Cómo ahorrar en casa: estrategias para amortiguar el gasto a final de mes

Martín Frías

27 de octubre de 2024 22:11 h

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El 63% de los hogares en España tiene dificultades para llegar a fin de mes según el Índice de Solvencia Familiar de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El estudio destaca los problemas que tienen las familias para cubrir gastos básicos como vivienda, salud y educación.

No llegar a fin de mes es un problema complejo, ya que se debe a una combinación de factores. El freno en el ritmo de subida de los salarios en España, el aumento del coste de vida por la inflación, y el elevado precio de la vivienda y la comida, que absorben gran parte del presupuesto doméstico, son los principales culpables. Además, se suman el endeudamiento por el uso de tarjetas de crédito y préstamos, y gastos imprevistos como reparaciones o problemas de salud.

Muchas de estas dificultades se deben a factores externos, pero sí podemos jugar a nuestro favor con cierta prevención para que el fin de mes no se haga tan cuesta arriba. Necesariamente, las estrategias para intentar ahorrar empiezan mucho antes en el calendario.

Llevar las cuentas

Una de las claves para comenzar a ahorrar es entender y analizar los ingresos y gastos. Esto implica realizar un seguimiento detallado de cada euro que entra y sale del hogar, ya que la conciencia sobre en qué se gasta es fundamental para detectar posibles áreas donde podemos mejorar. Es útil llevar un registro mensual, ya sea a través de aplicaciones para el móvil o de forma más tradicional con una hoja de cálculo o incluso una libreta. Lo importante es que sea visible. Este análisis permitirá identificar gastos innecesarios o aquellos que podrían reducirse sin afectar de forma significativa nuestra calidad de vida.

Definir un presupuesto mensual

Un presupuesto establece límites de gasto en categorías como alimentación, transporte, entretenimiento, vivienda y otros gastos corrientes. Siempre es recomendable destinar algo al ahorro, aunque hay informes, como el citado al principio de este texto, que indican que tres de cada cuatro familias en España encuentran imposible hacerlo. Reservar algo de dinero no solo ayuda a la larga a afrontar imprevistos, sino que también mantiene la motivación y hace facilita una buena gestión financiera. Es recomendable poner el dinero ahorrado aparte a principios de mes, aunque sea poco. De esta manera, el ahorro se convierte en una prioridad y no simplemente en lo que queda después de cubrir todos los gastos.

Revisar tus contratos

La revisión de los contratos de servicios como electricidad, gas, agua y telecomunicaciones puede resultar en un ahorro significativo a lo largo del año. En muchos casos, cambiar de proveedor o ajustar la tarifa puede reducir considerablemente el gasto mensual. A veces, simplemente ajustar hábitos de consumo, como usar electrodomésticos en horarios de menor demanda energética o reducir el uso de dispositivos que consumen mucha energía, puede marcar la diferencia.

También es importante revisar la cobertura de los seguros de salud, hogar o automóvil, y compararlos con otras ofertas en el mercado. Muchas veces, la lealtad a una misma compañía no es recompensada, y explorar otras opciones puede traducirse en un ahorro considerable.

Ahorrar en la alimentación

En el ámbito de la alimentación, planificar las comidas de la semana es una estrategia que no solo contribuye a una alimentación más saludable, sino que también ayuda a controlar el gasto en el supermercado. Elaborar un menú semanal permite hacer una lista de compras precisa, evitando las compras impulsivas y las visitas innecesarias a la tienda. Además, es útil comprar productos básicos a granel y aprovechar las ofertas y descuentos en productos no perecederos. Cocinar en casa y reducir la frecuencia de las comidas fuera, ya sea en restaurantes o pidiendo comida a domicilio, puede tener un impacto muy positivo en el presupuesto mensual. Preparar grandes cantidades de comida para congelar y consumir más tarde también es una forma de optimizar el tiempo y el dinero.

Compras de segunda mano

Otra forma de ahorrar es a través de la segunda mano y la reutilización. En lugar de comprar nuevos artículos de ropa, muebles o electrodomésticos que necesitemos, explorar el mercado de segunda mano o intercambiar con amigos y familiares puede ser una opción interesante. Las plataformas digitales de compraventa de productos de segunda mano han ganado popularidad, lo que facilita encontrar objetos en buen estado a un precio mucho más bajo. Además, fomentar una cultura de reparación en lugar de reemplazo contribuye a mantener las finanzas sanas y reduce la cantidad de desechos que generamos.

Ahorro en el transporte

El transporte es otro aspecto en el que se pueden reducir costes. Optar por medios de transporte más económicos, como la bicicleta o el transporte público, en lugar de depender del coche privado, taxi o VTC, supone un ahorro significativo en dinero, gasolina, mantenimiento y aparcamiento. Compartir el coche con otros para realizar trayectos similares a través de aplicaciones de carpooling, es otra alternativa para reducir gastos en los viajes. Si el uso del coche privado es imprescindible, es recomendable mantener una conducción eficiente, evitando acelerones y frenadas bruscas que aumentan el consumo de combustible.

Atención a las suscripciones

Los pequeños hábitos cotidianos que a menudo pasamos por alto. Revisar la suscripción a servicios de entretenimiento, como plataformas de streaming o gimnasios, y evaluar si realmente se están utilizando de manera suficiente para justificar el gasto es un buen punto de partida. En ocasiones, compartiendo las suscripciones con familiares o amigos, se pueden obtener los mismos servicios a un menor coste, y también existen opciones gratuitas. Renegociar tarifas de servicios y pedir descuentos por fidelidad o por agrupación de servicios (como internet y móvil) también puede resultar en ahorros significativos.

Todos los miembros del hogar participan

Es muy importante involucrar a todos los miembros del hogar en el proceso de ahorro y hacerlos partícipes. Explicar a los niños la importancia de la administración del dinero y darles responsabilidades pequeñas puede fomentar buenos hábitos desde una edad temprana. A su vez, buscar actividades de ocio gratuitas, como paseos al aire libre, visitas a museos con entrada gratuita, o eventos culturales locales, permite disfrutar del tiempo libre sin que ello represente un gasto importante.