La calabaza pertenece a la familia de las cucurbitacias, con más de 850 especies distintas. Hay muchos tipos de calabaza, cada uno de ellos adaptado al medio en el que crecen. De forma esférica y achatada, ovalada y alargada, y de color anaranjado, amarillo o verde, la calabaza tiene infinidad de virtudes.
De acuerdo con la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), la calabaza contiene aproximadamente un 90% de agua, un 2% de proteína, un 7% de hidratos de carbono en forma de almidón la mayoría de ellos, y un 1% de grasas, la mayoría poliinsaturadas. Si la calabaza ya es de por sí muy interesante desde el punto de vista nutricional, no lo son menos las semillas que tiene en su interior. Son, incluso, una parte más interesante que la calabaza.
Las semillas, lo mejor de la calabaza
¿Por qué son interesantes las pipas de calabaza? Solo una taza de semillas enteras tostadas, sin sal, aportan valiosos nutrientes: solo unas 280 calorías contienen casi 12 gramos de proteína, más de 12 gramos de grasa y cerca de 12 gramos de fibra dietética.
Como recordábamos en un artículo anterior, las pipas de calabaza pueden ayudarnos a mantener la presión arterial y el nivel de azúcares en la sangre bajo control. Pero también son interesantes por su aporte de:
- Omega 3: las semillas de calabaza son ricas en grasas saludables de origen vegetal, llamados ácido alfa-linolénico (ALA). Sus beneficios incluyen protección contra las enfermedades cardíacas, menor riesgo de endurecimiento de las arterias y antiinflamatorios.
- Ricas en vitaminas y minerales: destaca en su aporte en vitamina A, D, E, B-12, C, tiamina, calcio, hierro, potasio, magnesio y fósforo. El magnesio puede ayudar a la salud del corazón y los huesos, reducir la presión arterial e incluso prevenir las migrañas, reconoce la Asociación Americana del Corazón. Solo un cuarto de taza de semillas de calabaza incluye el 42% de la ingesta diaria recomendada de magnesio para una persona.
- Propiedades antioxidantes y agente antiinflamatorio: la presencia de zinc ayuda no solo a estas funciones sino también al proceso metabólico. Los antioxidantes ayudan a combatir el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas.
- Ayudan a controlar el azúcar en sangre: las investigaciones sugieren que comer semillas de calabaza ayuda a proteger contra la diabetes tipo 2 o reduce la complicación de otras formas, como mejorar la regulación de la insulina y proteger los órganos contra las consecuencias de la diabetes.
- Mejoran la calidad del esperma: otro estudio muestra que tanto las semillas como el aceite de calabaza ayudan a proteger la salud de la próstata. El contenido de zinc de las semillas también podría favorecer la fertilidad masculina ya que los niveles bajos de este mineral se han relacionado con la reducción de la calidad del esperma. Según la revista Prevention, las pipas de calabaza tienen compuestos protectores conocidos como fitoesteroles, que podrían ser responsables del encogimiento de la próstata.
- Pueden actuar como promotor del crecimiento del cabello: según un estudio publicado en Avicenna Journal of Phytomedicine, el aceite de semilla de calabaza podría ayudar a tratar la calvicie en los hombres y promover el crecimiento del cabello. Esto sería posible gracias a la presencia de los ácidos grasos, la vitamina E y los fitoestrógenos que se encuentran en el aceite de las semillas de la calabaza.
- Actividad antimicrobiana: el extracto de semilla podría tener un efecto antibacteriano eficaz contra Staphylococcus aureus, Bacillus subtilis, Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella pneumonia y Escherichia coli. Además, la cucurmosquina, un aislado de proteína de la semilla de calabaza, inhibe el crecimiento micelial en los hongos Botrytis cinerea, Fusarium oxysporum y Mycosphaerella oxysporum, según una revisión que analiza la información sobre las propiedades funcionales de las semillas de calabaza.
¿Cómo consumir las pipas de calabaza?
Como cualquier otro fruto seco, el consumo de pipas de calabaza siempre será más beneficioso si las tomamos al natural, más que si optamos por la versión salada o frita. La opción más eficaz para beneficiarnos de todas estos propiedades es sacarlas de las entrañas fibrosas de la calabaza porque son más bajas en sodio y contienen más minerales que las hacen más nutritivas.
En este artículo te explicamos cómo puedes quitarlas y prepararlas en casa; puedes mantener las pipas tostadas más frescas en un recipiente hermético unos tres días. Puedes utilizarlas para infinidad de platos: sobre ensaladas o guarniciones de verduras, como tentempié o picoteo más saludables y con otros frutos secos para crear una mezcla.
Si optamos por comprarlas, deberemos priorizar las semillas crudas por encima de las saladas. Suelen comercializarse envasadas en atmósfera protectora, por lo que, una vez abrimos el envase, es recomendable pasarlas a un recipiente para que queden bien herméticas.
Para alargar un poco más la conservación, es mejor almacenarlas en un lugar oscuro, seco y fresco, lejos de la humedad y del exceso de calor. Deberemos fijarnos en la fecha de envasado y de consumo preferente.
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