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Aunque a priori pueda parecernos un aparato voluminoso innecesario, lo cierto es que la mayoría de expertos en incendios recomiendan tener un extintor a mano en el interior del hogar, o bien uno cerca en el rellano y la escalera comunitaria. Este último es de obligada disposición según la legislación vigente.
El motivo por el que considerar contar con un extintor doméstico es que nunca se sabe cuando una chispa, una colilla encendida o el contenido de una sartén con aceite caliente puede conectar con alguna materia textil o inflamable y provocar un incendio.
En este sentido, para poder extinguir un incendio es necesario eliminar el componente que lo origina. A partir de este dato, podemos distinguir tres tipos de extintores por su modo de actuar:
- Los que inciden sobre el oxígeno lo extinguen a través de sofocación.
- Los que inciden sobre la energía de combustión, por enfriamiento.
- Los que inhiben la llama, a través de una rotura de la reacción en cadena.
Pero no todos los extintores sirven para nuestro hogar. Para elegirlos adecuadamente exponemos seis preguntas que nos conviene hacernos con la ayuda de Antonio Tortosa, Vicepresidente de Tecnifuego, Asociación Española de Sociedades de Protección Contra Incendios.
También nos ayuda a resolver las dudas al respecto la comisión técnica de la Asociación Española de Empresas Instaladoras y Mantenedoras de Equipos y Sistemas de Protección Contra Incendios (AERME) con su presidente, Ángel Duque, como portavoz.
1. ¿Qué tipo de fuego es el que se quiere apagar?
Los tipos de extintores varían según el tipo de fuego que se pretenda apagar. Los más comunes en el mercado, como explica Tortosa, “son los de clase A, específicos para extinguir fuegos de materiales sólidos como madera, cartón, plástico, etc. y los más utilizados en establecimientos, tiendas, restaurantes y hogares”.
Existen también los de clase B, utilizados para extinguir fuegos producidos por combustibles líquidos como gasolina o pinturas, entre otros. Los de clase C apagan fuegos producidos por gases inflamables como el gas natural o butano, mientras que los de clase D lo hacen con fuegos donde están presentes los metales ligeros como el magnesio o el aluminio.
Por último, los de clase F “se utilizan para apagar fuegos derivados de la utilización de ingredientes para cocinar (aceites y grasas vegetales o animales) en los aparatos de cocina”, explica Duque.
2. ¿Qué tipos de extintores hay en el mercado?
- Extintores de polvo químico ABC: apagan los tipos de fuego que su propio nombre indica y lo hacen a través de sofocamiento del oxígeno, con un polvo ignífugo mezclado con nitrógeno gas. “No es tóxico ni conduce la electricidad, es resistente y estable en temperaturas extremas”, apunta el presidente de la AERME.
- Extintores de CO2: aptos para tipos de fuego B y C, explica Tortosa que “son los indicados para equipamientos eléctricos, cuartos de ascensores, etc. y debemos salir del lugar cuando se haya extinguido el fuego”. Apagan por enfriamiento, es decir, atacando a la energía o calor de combustión, y lo consiguen propulsando CO2 comprimido. No ensucian, tienen una rápida penetración y reparto del gas y no conducen la electricidad.
- Extintores de espuma F: funcionan atacando con agua y aditivos a las superficies o materiales inflamables. “Son ecológicos, no causan asfixia, no dificultan la visión ni la respiración. Son aptos para Fuegos de clase A, B y F, pero no para los de clase C y D. También son comunes en restaurantes, hostelería, hogar y todo tipo de cocinas”, dice Ángel Duque.
3. ¿Cuál es el más recomendable para un hogar?
Según Tortosa, “los extintores más apropiados para el hogar son los de 3 kg de polvo, aunque también sería beneficioso contar con uno de 6 l de agua con espumógeno”.
Coincide con Duque, quien afirma que “para cubrir todos los riesgos de un hogar, puede ser interesante disponer de un extintor de polvo químico ABC y otro de espuma F”.
Esto se debe a que los extintores de polvo químico ABC sirven para cualquier estancia, por lo que son comunes en zonas como la cocina o en caso de incendios de aparatos eléctricos.
Sin embargo, el de espuma F “solamente sirve para fuegos derivados de la utilización de ingredientes para cocinar en los aparatos de cocina, pero no es adecuado para fuegos producidos por gases inflamables”, explica Tortosa.
Aunque los extintores ABC dejarán inutilizados todos los cables y circuitos de los aparatos eléctricos, son una mejor alternativa frente al agua, que también puede inutilizarlos o incluso aprovechar la transmisión de electricidad como conductor para extender el incendio.
Respecto a los extintores de CO2, lo cierto es que son una opción que respeta los circuitos eléctricos y se puede utilizar en incendios líquidos, pero requiere un conocimiento previo del aparato, ya que el CO2 a baja temperatura puede provocar graves quemaduras por congelación. Además, en espacios cerrados el exceso de CO2 puede resultar tóxico.
4. ¿Dónde debo colocarlo?
“Los extintores deben estar siempre visibles y lo más cerca posible de la salida de la vivienda, ya que nunca vamos a atravesar una estancia para coger el extintor en caso de que haya un incendio”, indica Duque.
Debemos seguir las instrucciones del sistema de anclaje que vendrá con el extintor y no debemos olvidar colocar junto a él el cartel señalizador para que cualquier persona pueda conocer las indicaciones de uso. Según Tortosa, “si la vivienda es de una sola planta, en principio con uno sería suficiente, si no, es recomendable que haya uno por planta”.
En cuanto a la zona de colocación, es recomendable que esté siempre cerca de las zonas de peligro como la cocina, o bien cerca de la salida de la casa, para tener siempre un acceso fácil. Nunca debe dejarse en zonas donde el fuego nos impida llegar a él, como por ejemplo dentro de la cocina, al final del salón junto a las ventanas, etc.
Siempre es mejor, por tanto, colocarlo en las zonas de la puerta de acceso a los puntos sensibles, pero siempre por fuera de estas habitaciones.
5. ¿Cómo debo manejarlo?
Aunque todos los extintores por normativa deben incluir la explicación correspondiente al modo de empleo, a la hora de utilizarlos, dice el Vicepresidente de Tecnifuego, “es importante sujetarlo en vertical, ya que una sujeción incorrecta no permite verter el agente extintor a la base del fuego”.
En primer lugar, debemos tirar de la anilla del pasador para quitar el precinto, comprobar que la sujeción es correcta y coger la manguera por la punta de la boquilla si la tiene.
Después, se presiona la maneta y se dirige el chorro a la base del fuego, siendo recomendable presionar y soltar haciendo movimientos en zigzag en la base de la llama.
6. ¿Cuándo debo cambiarlo?
La vida útil de un extintor es de 20 años desde su fecha de fabricación, ya que los materiales se pueden debilitar. Además, según establece el Reglamento de Protección contra Incendios, “es necesario realizar una prueba de presión cada cinco años y una revisión al menos anual para asegurar que el equipo es seguro”, señala Tortosa.
“Pasados esos 20 años, no se pueden tirar a la basura al ser recipientes a presión. La misma empresa mantenedora puede retirar el extintor”, concluye Duque.
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