Puede parecernos un sueño perruno hecho realidad. De pronto, tu perro te tiene siempre en casa. Nadie sale a trabajar ni deja la vivienda para ir a la escuela o la universidad. Pero el cambio abrupto de rutinas y estilo de vida que implica el estado de alarma durante la crisis del coronavirus nos puede estar afectando a todos. El estrés de quedarse en casa y la falta de ejercicio físico también les pasa factura a ellos.
“Cada perro tiene su propio temperamento, lo que en humanos llamamos personalidad; y no todos llevan bien tenernos tan cerca todo el tiempo”, explica Tomàs Camps, presidente del Grupo de etología y conducta animal de la Asociación española de veterinarios de pequeños animales (Avepa) y director de Etovets. [En este artículo te explicamos por qué ni tu gato ni tu perro pueden contagiarte el coronavirus del COVID-19, y cómo vivir la cuarentena a su lado con seguridad].
Aunque para muchos resulta muy beneficioso pasar tanto tiempo con su familia humana, otros no se sienten tan cómodos. Un ejemplo: si tu perrete tiene miedo a los niños y ahora debe convivir con ellos todo el día, es muy probable que lo esté pasando mal. Los paseos cortos y no poder hacer apenas ejercicio (restricciones necesarias del estado de alarma) tampoco ayudan.
“Esta súbita ruptura de su rutina y estilo de vida está provocando estrés en muchos perros”, afirma Camps. ¿Y depresión? “Aunque es un término clínico que asociamos más con los humanos, es muy probable que algunos perros experimenten depresión”, señala el etólogo.
Problema perruno: ¿y si me hago pis en casa?
Si tu perro está acostumbrado a salir tres o cuatro veces al día, y darse buenos paseos, es normal que lo pase regular ahora que tiene que conformarse con menos salidas, y mucho más cortas. No le culpes si se le escapa, y hace pis (o caca) en casa: recuerda que su rutina de salidas ha cambiado de forma abrupta y, por tanto, estos accidentes son normales. Al contrario, ten paciencia con tu amigo. “Si empezamos a castigarle o a gritar, solo lograremos empeorar las cosas y agravar su estrés”, explica Camps.
Mantenlo estimulado, dentro de casa
Aunque no puedas hacer que tu perrete siga tan activo ni lograr que haga tanto ejercicio durante el confinamiento, sí puedes mantener su mente ocupada. Camps recomienda los juegos de olfato. “Podemos esconder bolitas en casa, usar puzzles de comida, dispensadores de premios, e incluso hacerlos en casa con botellas de plástico o una sábana, que también funcionan muy bien”.
Este tipo de juguetes de olfato activan mecanismos de recompensa, una respuesta en la que participa la dopamina (neurotransmisor) y que, entre otros beneficios, les permite liberar ansiedad. Aprovéchalos: usa estos juguetes en lugar del cuenco para ofrecer a tu amigo parte de su comida.
Otra idea importante para ayudarle: déjale una habitación libre con sus juguetes y su camita, a la que tu perrete pueda ir cuando quiera o necesite tranquilidad, sin ser molestado. En esta habitación dejaremos sus juguetes de olfato y otros accesorios que le gusten; además de agua fresca. “Así aprenderá que estar solo tiene beneficios; y le servirá de ayuda cuando todo vuelva a la normalidad y tenga que volver a quedarse solo”, anota el etólogo.
Premios perrunos saludables
Puesto que cocinarás más en casa, tu amigo cuenta con más ocasiones de pedirte un picoteo perruno entre horas. Puede ser un buen momento para darle un premio, pero intenta que sea saludable: puede ser una rodaja de manzana, un trozo de zanahoria, un pedazo de plátano o de apio. Ahora que hace menos ejercicio, lo que menos le conviene es comer más de la cuenta y acabar el confinamiento hecho una bola peluda.
El reto peludo del confinamiento
No solo la vida de los humanos ha cambiado de forma drástica durante la crisis del coronavirus. La vida de tu perro también está patas arriba. El hecho de acortar sus paseos y de que para muchos las posibilidades de hacer ejercicio hayan prácticamente desaparecido hace que sus cuerpos dejen de segregar neurotransmisores como la serotonina. La consecuencia para tu camarada peludo es doble: “Les causa estrés y además reduce su capacidad de respuesta ante situaciones estresantes”, dice Camps. Es decir: sufren más ansiedad, y la toleran peor.
El estrés actúa en el cuerpo de tu amigo peludo de forma similar a como lo hace en el tuyo. Si estabas acostumbrado a salir a correr o hacías ejercicio todos los días y lo has dejado de golpe por el estado de alarma, tú también habrás dejado de segregar tanta serotonina; y es normal que sientas ansiedad. Pues a tu compi peludo, obligado a abandonar sus paseos y carreras, le ocurre lo mismo.
Aunque los juegos de olfato e inteligencia para perros ayudan, y son esenciales durante el confinamiento, cuando tu compi de fatigas no sale de paseo, o estos son cortos y deficientes, está dejando de hacer un ejercicio físico que le hace falta, necesario para su bienestar. Por desgracia, esta ausencia de ejercicio resulta difícil de suplir en casa.
“Si un perro está acostumbrado, y tenemos una cinta de correr, aconsejaría que la utilizara para caminar”, señala Camps. Pero incluso esto es complicado, porque esta habilidad es un entrenamiento para el cual el perro suele necesitar de un profesional. Y no en todas las casas hay una cinta.
Hay otro problema: el estrés puede causar problemas de comportamiento del perro. Aunque en realidad se traten de una respuesta natural a una situación desconocida. Funciona así: el estrés hace que el cuerpo ponga en marcha estrategias de reacción que le ayuden a enfrentarse a una situación o un entorno nuevo, inesperado y sobre el que no tiene control. En este caso, estar encerrado todo el día en casa. Nos pasa a todos: también a tu camarada de cuatro patas.
Algunos perros reaccionan con falta de motivación y tristeza, y puede que hayan empezado a jugar con objetos a los que antes no atendían, o a morder muebles o el sofá. O a ladrar más, o se muestran más reactivos, menos tolerantes y más gruñones, incluso agresivos. Otros quizás han empezado a hacer sus necesidades en casa.
“No podemos culparles, todas son estrategias naturales para enfrentarse al estrés: el perro solo está redirigiendo la falta de ejercicio físico hacia otro tipo de conductas”. Muestra comprensión, y no lo castigues ni le grites. Al contrario, compénsale con juegos, juguetes de olfato y cariño. Tu perro lo único que quiere es tener algo que hacer; y cuando esta posibilidad le es arrebatada, lo pasa mal. Lo mismo que nos ocurre a todos.
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