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¿Se puede estar expuesto a radioactividad en casa? ¿Pueden ciertos hogares contener niveles de radioactividad ambiental? La respuesta es afirmativa. Hay una fuente natural de radiactividad que procede del gas radón, uno de los elementos que se generan cuando se desintegra el uranio presente en las rocas y sedimentos.
Se sabe que una cierta cantidad de este gas se puede encontrar casi en todas partes y que forma parte de la radioactividad natural que hay en todo el planeta, aunque sus concentraciones son muy variables en función del tipo de suelo, las rocas del lugar, las edificaciones, el régimen de vientos, la orografía, etc.
Este gas se escapa fácilmente del suelo al aire y la medida en la que lo haga dependerá directamente de la cantidad de uranio que contengan las rocas de la zona. Así, es más abundante sobre todo en terrenos silicios y menos en los calcáreos o arcillosos. En el aire, se descompone y produce más partículas radiactivas.
Qué efectos tiene el radón sobre la salud
El problema está en que, mientras respiramos, las partículas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias, donde pueden perjudicar el ADN y pueden causar cáncer de pulmón. De acuerdo con la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), este gas se clasifica como carcinógeno del Grupo 1. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) le atribuye ser la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón tras el tabaco.
Para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), los efectos son sinérgicos. Es decir, fumar y vivir en una casa con alto contenido de radón aumenta el riesgo de cáncer “unas 46 veces más que de darse los dos fenómenos por separado”.
De todos modos, se calcula que más del 10% de las muertes por cáncer relacionadas con el radón ocurren entre personas no fumadoras, es decir que es peligroso por sí solo sin necesidad de sinergias.
La OMS calcula que entre un 3% y el 14% de las muertes por cáncer de pulmón están relacionadas con el radón. En España, esto supone que entre 1.500 y 2.000 personas mueren cada año por cáncer de pulmón debido a la exposición a este gas radiactivo.
¿Cómo entra el radón en las casas?
Para la mayoría de las personas, la principal exposición al radón se produce en el hogar, según la OMS. En un edificio, las principales fuentes de radón son el suelo y las rocas, donde está asentado, y los materiales usados en su construcción.
También puede entrar a través del agua de suministro y el gas de uso doméstico, aunque se consideran fuentes menores y con un riesgo más bajo de cáncer.
El radón entra en las casas a través de grietas o de las uniones entre las paredes, o a través de los huecos alrededor de tuberías o cables, poros pequeños en paredes de bloques o sumideros.
Los niveles más altos suelen detectarse en zonas como los sótanos, bodegas o, en general, en partes de la casa que más entran en contacto con el suelo. La concentración depende también de prácticas y hábitos que pueden favorecer su acumulación, como una ventilación deficiente o una construcción muy hermética.
¿Dónde se encuentra el radón en España?
Si bien todos los edificios pueden contener radón en concentraciones bajas, hay algunas zonas geográficas que, por su geología, es posible que concentren niveles más elevados. El mapa del potencial de radón en España, desarrollado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), categoriza estas zonas en función de sus niveles y, en concreto, establece las que tienen concentraciones superiores al límite calificado como seguro de 300 Bq/m3.
La unidad de medida es el bequerelio (Bq), que cuantifica la frecuencia de desintegración de un núcleo radiactivo. Así, 300 Bq/m3 se corresponden a 300 desintegraciones por segundo de átomos de radón en un volumen de aire de un metro cúbico.
Según este mapa, el 90% de los edificios tienen concentraciones inferiores a esta cantidad y un 10% lo supera. Debe irse con especial cuidado en zonas como Galicia, Extremadura y algunas zonas de Castilla y León y La Mancha, con un riesgo más alto.
Pero también en la sierra prelitoral norte de Barcelona, que corresponde a la zona del Montnegre y el Montseny, las emisiones son altas. Asimismo, la zona de las Alpujarras presenta riesgo.
En contra de lo que podría suponerse, las zonas con más radiactividad en España no están cerca de centrales nucleares. Y esto se explica porque el culpable es precisamente el gas radón.
¿Cómo se aborda el tema en España?
El Gobierno aprobó el 20 de diciembre de 2022 el Real Decreto 1029/2022, por el que se aprobaba el Reglamento sobre protección de la salud contra los riesgos derivados de la exposición a las radiaciones ionizantes.
En el mismo se establecía el límite de seguridad de los 300 Bq/m3, si bien asociaciones como el Instituto para la Salud Geoambiental lo criticaron por demasiado alto, alegando que países como Irlanda, Canadá o Estados Unidos han establecido su nivel de referencia en 200 Bq/m3, y la OMS recomienda como referencia los 100 Bq/m3.
Las asociaciones también denunciaban que el decreto no contemplase medidas concretas para luchar contra las emisiones y prevenir daños en la población, así como que más allá del mapa desarrollado por el CSN, no se estableciese un plan de mediciones casa por casa para determinar riesgos, tal como pedía la directiva europea promotora de la ley española.
Las mediciones deben realizarse siempre por parte de expertos cualificados, que evaluarán la magnitud del problema y propondrán también las técnicas de remediación más adecuadas para cada situación, que normalmente no van más allá de una obra menor.
Por otro lado, en 2021 el Ministerio de Sanidad publicó la guía Acción frente al radón.
Cómo aliviar las concentraciones de radón en casa
En mayor o menor medida, el radón está presente en casi todos los edificios. En especial, en las plantas bajas y subsuelos, y tiende a acumularse en el interior. En algunos casos, lo niveles serán inapreciables e inofensivos, pero en otros, cuestiones como una mala ventilación pueden hacer que existan concentraciones cercanas o por encima del límite.
El nivel de radón de un domicilio depende, también, de la geología local y se determina mediante la medición de la concentración del gas en el aire del interior de la vivienda.
La OMS fija distintas estrategias para prevenir el radón en las viviendas de nueva construcción y reducirlo en las ya construidas. Las medidas recomendadas por este organismo internacional son:
- Ventilar la vivienda, abriendo las ventanas de varias zonas de la casa para generar corriente
- Evitar el paso del radón cerrando las puertas de acceso al sótano
- Sellar grietas en paredes y suelos
- Instalar un sistema de succión del radón en el subsuelo
- Mejorar la ventilación en el subsuelo a través de un sistema de ventilación forzada