Aitor Sánchez: “Dejar de comer carne ayudaría a frenar la crisis climática y está en nuestras manos”
Si queremos frenar la crisis climática, toca comer menos carne. En 'Tu dieta puede salvar el planeta' (Paidós, 2021), Aitor Sánchez, dietista-nutricionista y tecnólogo alimentario, ofrece un alegato climático contra el consumo de animales; y se une así a las voces de expertos que llaman a reducir la ingesta de carne para frenar el cambio climático. “Nuestro patrón alimentario está destruyendo el planeta”, afirma Sánchez.
¿Lo que comemos está poniendo en peligro el planeta?
Sí, y no solo la dieta tiene un alto impacto, también lo tiene cómo producimos lo que comemos. Nuestro modelo productivo de los alimentos no es sostenible; está guiado por intereses económicos y da menos importancia a otros aspectos, como el medio ambiente o los derechos laborales.
En 'Tu dieta puede salvar el planeta', afirma que para frenar la crisis climática toca olvidarse de la carne; como poco, consumir menos.
La producción de carne es uno de los procesos más impactantes e ineficientes. No solo por las emisiones de metano del ganado. También porque dar de comer al ganado es menos eficiente que comer directamente legumbres. Además, implica un importante cambio del uso del suelo: se desforesta mucho para dejar espacio a la ganadería; y, también, para sembrar el cultivo que luego alimenta a esas cabezas de ganado. Para comer carne, estamos retirando el elemento que amortigua el cambio climático: los bosques.
Para comer carne, estamos retirando el elemento que amortigua el cambio climático: los bosques
Entonces, ¿la solución para detener la crisis climática es dejar de comer carne y que todo el mundo se pase al veganismo?
Lo cierto es que ayudaría bastante; y es una de las grandes contribuciones que podemos hacer. El patrón dietético es una decisión que está en nuestras manos; y constituye una solución plausible para proteger el planeta que, además, podemos empezar a incorporar en nuestras vidas mañana mismo.
Habrá a quien llame la atención que un dietista-nutricionista haya escrito un alegato en contra del consumo de carne; vista durante mucho tiempo como “la proteína de buena calidad”. ¿Se puede dejar de comer carne y seguir una dieta saludable?
Claro, sin ningún problema: hay millones de personas en el planeta que no comen carne. Y no existe ninguna justificación dietético-nutricional para comer animales; no hay nada en la carne que no esté en otros alimentos. Esta creencia de que la carne resulta imprescindible no se sustenta en nada, es una falsedad. Lo que sí hay son intereses económicos importantes en esta afirmación, sobre todo en España; y en ciertas culturas gastronómicas muy tradicionales.
No existe ninguna justificación dietético-nutricional para comer animales: no hay nada en la carne que no esté en otros alimentos
Pero entiendo que no basta con cambiar un plato de pasta con tomate y carne por un plato de pasta con tomate a secas.
Esta transición la hace mucha gente sin información dietética, que no quiere matar animales o no quiere contaminar. Pero no sirve. Nutricionalmente, no basta con quitar la carne del plato: hay que sustituirla por otra fuente de proteínas, como las legumbres, que son proteínas vegetales de buena calidad. Es decir: completas, y presentes en buena cantidad.
Las legumbres son el cultivo que utilizamos de alternativa vegetal a la carne; y no las ensaladas, como tanta gente piensa. Además, las dietas vegetarianas no tienen por qué ser poco variadas: no solo implica comer la legumbre entera (garbanzo, alubia, lenteja, etc.), también están los derivados, como el tofu o la soja texturizada. Y prepararlos de otras maneras: puedes comerte un humus, un falafel, una ensalada de legumbre o tomarte un chili, por dar algunas ideas.
Probemos ahora esta receta: ¿podemos sustituir la carne tranquilamente por proteínas vegetales de buena calidad, como el garbanzo, los guisantes, la alubia o la soja, y seguir estando sanos y sin carencias nutricionales?
Perfectamente; las legumbres son la sustitución natural de la carne. Lo único es que, si decidimos ir más allá y no comer ningún alimento de origen animal (ni carne, ni pescado, ni huevos ni lácteos), entonces deberíamos suplementar con la vitamina B12.
La mayor parte de los cultivos del planeta no se destinan para consumo humano directo, sino para la producción animal
Aun así, en esta batalla climática entre carnes y verduras, habrá quien recurra a los conocidos daños ambientales que conllevan ciertos modelos de producción vegetal, como los monocultivos de soja. Por no hablar de la deforestación ligada al aceite de palma. Pero todas ellas son opciones vegetales. ¿Cómo se gana esta batalla climática?
Cuando señalamos el alto impacto de la ganadería, siempre hay alguien que afirma que la agricultura también contamina mucho. Pero es que la ganadería tiene el impacto de la ganadería y el de la agricultura. Las vacas, los cerdos y las gallinas tienen que comer algo: y hay que alimentarlos con una extensión agrícola; además, mayor de la que necesita el ser humano para comer.
La mayor parte de los cultivos del planeta no se destinan para consumo humano directo, sino para la producción animal. Los monocultivos de soja, sobre todo en Brasil y en Argentina, se destinan a pienso avícola y porcino. Y la desforestación del Amazonas es para dar paso a pastos para alimentar a las vacas en Argentina. La crisis climática no es culpa de la soja del tofu: es culpa de la soja que se usa para el pienso de los animales.
¿Y cuál es su “receta saludable” para salvar el planeta?
Seguir una dieta lo más vegetal posible. No hace falta seguir mañana una dieta cien por cien vegana; pero sí ayudará que esa parte de la población que tenemos claro que consumimos demasiada carne nos planteemos poco a poco dejar de consumirla.
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