José Manuel, lector y socio de eldiario.es, nos plantea la siguiente cuestión: “utilizo frecuentemente el aceite esencial de árbol del té (Melaleuca alternifolia) tras el afeitado -si no voy a exponerme al sol-, tras tomar el sol o sobre heridas superficiales, por sus supuestas propiedades cicatrizantes y antisépticas. Hoy me han dicho que podría causar ginecomastia en hombres jóvenes debido a un supuesto efecto de disrupción hormonal. He buscado en internet y he encontrado muchas publicaciones haciendo todas referencia a un único artículo científico de 2007. ¿Podrían orientar acerca de la consistencia de ese artículo y sobre si hay evidencias de sus conclusiones? Si así fuese, ¿afectaría a hombres adultos también?”.
El árbol del té (Melaleuca alternifolia) es un arbusto de origen australiano de la familia de los mirtos de cuyas bayas se obtiene un aceite complejo rico en numerosos compuestos llamados terpenos. No debe confundirse con el árbol de cuyas hojas de extrae el té (Camelia sinensis). Al aceite esencial del árbol del té se le atribuyen diversas propiedades, como ser un antiséptico antifúngico, antivírico y antibacteriano, así como poder cicatrizante,
De esta suerte, se usa como antiséptico natural en algunos champús, así como crema cicatrizante en algunos tratamientos e incluso para hacer gárgaras -dosificado en pocas gotas diluidas en agua- para mejorar afecciones y llagas en boca y garganta. Y en efecto un artículo en la Revista Española de Quimioterapia lo cita como eficaz antifúngico a nivel de piel, especialmente contra hongos del género Candida sp.
Otra publicación de 2003 del Hospital Universitario de la Princesa, en Madrid, le confiere propiedades antimicrobianas frente a Staphylococcus aureusStaphylococcus aureus, una de las mayores pesadillas en hospitales por la capacidad que tiene de infectar tejidos blandos y crear complicaciones en enfermos con quemaduras, heridas, sondas, etc., especialmente si están inmunodeprimidos. Por lo tanto parecen comprobadas estas propiedades.
Efectos secundarios
Sin embargo, hay cierta polémica sobre si posee efectos secundarios, dado que es un aceite complejo con un centenar de componentes, la mayoría de ellos terpenos y alcoholes, de los cuáles algunos podrían ser tóxicos en determinadas circunstancias. Por ejemplo, se ha comprobado que la ingesta de este aceite puede causar intoxicaciones que provocan descoordinación del movimiento, mareos y náuseas, y si la dosis ingerida es alta puede causar un coma.
Por otro lado, una publicación del Servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario de Navarra asegura que “Se han descrito diversos casos en la literatura de dermatitis alérgica de contacto al aceite de árbol de té, pero hasta hace poco ha sido infrecuente en nuestro medio. Con el aumento de popularidad de terapias alternativas y naturales hemos sido testigos de varios casos de sensibilización a este aceite esencial.”
Según los investigadores, este aceite puede agravar dermatitis previas de origen no infeccioso que han sido incorrectamente diagnosticadas como infecciones. Pero el más espectacular y mediático de sus efectos son sus supuestas propiedades como disruptor endocrino estrogénico, es decir que incide sobre el desarrollo sexual y provoca una alteración llamada ginecomastia en adolescentes prepúberes. La ginecomastia es el desarrollo de pecho de mujer en niños.
A este efecto hace referencia una publicación de 2007 sobre un grupo reducido de niños -la que refiere José Manuel-, que parece que desarrollaron este síndrome tras aplicarse champús o cremas con este aceite. Otra publicación de 2014 describe el caso de un servicio de atención primaria de Madrid donde se detectó una posible relación en un niño con ginecomastia.
No obstante, una revisión de 2004 sobre casi 600 niños no había hallado relación alguna. Por otro lado el blog Una madre molona atribuye el efecto disruptor a que el aceite disuelve componentes del envase de plástico -supuestamente bisfenoles- y asegura que en envase de vidrio esto no sucede. Ahora bien, no cita fuente ni estudio alguno que justifique este aserto.
El debate, por tanto, está abierto y ha dado lugar a numerosos titulares de noticias poco fundadas en internet, como esta, o incluso disparatadas como esta. Pero más allá de estos pocos casos descritos, la Agencia del Medicamento Europea (EMA) en un extenso documento reconoce sus propiedades, circunscribe los casos de dermatitis alérgicas a efectos secundarios en algunas personas.
También advierte sobre la ingesta pero no reconoce las aplicaciones directas y naturales de este producto como medicamento. Adicionalmente destaca que no existen estudios actualmente sobre sus efectos como disruptor que pueda provocar alteraciones estrogénicas o bien cánceres de algún tipo.
Así que a José Manuel le podemos contestar que en principio los casos de ginecomastia son muy pocos y pendientes de estudiar en ensayos de laboratorio, y que de todos modos en hombres ya desarrollados no se ha observado ningún efecto disruptor endocrino ni tumoral, lo cual no significa que en el futuro no puedan aparecer conclusiones en este sentido.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines
suscríbete a nuestros boletines