Cómo lavar las prendas de punto sin estropearlas

Prendas de lana apiladas.

Héctor García Alonso

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Una de las tareas del hogar que requiere más planificación es la de hacer la colada. Esto es debido a que no solo involucra programar la lavadora, sino llevar a cabo un proceso de separación previo para diferenciar cada una de las diferentes cualidades de cada prenda, como tejido o color, ya que introducir la ropa indistintamente en el electrodoméstico podría estropearla, encogerla o decolorarla.

Es importante tener en cuenta todos los métodos de limpieza a tu disposición antes de introducir algunas prendas a la lavadora, ya que no todas son aptas para todos los programas del electrodoméstico. De esta manera, algunas especifican de manera simplificada cómo deben de ser lavadas en la etiqueta, aunque esto no siempre es así.

Por ello, uno de los tipos de ropa más complejos de lavar, ya sea por la delicadeza del tejido o por los posibles contratiempos que podría presentar lavarla erróneamente, son las prendas de punto. Estas están comúnmente confeccionadas con materiales naturales como lanas, las cuales son altamente susceptibles a los cambios drásticos de temperaturas, el calor y la humedad.

Este tipo de prenda se fabrica entrelazando los hilos, lo cual le aporta una estructura más flexible, aunque también más susceptible a enganches o desgarros que pueden dañarla durante el lavado a máquina. Así pues, existen varias maneras para lavar las prendas de punto sin estropearlas.

Busca la etiqueta de la prenda

No todas las prendas de punto cuentan con etiquetas pero, de ser así, es importante buscarla para encontrar las recomendaciones principales de lavado. De esta manera, las etiquetas suelen incluir algunas especificaciones básicas como:

  • Lavado a mano o a máquina
  • Temperatura indicada del agua
  • Instrucciones de secado
  • Recomendaciones sobre planchado

Lavado a mano, una opción segura

Una de las maneras más sencillas y eficaces de lavar las prendas de punto es a mano. De esta manera, podrás cerciorarte en todo momento de si los materiales están dañándose o si las fibras están correctamente protegidas.

Para ello, sumerge las prendas en agua lo más fría posible. Es importante que no supere los 30 ºC como máximo, ya que un agua más caliente podría ayudar a encoger las prendas o volver las fibras ásperas. Tras ello, utiliza un detergente de prenda delicada o jabón neutro y remueve toda la mezcla hasta que la prenda se impregne de ambos ingredientes.

No la remuevas en exceso o la frotes con fuerza, ya que las fibras podrían dañarse o volverse muy rugosas y rígidas, es más recomendable dejar la prenda a remojo, para que la mezcla actúe durante 5 minutos. Una vez haya pasado el tiempo, aclárala con agua fría para eliminar los restos de jabón.

La prenda estará totalmente limpia cuando, al ponerla en contacto con agua corriente, ya no salga más espuma. Tras ello, finaliza secándola con cuidado de no enganchar ninguna parte de la prenda, ya que podría deformarse fácilmente. Para ello, colócala en una superficie plana y bien ventilada hasta que esté completamente seca.

Lavado a máquina, una opción arriesgada

Dependiendo de las prendas de punto y las especificaciones de la lavadora, puede que sea posible introducirlas en el electrodoméstico. Aun así, este método es algo más arriesgado, incluso si se permite en las especificaciones del fabricante, ya que pueden suceder otros contratiempos como enganches que desgarren los tejidos.

Por ello, es posible utilizar una bolsa de lavado antes de programar el electrodoméstico, unas mallas donde es posible introducir las prendas de punto y evitar posibles enganches con el tambor de la lavadora o los botones y cremalleras de otras prendas.

Algunas lavadoras cuentan con un ciclo de lavado específico para prendas de lana delicadas, aunque no todas cuentan con esta ventaja, especialmente las más antiguas. Por ello, comienza la limpieza buscando el programa para ropa más delicada –o para lana si el electrodoméstico cuenta con uno–.

Al igual que con el lavado a mano, es recomendable utilizar el agua más fría posible, ya que las altas temperaturas causan encogimientos y pérdida de suavidad en prendas de punto. De esta manera, es posible utilizar agua de hasta unos 30ºC sin dañar las prendas.

También es recomendable utilizar detergentes específicos para ropa delicada, ya que tanto en el lavado a mano como en el hecho a máquina, los detergentes normales pueden resultar demasiado fuertes, desgastando los tejidos.

Una vez finalice el programa, saca las prendas de la lavadora y evita introducirlas en la secadora, ya que este electrodoméstico es demasiado agresivo para las fibras de punto y además trabaja a temperaturas demasiado altas para las fibras naturales.

Por ello, escurre el exceso de agua con cuidado y sécala en plano, extendiéndola sobre una superficie rígida como una mesa, colocando una toalla debajo que absorba toda la humedad. De ser tendida, la prenda podría deformarse por completo, perdiendo su aspecto inicial.

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