Antipropósitos de año nuevo: por qué una lista con las cosas que no quieres hacer puede ser más efectiva
“Al menos sé lo que no quiero”, parece ser el principio de la sabiduría para muchas personas. ¿Por qué no aplicarlo a los temidos propósitos de año nuevo? Aunque con el comienzo del año nuevo nos proponemos cambiar nuestra vida, ir al gimnasio, comer mejor, leer más o mejorar el inglés, estos buenos propósitos tienen una vida muy corta. Según un famoso estudio del psicólogo británico Richard Wiseman de la Universidad de Hertfordshire con 3.000 personas, el 80% de quienes hacen propósitos de año nuevo han fracasado a principios de febrero, y solo un 12% consigue sus objetivos al final del año.
Una alternativa: la lista “to don't”
En cualquier curso de gestión del tiempo o de mejora de la eficacia en el trabajo se habla de la lista de tareas que tenemos que hacer, que en inglés se llama “to do” (por hacer), y de su valor cuando se organizan las tareas por prioridades. La idea de una lista “to don't” es lo opuesto, y consiste en escribir una relación de las cosas que no queremos hacer. ¿Ejemplos? No gastar dinero en compras impulsivas por Internet.
La idea no es nueva, pero ha cobrado fuerza en los últimos años gracias a la creciente preocupación por el estrés, la culpa y la ansiedad asociadas a los propósitos tradicionales. Este enfoque se deriva de principios de la psicología cognitiva que se enfocan en identificar y eliminar hábitos contraproducentes en nuestra vida.
Rachel Botsman, escritora y economista especializada en consumo colaborativo que imparte un máster sobre ello en la Universidad de Oxford, contribuyó a la popularización reciente de esta idea a través de su perfil de LinkedIn cuando decidió escribir una lista anual de lo que no debía hacer, que durante la pandemia pasó a ser mensual. El propósito de esta lista era reflexionar sobre los hábitos que quería abandonar o las cosas que quería hacer de otra manera. Cada lista puede ser diferente según las circunstancias personales. Estos son algunos de los elementos de la lista de Botsman:
- Dejar de ayudar a cualquiera que me pide “mi opinión en algo”
- No minusvalorar las cosas que me resultan fáciles
- Dejar de comer y picotear de pie
- No responder emails cuando estoy con los niños
Por qué la lista de antipropósitos puede funcionar mejor
El enfoque de las listas “to don't” (que no hacer) se relaciona con el concepto psicológico de inhibición cognitiva. Este término describe la capacidad de nuestro cerebro para suprimir impulsos y decisiones que no son beneficiosas. Crear una lista de cosas que queremos evitar refuerza esta habilidad, ayudándonos a priorizar mejor y a liberar espacio mental para otras cuestiones.
Las listas de cosas que queremos evitar también reducen la presión y el estrés asociados a las listas de cosas pendientes que debemos hacer. En lugar de añadir más tareas y cargas a nuestra vida, que seguramente ya está saturada, estamos liberándonos de aquello que no nos ayuda, es decir, inhibiendo comportamientos dañinos, lo que, de acuerdo con una revisión de estudios de este mismo año, contribuye a disminuir la ansiedad.
Por otro lado, para hacer una lista de las cosas que queremos evitar debemos primero reflexionar y tomar conciencia de cuáles son nuestros hábitos negativos. El mero de hecho de reconocer que tenemos ese problema nos puede proporcionar una sensación de control que ayuda a reducir el estrés.
Cómo crear tu lista de antipropósitos para 2025
Pasar de los propósitos tradicionales a la lista de cosas que queremos evitar requiere honestidad con nosotros mismos y un cierto sentido de autocrítica. Estos son los pasos recomendables:
- Reflexiona sobre tus hábitos actuales: dedica unos minutos a observar tus comportamientos diarios. ¿Qué cosas repites a diario que sientes que no te benefician? No juzgues estos malos hábitos, simplemente reconócelos.
- Identifica los principales 'saboteadores': igual que podrías priorizar las tareas más importantes, es conveniente identificar qué hábitos son los que tienen el impacto más negativo. Puede ser picar entre horas, o pasar demasiado tiempo en Instagram antes de dormir.
- Escribe acciones concretas y específicas que no quieres hacer: en lugar de decir “no procrastinaré”, identifica la acción concreta, por ejemplo: “no miraré el teléfono cuando tenga una tarea importante que terminar”.
- Sé compasivo contigo mismo: si haces una lista con demasiados elementos, o demasiado difíciles, corres el riesgo de no poder cumplirla. No se trata de ser perfectos, sino de mejorar nuestra vida poco a poco.
- Revisa la lista regularmente: Una vez al año es demasiado tiempo. Haz un esfuerzo por revisar tu lista de cosas a evitar de vez en cuando, evalúa tu proceso, elimina las que ya has dejado de hacer y añade las que hayas identificado.
Este es un ejemplo de elementos comunes que afectan a mucha gente y que podrías incluir en tu lista:
- No seguiré cuentas en redes sociales que me hagan sentir mal.
- No responderé mensajes de trabajo fuera del horario laboral.
- No gastaré dinero en compras impulsivas que no necesito.
- No comeré frente al televisor ni en la cama.
- No dejaré las cosas importantes para última hora.
- No participaré en conversaciones criticando a otras personas.
- No evitaré conversaciones importantes con mi pareja o seres queridos por miedo al conflicto.
- No aceptaré invitaciones por compromiso si realmente no quiero ir.
- No meteré el móvil en el dormitorio.
- No permitiré que el miedo al fracaso me impida intentar cosas nuevas.
Decir que no a ciertos comportamientos puede ser una forma de decir que sí a aquellas otras cosas que nos proporcionan bienestar, como dormir bien o disfrutar del contacto con las personas cercanas.
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