Ecodecoración: cómo decorar tu hogar de manera sostenible y asequible

Martín Frías

23 de agosto de 2023 22:27 h

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¿Tienes algún mueble de tus abuelos? Hace 100 años los muebles eran objetos destinados a durar toda la vida y más allá, ya que se pasaban a hijos y nietos. Si lo piensas, es poco probable que tus nietos hereden tus estanterías de IKEA. 

Los muebles han seguido un camino parecido a la “moda rápida”, con una transición hacia un modelo en el que los productos tienen precios más bajos, peor calidad, y se renuevan cada pocos años. La globalización y la producción en masa de los muebles, que se producen en países donde los costos laborales y de producción son más bajos, ha reducido el precio facilitando que los consumidores los reemplacen con más frecuencia. 

Esto ha permitido que la moda y las tendencias en decoración cambien con relativa rapidez, algo antes impensable. Las nuevas generaciones también son más móviles, y cambian de residencia con más frecuencia que las anteriores, ya sea por trabajo, estudios o razones personales. Los muebles ligeros, fáciles de montar y desmontar, y asequibles se adaptan mejor a este estilo de vida.

Detrás también hay una mentalidad de “usar y tirar”. No merece la pena invertir en un mueble de alta calidad, porque puede que pase de moda o te canses de él en unos pocos años. Las empresas pueden beneficiarse al producir bienes de peor calidad que necesiten ser reemplazados con regularidad, sin opciones a repararlos, lo que se conoce como obsolescencia programada.

La decoración de interiores es una manifestación del estilo personal, pero el consumo creciente tiene implicaciones que van más allá de la estética. El proceso de producción, transporte y eliminación de muebles y accesorios de decoración tiene un impacto significativo en el medio ambiente. La deforestación para obtener madera, la desaparición de ciertas especies codiciadas de árboles, las emisiones de carbono y la acumulación de residuos son solo algunas de las preocupaciones medioambientales. Además, muchos muebles y accesorios se fabrican con materiales y productos químicos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden ser perjudiciales para la salud humana y del planeta.

El impacto de tus muebles en el medio ambiente

La producción masiva de muebles implica, en muchos casos, la explotación insostenible de bosques. Esto quiere decir que las prácticas de tala y gestión forestal no tienen en cuenta la capacidad de regeneración de los bosques, la biodiversidad que albergan y las comunidades que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia. 

La demanda de madera de caoba, teca, ébano, cedro o picea ha diezmado estas especies de árboles, especialmente en en el Amazonas, el Sudeste Asiático y África Central, donde los ecosistemas han sido particularmente afectados por la tala indiscriminada. Estos bosques son el hogar de una inmensa biodiversidad y son esenciales para el equilibrio climático global. Animales como el tigre, el orangután, el jaguar y miles de aves e insectos pueden desaparecer junto con los árboles, además de las comunidades indígenas que vivían allí y dependían del bosque para su sustento.

El impacto de los muebles en la salud

Es probable que los muebles de tu casa no sean de madera maciza, sino de tableros aglomerados recubiertos con una fina capa de madera o plastificado. Estos tableros de partículas a menudo se fabrican utilizando resinas que contienen formaldehído para unir trozos de madera o serrín. El formaldehído puede liberarse al aire con el tiempo, especialmente cuando los muebles son nuevos. 

Aunque se trata de una sustancia que aparece de forma natural en la madera, la exposición prolongada e intensa al formaldehído puede causar irritación en los ojos, nariz y garganta, exacerbación del asma y, en niveles elevados, ha sido clasificado como un carcinógeno humano. En los países europeos el formaldehído ha sido sustituido por el metilen difenil diisocianato, un glutinante mucho menos tóxico, pero que cuesta a las empresas cuatro veces más caro. 

Además, muchos muebles son tratados con productos químicos para mejorar su durabilidad, resistencia o apariencia, como los barnices o plastificados, también sujetos a estrictos controles en la Unión Europea, unos controles que no se aplicaban a los muebles de aglomerado de hace 50 años que quizá aún tengas en casa, o en los muebles de bajísimo precio comprados por Internet que no siempre pasan los controles de seguridad. Los barnices y lacas antiguos o de origen dudoso pueden contener isocianatos, que producen asma, e incluso metales pesados.

Las alternativas ecológicas para la decoración

Optar por una decoración hogareña sostenible y segura no solo beneficia al medio ambiente, sino que también puede mejorar la calidad del aire interior y reducir los riesgos para la salud. Estas son algunas estrategias para lograr una decoración más sostenible y segura:

  • Elegir materiales naturales y no tóxicos: busca muebles hechos de madera certificada por el Forest Stewardship Council (FSC), una organización internacional para la protección de los bosques, o maderas recicladas. 
  • Opta por materiales textiles naturales como algodón orgánico, lana, yute, lino o bambú para textiles y alfombras. 
  • Evita los productos que contienen o liberan sustancias químicas volátiles, como el formaldehído. Si haces tú los acabados, busca pinturas y barnices con índices bajos de compuestos orgánicos volátiles. Ten en cuenta que los estarás respirando en casa.
  • Reutiliza y recicla: antes de comprar muebles o accesorios nuevos, considera restaurar o reutilizar lo que ya tienes o los que otras personas puedan donarte. Busca muebles de segunda mano o reciclados, que no solo reducen la demanda de recursos nuevos sino que también pueden tener un carácter único.
  • Reduce el uso de plásticos: evita los muebles y decoraciones hechas de plásticos no reciclables o PVC, que pueden liberar sustancias químicas tóxicas. En su lugar, busca materiales biodegradables o fácilmente reciclables.
  • Opta por una iluminación eficiente: la luz es un elemento imprescindible en la iluminación, elige bombillas LED o de bajo consumo para reducir el uso de energía y utiliza lámparas y luminarias fabricadas con materiales sostenibles o reciclados.
  • Incorpora plantas: las plantas no solo añaden un toque de naturaleza a tu hogar, sino que también mejoran la calidad del aire al absorber compuestos volátiles y liberar oxígeno.
  • Compra productos locales: comprar a fabricantes de tu país o región no solo apoya a la economía local, sino que también reduce la huella de carbono asociada al transporte de productos.
  • Busca certificaciones: los productos con certificaciones ecológicas, como Energy Star para tus electrodomésticos, Cradle to Cradle o GreenGuard, han sido evaluados y considerados sostenibles o seguros para la salud.
  • Ventilación: asegúrate de que tu hogar esté bien ventilado para reducir la concentración de sustancias químicas potencialmente dañinas y mejorar la calidad del aire interior.
  • Evita los productos de usar y tirar: invierte en artículos de calidad que duren más tiempo en lugar de productos baratos y desechables que necesiten ser reemplazados con frecuencia. Es mejor gastar tres veces más en un mueble que dure tres veces más. 
  • Investiga antes de comprar: infórmate sobre las prácticas y políticas sostenibles de las marcas y empresas de las que estás comprando.

Adoptar un enfoque más sostenible y saludable para la decoración del hogar no solo beneficia al planeta y a tu salud, sino que también puede crear un espacio más armonioso y estéticamente agradable. Con la creciente conciencia sobre estos temas, cada vez hay más opciones disponibles para aquellos que buscan decorar de manera responsable, como pequeños productores y artesanos.