Espresso para llevar a cualquier parte: las mejores cafeteras portátiles

Martín Frías

27 de agosto de 2024 21:55 h

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El café espresso no se llama así porque se haga rápidamente o de forma exprés, aunque esto también sea cierto. La palabra italiana significa, literalmente, exprimido. A principios del siglo XX, Luigi Bezzera patentó la primera máquina de espresso, que utilizaba presión de vapor para forzar el agua caliente a través del café molido, produciendo una bebida concentrada y rica en sabor en cuestión de segundos. Este método revolucionario se popularizó rápidamente, especialmente en los cafés italianos, y sentó las bases para la cultura moderna del café que conocemos hoy.

El café es una infusión, igual que el té. El agua sobre los granos de café molidos permite extraer la cafeína, los aromas y los antioxidantes para crear la bebida que conocemos como café. Hay varios factores que influyen en este proceso, fundamentalmente el tiempo de extracción, la temperatura del agua y el grosor del café molido. El café de extracción en frío o coldbrew se hace con agua fría durante al menos 12 horas. La cafetera italiana o moka usa agua muy caliente, casi hirviendo, que se hace pasar por el café molido impulsada por su propio vapor y hace el café en un par de minutos.

En el caso del café espresso se utiliza una bomba que empuja el agua caliente (a unos 90 grados, nunca hirviendo) a través del café molido muy fino, con una alta presión de entre 15 y 18 bares. El resultado es un café muy concentrado, en cuestión de segundos. Otra de las características de este café es la crema, una espuma muy fina que proviene del CO2 atrapado en los granos de café que se libera con la presión.

Para conseguir esta presión, las primeras cafeteras espresso tenían una bomba manual que se accionaba con una palanca. Hoy en día es posible conseguir cafeteras con bomba manual, y son muy apreciadas por los expertos. Sin embargo, en la mayoría de los bares, y en las cafeteras espresso domésticas, se utiliza una máquina con una bomba eléctrica. 

Aun así, es necesario controlar el tiempo de extracción, la temperatura del agua y la molienda del café hasta conseguir el resultado perfecto. Las cafeteras de cápsulas hacen este proceso más simple. Las cápsulas contienen café molido y calibrado, junto con la presión de la cafetera, para conseguir la misma calidad de espresso todas las veces.

Con todo esto, puede parecer imposible llevarnos el café espresso a un sitio sin electricidad como una playa salvaje o la montaña, pero no lo es. Estas son algunas de las opciones disponibles para hacer un café espresso en cualquier lugar.

WACACO Nanopresso

Con el tamaño de una lata grande de cerveza, la Nanopresso es una cafetera espresso que podemos llevar en el bolsillo. Fabricada en plástico resistente, tiene un compartimento en su interior donde se coloca el café molido.

A continuación se vierte agua caliente en la parte superior, se cierra y se acciona la bomba manual que tiene en un lateral hasta que empieza a salir el café. Después, basta con desmontarla y limpiarla para dejarla lista.

Cuesta unos 75 euros y dispone de un accesorio opcional, que se compra aparte, para poder usarla con cápsulas Nespresso.

Outin Nano

La Outin Nano es una opción algo más cara que ronda los 150 euros pero, a cambio, esta pequeña máquina hace todo sola. Dispone de una potente batería que se encarga de calentar el agua y extraer el café a alta presión con tan solo pulsar un botón. Además, tiene capacidad para preparar de tres a cinco tazas si se carga por completo, a diferencia del modelo anterior que solo puede hacer una taza. El agua fría tarda solo unos tres o cuatro minutos en calentarse a 94 grados. En el precio también se incluye un adaptador para cápsulas Nespresso. Es resistente al agua, tiene aislamiento térmico y está hecha a prueba de fugas para evitar accidentes. La batería se puede recargar con un cable USB-C.

Cafetera Flair

Mucho más cara, la cafetera espresso Flair, que ronda los 300 euros, proporciona un café profesional que nada tiene que envidiar a los de cafetería. Se trata de un soporte de aluminio con una gran palanca y un infusor de acero inoxidable. Se puede plegar y transportar en una maleta Pero, además, el fabricante ofrece el modelo Flex, mucho más pequeño y por debajo del los 100 euros, con los mismos resultados. El proceso es totalmente manual: se coloca el café molido en el infusor, se vierte agua a la temperatura correcta, alrededor de los 90 grados, y se acciona la palanca, con lo que se consigue una presión entre 6 y 10 bares, y tiene un manómetro para medirla con precisión.

La importancia del molinillo

Sí, el café espresso se puede hacer con café molido previamente, pero los cafeteros más exigentes saben que hay una gran diferencia cuando se utiliza café recién molido. Si queremos disfrutar de esta ventaja en cualquier lado, necesitaremos un molinillo de café portátil. Los más adecuados son los de muelas, ya que ofrecen la molienda más uniforme. Pero cuidado, no todos los molinillos son capaces de conseguir el grosor más fino necesario para el café espresso, con una textura más fina que la sal de mesa. Los de muelas cónicas de acero inoxidable, como el modelo Timemore Chesnut C2, sí lo pueden lograr fácilmente.