La tecnología ha contribuido a facilitarnos la vida y cada vez está participando más en nuestra toma de decisiones cotidiana. Aunque nuestro día a día sea ajetreado, es bien sabido que las prisas no son buenas consejeras, así que una de las múltiples funciones de nuestro inseparable amigo smartphone (ya sea Android o iPhone) es ayudarnos a invertir el mínimo tiempo y esfuerzo en tareas y actividades que pueden resultar superfluas a simple vista pero que, sin embargo, esconden una importancia considerable.
Una de ellas es la cesta de la compra. Y más concretamente la elección de los alimentos más sanos que sirvan a una dieta equilibrada. Como el común de los consumidores tiene escasa pericia y formación en la exégesis comparativa de las etiquetas de los productos de supermercado, y no siempre es fácil saber qué comestibles son más frescos, nutritivos y saludables, ha ido en aumento la popularidad de las aplicaciones móviles diseñadas para escanear y analizar los alimentos que encontramos en colmados, tiendas y grandes superficies.
Las tres apps más populares para leer el etiquetado
Las aplicaciones móviles de nutrición más conocidas en España son:
Las tres se valen de distintos criterios para llegar a un objetivo común: ofrecer al consumidor una información válida para escoger los mejores productos.
ElCoco es la aplicación más sencilla y evalúa el producto escaneado partiendo de dos criterios: el Sistema Nutriscore, que ofrece una valoración nutricional global del alimento en base a su composición, y la Clasificación NOVA, que califica el grado de procesamiento de los alimentos (desde 1 para los no procesados hasta el nivel 4 para los ultraprocesados).
El problema de este sistema de doble puntuación es que el mensaje que recibe el usuario puede ser algo confuso, ya que se producen casos en que Nutriscore evalúa el producto como “nutricionalmente saludable” mientras la clasificación NOVA le otorga un menor puntuación y recomienda evitar su consumo.
Yuka sigue tres criterios para clasificar la comida y bebida y los pondera de la siguiente manera: su calidad nutricional según Nutriscore (60%), la presencia de aditivos (30%) y si el producto es ecológico (10%). A partir de ahí, el escaneado establece una clasificación del producto en malo, mediocre, bueno y excelente.
Asimismo, en el caso de que el alimento no sea considerado óptimo, la aplicación recomienda otro más saludable. A la OCU le llamó especialmente la atención en un análisis que “todos los aditivos se tuvieran en cuenta en la valoración nutricional, ya que algunos no tienen una función nutricional (excepto los edulcorantes) y otros resultan imprescindibles para elaborar y alargar la vida útil de los productos”.
También les sorprendió que Yuka “valore positivamente que un producto sea ecológico, sin tener en cuenta su origen”. Por un lado la organización adujo que hoy en día no existen estudios que ratifiquen que un producto ecológico sea nutricionalmente mejor que otro de producción normal. Además señaló que lo ideal es priorizar la cercanía antes que la certificación ecológica.
Finalmente, MyRealFood basa su análisis del producto escaneado en la clasificación NOVA, dividiendo los alimentos en 3 grupos: “comida real”, “buenos procesados” y “ultra procesados”. También incluye una evaluación para los aditivos, siguiendo las opiniones de la EFSA. Respecto a las valoraciones nutricionales, la app advierte al usuario cuando un producto tiene un contenido elevado en grasas saturadas, azúcares, sal o energía. Y, al igual que Yuka, recomienda alternativas más saludables.
Las críticas de la OCU, ¿interesadas?
Después de la “cata de apps”, la OCU concluyó en su estudio que en los tres casos la información que obtiene el consumidor en muchos casos es incompleta. La organización señalaba que puede darse el caso de que falte parte de la evaluación: “Nos hemos encontrado productos evaluados con la clasificación NOVA, pero no con Nutriscore y viceversa”. También señalaba “la falta de cierta información sobre los ingredientes o la composición nutricional”, lo cual “puede desencadenar que las valoraciones sean erróneas”.
Otra errata criticada en los resultados fue que Yuka y MyRealFood incluye los aromas en el grupo de los aditivos, algo que según la OCU no es correcto. “También hemos visto algún caso en el que se nombra mal un aditivo, como por ejemplo llamar E542 al fosfato tricálcico. Entendemos que se trata de una errata, pero el consumidor de a pie eso no lo sabe”, dice en su informe.
Otra crítica la vierte sobre el sistema de recomendaciones de alternativas que tienen las aplicaciones. Así, la organización afirma en su informe que “en el momento de la compra es muy útil que el usuario pueda optar por un producto mejor, pero esta opción debería ser de la misma categoría”. Es decir, que “si tenemos entre manos una tableta de chocolate con leche y avellanas, la app debería”, según la OCU, “ofrecernos lo mismo y no un cacao puro”.
Finamente añade: “Tampoco nos queda muy claro si estas recomendaciones están fuera de cualquier interés comercial por parte de los desarrolladores de las aplicaciones, aunque ellos afirman que sí”. Así, sentencia el escrito de la OCU que “las aplicaciones móviles para analizar alimentos pueden ser orientativas pero en ningún caso son totalmente fiables”.
Esta es la conclusión que se extrae de la prueba empírica llevada a cabo por la OCU que, por cierto, aprovecha para recomendar su propio comparador nutricional basado en el Nutriscore. ¿Mejor que los otros tres? No parece muy ético criticarlos para luego promocionar su propuesta... De todas formas, lo mejor es descargarse y comparar los cuatro y decidir por nuestra cuenta cuál es el mejor. Y siempre nos quedarán estos 10 trucos para leer el etiquetado nutricional de los alimentos de forma rápida y provechosa.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines
suscríbete a nuestros boletines