Arañazos, manchas y otros desperfectos en el parqué: cómo prevenirlos y eliminarlos

A pesar de que la Federación Europa del Parquet lleva años alertando sobre el descenso de construcción y uso de parqué, lo cierto es que gran parte de los hogares españoles cuentan con este tipo de suelo en sus hogares. El día a día provoca en él algunos desperfectos: roces por el abrir y cerrar de las puertas, marcas por los zapatos o los muebles, manchas, arañazos, rayones, hendiduras… Y aunque es cierto que los desperfectos más graves requerirán un encerado específico e incluso ayuda profesional, existen trucos caseros que van más allá de los productos destinados a ello y que nos pueden ayudar tanto a dejar como nuevo nuestro parqué como a evitar y prevenir estos desperfectos.

Arañazos en el parqué

En el caso de que nuestro parqué se vea afectado por un arañazo o tenga en él algún que otro rayón, existen varias soluciones que podemos poner en práctica.

La primera y la más común es echar mano del aceite de cocina, ya sea de girasol o de oliva. Lo untamos en un paño limpio (preferiblemente de algodón o de otras telas no muy ásperas para no dañar más el suelo) y frotamos con él la zona arañada.

Este truco, que también se puede realizar con una mezcla de aceite y vinagre blanco, no solo sirve para los suelos de parqué, también para eliminar arañazos en muebles de madera y otros objetos y superficies.

Otra de las opciones consiste en utilizar pasta de dientes. Podemos aplicar directamente un poco sobre el arañazo o también sobre un paño limpio. Frotamos con él en la zona en la que se encuentre el desperfecto y notaremos cómo desaparece.

Tampoco falla un viejo truco que tiene como protagonista a un fruto seco: la nuez. Aunque pueda parecer increíble, solo tenemos que frotar con ella la zona del arañazo, sin necesidad de ejercer mucha presión. Si no es suficiente, podemos optar por mezclar nuez moscada con un poco de aceite sobre un paño y frotar con él el arañazo. Este truco conseguirá alisar la zona y darle un poco de color, pues el pigmento de la nuez es similar al del parqué.

También podemos utilizar vino tinto o té negro. Ambos alimentos contienen taninos, una sustancia que les da su color característico y que también es la responsable de provocar manchas en nuestros dientes.

Por eso, este truco puede resultar interesante en aquellas maderas con tonos más oscuros o rojizos. En el caso del vino, debemos mezclar un pequeño chorrito con aceite de girasol. De nuevo, con la ayuda de un trapo, limpiamos el arañazo.

Con el té negro debemos empezar por introducir una o dos bolsitas en un vaso con vinagre blanco a temperatura tibia hasta que suelte el color. Cuando esto ocurra, mojamos un paño en la mezcla y con ella frotamos el arañazo. 

Por otro lado, con las manchas más leves por roces de muebles o zapatos, en ocasiones simplemente será necesario probar a eliminarlas con una goma de borrar, como si estuviéramos borrando en un folio.

Cómo eliminar las manchas

Esa comida aceitosa que se nos cae, el vino que se ha derramado en el suelo… Para empezar, en todos los casos debemos tener en cuenta que cuanto más tiempo tardemos en limpiar este tipo de manchas, más se impregnará el parqué.

Si la mancha es de alguna sustancia líquida, lo primero que debemos hacer antes de proceder con los siguientes trucos es absorber el exceso con papel de cocina o algún paño absorbente.

Luego podemos probar con el truco más básico: utilizar una mezcla de agua tibia y detergente para aplicarla en la zona de la mancha con un paño sin extender ni frotar, solo a pequeños toques.

Para las manchas de grasa o comida, después de absorber el exceso, podemos probar a poner una montañita de sal o harina de maíz sobre ella. Si lo dejamos una media hora o incluso más tiempo (si es necesario), estos alimentos comenzarán con su labor absorbente. Luego simplemente debemos retirarlo con la ayuda de una escoba o un paño.

Si la mancha es muy resistente, podemos probar a limpiarla con una pasta de bicarbonato y agua. Dejamos actuar la mezcla durante unos minutos sobre la mancha (sin excedernos, ya que el bicarbonato tiene poder blanqueante y puede desteñir el parqué) y retiramos los restos.

Para las manchas de pintura o bolígrafos podemos frotar cuidadosamente con un trapo humedecido en acetona. No debemos olvidarnos de aclarar la zona después con agua tibia y secarla al instante. 

Para finalizar, si simplemente queremos sacarle brillo al parqué y que quede impoluto, podemos realizar una mezcla de vinagre y agua a partes iguales y fregar el suelo con ella impregnada en una fregona muy bien escurrida. Aunque creamos que el vinagre va a impregnar nuestro hogar de mal olor, lo cierto es que este se evapora con mucha facilidad y con ello el olor desaparece.

Prevenir desperfectos en el parqué

Además de ser cuidadosos para evitar estos desperfectos, a la hora de escoger nuestro parqué es importante elegir uno barnizado y volver a actualizar este barnizado cada diez años aproximadamente, según el tipo escogido.

También es importante evitar la exposición directa al sol durante mucho tiempo, ya que este destiñe y empeora el parqué. Basta con cerrar las cortinas o bajar las persianas de las habitaciones que no frecuentamos.

Es imprescindible tener cuidado con la humedad, ya que esta, al igual que el agua cuando se nos cae algún líquido y no lo limpiamos a tiempo, puede hacer que el parqué se abombe.

Además de optar por las alfombras si nos gusta este tipo de decoración, en las zonas de escritorio con silla de ruedas es buena idea poner una alfombrilla transparente antideslizante.

Respecto a las patas de las mesas y sillas, en la actualidad existen un sinfín de protectores discretos y que se adaptan a cada tipo de mueble: transparentes, con acabados de madera… Incluso almohadillas o fieltros adhesivos que se pegan en la parte baja de las patas y evitan dañar el parqué al deslizarse sin siquiera reparar en ellas.