Desde que la primera caja de cartón apareció en el mundo, allá en la década de 1880, en Brooklyn, Nueva York, su presencia en nuestras vidas no ha dejado de crecer. Primero sustituyó a las cajas de madera como el embalaje preferido para el transporte: el cartón es mucho más ligero, maleable y fácil de montar; una cualidad que los fabricantes no tardaron en apreciar, y que las convirtió en el paquete ideal con el que enviar sus productos. Ahora está por todas partes: llegan a casa cuando compramos un electrodoméstico, una librería o hacemos cualquier pedido online; y son envases de alimentos como los cereales y galletas.
Las cifras del despilfarro
Pero los números de este éxito también ponen los pelos de punta. En 2019, en España consumimos 3.388.200 toneladas de cajas de cartón ondulado o corrugado, un material que resulta de la unión de varias hojas de papel intercaladas con uno o varios papeles ondulados; un 4,1% más que en 2018, según el informe anual del sector que acaba de presentar Aspapel. No son las únicas: además, usamos otras 684.600 toneladas de cartón estucado, un material con varias capas que sirve para fabricar las cajas más compactas.
Pese a que el 74,6% de estos paquetes se reciclan, según los datos actualizados de Eurostat, y que cada español depositó de media 19,4 kilogramos (kg) de envases de papel y cartón en el contenedor azul, en total 631.683 toneladas en 2019, según Ecoembes, una de cada cuatro cajas de cartón que utilizamos ni se recicla ni se recupera. Hemos demonizado al plástico con razón, pero si consideramos el ciclo de vida completo, el cartón gasta más energía y producirlo emite más gases responsables del cambio climático, como el CO2, que un envase equivalente de plástico. No, su reciclaje no es la panacea.
Una segunda preocupación son las 1.018.200 toneladas de cartón que no se recuperan; muchas de las cuales acaban en el vertedero municipal, donde se descomponen sin oxígeno (condiciones anaerobias), generando metano en el proceso, un gas con mayor capacidad de calentar el planeta que el CO2.
Además, hay que talar árboles, aunque luego muchos fabricantes repueblen o, por suerte, usen cada vez más material reciclado para fabricar nuevas cajas. Así que, como en tantas cosas relativas a la sostenibilidad, la primera clave para cuidar mejor del planeta es reducir. Pero si ya tienes una caja de cartón en casa, aún puedes salvarla del ciclo; y ahorrarle al planeta un puñado de gases.
Usos prácticos para tus viejas cajas de cartón
1. Estantería para libros
Un proyecto tan ambicioso como satisfactorio: transformar unas cajas de cartón corrugado, y muchas manos de cola, en una estantería mediana o grande para libros. Además, merece la pena ver a Santiago, del canal Santiago y sus ideas, en plena tarea.
2. Zapatero
Hay que cortar rectángulos grandes de cartón corrugado y doblarlos en tres partes para obtener un prisma triangular. Une diferentes prismas y apílalos hasta formar un mueble zapatero.
3. Organizador para bolsas de té
Recorta unas tiras de los laterales y fórralas con papel decorativo; así una caja de cartón mediana o pequeña puede transformarse en un organizador para bolsas de té o para el maquillaje.
4. Cesta
Con una caja de zapatos puedes fabricar una cesta. Necesitas una tela o retal para forrar el interior y cuerda de pita, que irás enroscando y pegando por fuera de la caja para darle aspecto de cesto. La cuerda puedes teñirla para darle acabados diferentes.
5. Organizador de escritorio
Corta y modela las cajas, o une varias entre ellas, y fórralas a tu gusto para hacer un organizador de escritorio.
6. Revistero
Para hacer una pequeña librería o revistero, haz un corte diagonal a una caja, por ejemplo, de galletas, pero dejando una base. Puedes forrarla como quieras, incluso con periódicos viejos. [Hace unas semanas te contamos cómo reutilizar los periódicos antiguos.]
7. Archivador
Para este proyecto, las cajas de cereales son perfectas. Solo tienes que cortar uno de los lados y apilar tantas como necesites para tus archivos o documentos.
8 y 9. Proyectos para niños
Lo bueno de fabricar proyectos más grandes, como una casa de muñecos para niños y niñas es que puedes aprovechar diferentes tipos de cajas, de distintos tamaños, que tengas por casa. Apílalas, pégalas entre ellas, y fabrica un tejado con los laterales de una caja más grande. Pide a los peques que ayuden a decorarla y pintarla. También puedes construir una casa de cartón en la que los niños puedan jugar dentro. ¡Les encantará!
10, 11, 12. ¡Y para gatos y perros!
Los gatos adoran las cajas. Coloca una de tamaño mediano o grande en mitad del salón o en un rincón que elijas y haz la prueba. Puedes aclimatarla con una mantita o cojín y que sirva de cama gatuna o dejarla tal cual en el salón para animar los juegos de tu peludo. Si las llenas de premios, juguetes o bolitas de comida, mejor aún. ¡La idea también vale para perretes!
O haz un rascador para tu minino. De base, utiliza una caja de zapatos u otra de tamaño similar. Y corta tiras de otra caja de cartón corrugado, más grueso. Las tiras tienen que encajar en tu caja de base; así que recórtalas con su referencia del longitud y altura. Y úsalas también para construir otros juguetes para tu amigo peludo. Llena una caja de cartón con rollos de papel higiénico hasta que queden justos. Esparce algunas bolitas de comida o premios por los rollos. ¡Y ya tienes un rompecabezas casero para gatos y perros pequeños!
Que los ciudadanos reciclemos y reutilicemos las cajas de cartón es importante. Pero seguramente lo sea todavía más que empresas y entidades públicas se esfuercen por reducir la escalada de embalajes que podemos comprar, utilizar un poco, y después, tirar a la basura.