costando 1.228 millones de euros.
Julio Iglesias como embajador
La amistad de Zaplana con el cantante Julio Iglesias, que le llamaba “campeón”, se tradujo en su nombramiento en 1997 como “embajador” de la Comunitat Valenciana. El contrato millonario con Julio Iglesias dio lugar al denominado caso Ivex, por la ocultación de la cantidad real que la Generalitat habría pagado al cantante por la celebración de diversos conciertos en varios países. La instrucción del caso todavía no ha terminado.
Modelo Alzira
Zaplana fue el impulsor de la privatización de hospitales de la red pública con el denominado “modelo Alzira”. En 1999 la Generalitat Valenciana creó en Alzira el primer hospital de gestión privada de España de la mano de las quebradas Bancaja y CAM. La fórmula no funcionó y en 2003 se replanteó el contrato para añadir a la del hospital la gestión privada de todo el departamento de salud de la comarca de la Ribera. La rescisión del primer contrato fue tan favorable a la empresa concesionaria, Ribera Salud, que se le compró el edificio del hospital y se pagaron 26,3 millones de euros por lucro cesante, pese a que solo había tenido pérdidas.
El modelo se extendió a otros cuatro hospitales con sus correspondientes departamentos durante el mandato de Francisco Camps. La Generalitat había gastado en los pagos anuales a la empresa concesionaria, ahora propiedad de la multinacional americana Centene y de Banco Sabadell (que ha anunciado su intención de salir de la empresa) unos 2.000 millones de euros cuando el actual Gobierno valenciano rescató el hospital de Alzira para la gestión pública en pasado 1 de abril.