Camisetas, calcetines y otras prendas de lana merino perfectas para un regalo de Reyes socorrido y duradero
Ahora que ha llegado el invierno y empiezan a bajar las temperaturas, es posible que estés buscando alternativas a las prendas que normalmente utilizamos para combatir el frío. El algodón es un tejido natural, transpirable y resistente, pero no siempre nos ayuda a guardar el calor. La lana, así como algunos tejidos sintéticos, pueden no ser suficiente. Pero, ¿hay alternativas? Una de ellas puede sorprenderte: la lana merino.
Qué es la lana merino
La lana merino se obtiene de las ovejas de raza merino, conocidas por producir una de las lanas más finas y suaves del mundo. A diferencia de otros tipos de lana, la lana merino se caracteriza por la delgadez de sus fibras, que pueden entre dos y cinco veces más finas que un cabello humano. Esto la hace excepcionalmente suave al tacto, evitando la sensación de picor típica de otros tipos de lana. Además, es más ligera, elástica y eficiente para regular la temperatura corporal, lo que la convierte en una opción ideal para prendas que pueden funcionar tanto en climas fríos como cálidos.
Prendas transpirables
Por la estructura de sus fibras, la lana merino es más transpirable que la lana común y el algodón. Mientras que el algodón absorbe la humedad y tarda más en secarse, la lana merino es capaz de evacuar el sudor de la piel, de forma parecida a las fibras sintéticas que se emplean para fabricar ropa deportiva. Esto no solo mejora la comodidad, sino que también reduce la probabilidad de irritaciones o infecciones cutáneas. Además tiene otra ventaja, ya que esta capacidad de eliminar la humedad también hace que la lana merino regule la temperatura.
Regulación de la temperatura
El algodón es un tejido para el verano, ya que no es capaz de retener el calor como la lana o los tejidos sintéticos. Pero no siempre es agradable, puesto que en un clima húmedo, si sudamos, una camiseta de algodón puede pegarse al cuerpo y resultar muy calurosa. Al contrario que el algodón, la lana merino regula la temperatura corporal, manteniendo el cuerpo cálido en invierno y fresco en verano. En verano, las fibras finas hacen que el sudor se evapore más rápidamente y eso enfría nuestra piel. En invierno, estas mismas fibras atrapan el aire entre la prenda y nuestra piel, y esa capa de aire actúa de aislante y nos mantiene calientes. No es de extrañar, ya que las ovejas merino viven en zonas de montaña.
No huele
Una de las ventajas más sorprendente de la lana merino es que las prendas no huelen a sudor, incluso después de llevarlas varias veces. El olor de las prendas se debe a la descomposición de nuestro sudor por las bacterias que viven en la piel, y que pasan al tejido. Las prendas de lana merino no retienen el sudor, por un lado y, además, la lanolina, una sustancia natural que recubre la lana, repele a las bacterias que producen el mal olor. En términos prácticos, esto permite usar una prenda durante varios días consecutivos sin necesidad de lavarla, una ventaja cuando se llevan de viaje. Basta con airear la prenda para poder vestirla de nuevo.
Durabilidad
Las fibras de la lana merino son más finas, pero al mismo tiempo son más resistentes que el cabello humano. Esto quiere decir que se pueden doblar y retorcer miles de veces sin romperse. Además, las fibras también son más largas, y por tanto el tejido de lana merino es más resistente al desgaste y a los lavados que otros. Si a esto se suma que se pueden llevar durante más días sin necesidad de lavarlas tan a menudo, nos encontramos con que las prendas de merino durarán más tiempo que las fabricadas con algodón. Una prenda bien cuidada puede durar años sin perder su forma ni sus propiedades, ya que el tejido es naturalmente elástico, algo que raramente puede decirse de los tejidos sintéticos o del algodón.
Suavidad
Aunque el tejido de lana merino es suave, y no pica como la lana normal, la primera vez que nos pongamos una prenda nueva puede que la encontremos más rígida, comparada con el algodón. Al contrario que otras fibras, la lana merino se vuelve más suave con el uso y los lavados, lo que hace que, cuando más las llevemos, más cómodas sean.
Sostenibilidad
La lana merino es un material biodegradable y renovable, ya que las ovejas producen nueva lana cada año. Comparado con los tejidos sintéticos derivados del petróleo, la lana merino tiene un impacto ambiental significativamente menor, tanto en su producción como en su degradación al final de su vida útil, ya que desaparece en unos pocos meses en el entorno, al contrario que los tejidos sintéticos que pueden durar cientos de años y liberan microplásticos que contaminan las aguas de ríos, mares y océanos.
¿Merece la pena pagar por la lana merino?
Uno de los principales inconvenientes de las prendas confeccionadas con lana merino es el precio, que es más elevado que el equivalente sintético o de algodón. La calidad de la lana depende del grosor de las fibras. Cuanto más finas, más caro resulta el tejido. Por ejemplo, la lana de cachemir, que no procede de ovejas, como la merino, sino de cabras, tiene fibras aún más finas, por lo que el precio es aún mayor.
Mientras que una camiseta de algodón puede costar alrededor de 10 euros (dependiendo de la calidad), la misma prenda de lana merino ronda los 40 euros. Lo mismo ocurre con unos calcetines, que cuestan más del doble que sus equivalentes de lana de peor calidad o de algodón.
A cambio, debido a su durabilidad y versatilidad, una camiseta o un par de calcetines de merino pueden reemplazar a varias prendas de menor calidad, y durar mucho más tiempo. Además, el confort y el rendimiento que ofrecen estas prendas son difícilmente igualables. Esto contribuye a que podamos comprar menos prendas, de más calidad, y las usemos durante más tiempo, por lo que este tipo de productos se pueden convertir además en una buena idea para esos regalos de última hora. Las prendas de este tipo solo nos proporcionan más satisfacción, sino que estaremos reduciendo la cantidad de desperdicios textiles, uno de los principales problemas medioambientales en la actualidad.
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